Punto de partida
La trastienda del aumento de capital récord que logró BUK
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Fue el lunes al mediodía, a una hora en donde los bukers -como se le llama internamente a los trabajadores de la firma- de Chile, Perú, Colombia y México se pudieron coordinar. Había asistencia completa en la reunión de Zoom y las 286 personas citadas llegaron puntuales. Estaban ahí para ser informadas de “algo importante”.
No tomó la palabra el CEO Jaime Arrieta ni ninguno de sus cuatro socios: Santiago Lira, Felipe y Ricardo Sateler, Teresita Morán. La noticia de que Buk, la startup chilena fundada hace cuatro años y enfocada en gestión de recursos humanos, cerró su ronda de financiamiento Serie A por US $50 millones, llegó a través de un video en el que Neil Mehta, socio y fundador del fondo nortemaericano Greenoaks, y Juan Frank, director de inversiones del conglomerado tecnológico japonés Softbank, saludaban a sus nuevos socios.
Buk, ahora valorizada en US$ 417 millones -convirtiéndose en la tercera startup con mayor valor en el país detrás de NotCo y Cornershop-, contó además con financiamiento de empresas unicornio como Rappi, Kavak, GBM, Ualá, Brex y Konfio.
Ese mismo día hubo una gran celebración en las oficinas, y los cinco fundadores festejaron el miércoles en la noche con una salida a comer cerca de sus cuarteles generales en Rosario Norte.
Buk se convirtió en la tercera startup de mayor valor en el país, detrás de Notco y Cornershop.
Primeros acercamientos
¿Cómo llegaron a este monto? Teresita Morán (34), Country Manager de Chile, fundadora y socia de Buk, comenta que no estaban buscando financiamiento e incluso rechazaron varias propuestas de distintos inversionistas chilenos.
“Hasta ahora nos hemos autofinanciado orgánicamente, nuestro propio crecimiento mensual de ventas nos permite seguir creciendo y expandir nuestro equipo, que es el único y principal activo que tenemos”, señala a DF MAS tres días después del anuncio.
Fue en julio cuando Jaime Arrieta, CEO de Buk, le contó a sus socios que de Greenoaks y Softbank se habían acercado a él con una propuesta de inversión. De inmediato, reconoce Teresita Morán, vieron una gran oportunidad en el negocio, que además calzaba con el aterrizaje de Buk a México, en junio de 2020.
“Esto ocurre cuando justo cumplimos un año en ese país. La inversión generará un impacto importante en nuestra expansión por Latinoamérica”, añade.
“Estos fondos tienen una manera de escoger startups muy particular, uno no puede contactarlos a ellos, son ellos los que te contactan a ti”, explica Teresita. Así, continúa la ingeniera civil UC, parte del proceso de Greenoaks y Softbank fue investigar a la empresa por fuera: a través de clientes, ex trabajadores y asesores. “De esta manera se fueron infiltrando sin siquiera contactar a los socios”, comenta la emprendedora.
Para ella el interés de estas grandes inversoras hacia Buk se explica en el rápido y autónomo crecimiento de la startup, que además ha tenido muy buenos resultados: En septiembre pasado, crecieron en todas sus unidades en comparación con el mes anterior, un 23% Perú, 20% en Colombia, 7% en Chile.
Explica que “Buk cuenta con una oferta diferenciada que ofrece un servicio integral en todo lo referente a recursos humanos, siendo la primera solución que apuesta por crecer en todo Latinoamérica”.
Sin chilenos
La plataforma funciona como un software que permite a las distintas empresas gestionar el área de recursos humanos. El programa cubre varias aristas como el pago de remuneraciones, desarrollo de honorarios, medición de clima laboral e incluso salidas de los trabajadores, y ya está funcionando en distintas empresas chilenas, entre ellas Cornershop y NotCo.
¿Por qué desecharon inversionistas chilenos? Para el equipo de la startup trabajar con inversionistas como Greenoaks y Softbank fue una prioridad por sobre otras alternativas.
“Ahora tenemos este increíble respaldo con gente de mucha experiencia en la cual nos podemos apoyar, tenemos un buen match”, aseguran. Estiman que esta ronda funcionará como palanca para la startup que, durante los próximos cinco años, proyecta un crecimiento de al menos diez veces en su propio mercado.