Punto de partida
Levita Magnetics invierte US$ 10 millones en fábrica para desarrollar sus robots
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Alberto Rodríguez trabajaba como médico cirujano en el Hospital Padre Hurtado cuando leyó un paper que hablaba de los beneficios de operar con imanes. Aprovechó la experiencia de su padre como ingeniero mecánico y trabajaron en un producto que ayudara a tener operaciones menos invasivas.
En 2013 dejó Chile y se trasladó a Silicon Valley, San Francisco, para explorar este campo. Ahí creó Levita Magnetics. Con imanes, ayudaba a los cirujanos a realizar cirugías más precisas y menos invasivas, principalmente laparoscopías, cirugías que permiten observar el interior de un cuerpo sin realizar una gran incisión.
Por esos años levantó capital y a la fecha ya suma US$ 50 millones, entre sus inversionistas están Fen Ventures, Ballast Capital, MedTex Ventures, Invermaster, Carao Ventures y, a título personal, Nicolás Luksic (director de empresas y controlador de la fintech Ionix).
Previo a la pandemia la startup venía creciendo con números sólidos y tras la aprobación del FDA para comercializar su producto, habían vendido US$ 3 millones. Sin embargo, con la llegada del Covid y la pausa de las cirugías voluntarias, las ventas se fueron a cero. De tener quiebres de stock, pasaron a no tener cirugías, dicen. “Fue un shock bien fuerte, sobrevivir la crisis fue dramático y vimos la luz al final del túnel”, recuerda Rodríguez. Hasta que un inversionista los salvó.
Pese a los malos números tras la crisis sanitaria, el hijo del empresario Guillermo Luksic (1956 - 2013) seguía creyendo en el proyecto. Así, les entregó el capital necesario para continuar (no revela cuánto fue). Tras ello se dieron cuenta de que el negocio estaba realmente en la robótica, y no sólo en los imanes. Así, empezaron a desarrollar un robot para las operaciones.
Según cuentan, ya han tenido pruebas exitosas en centros de salud en Chile y Estados Unidos y actualmente trabajan 30 personas en el equipo, repartidas entre Silicon Valley y Santiago. El aparato que crearon -dice Rodríguez- es “como un iPhone, se le pueden instalar aplicaciones y entrega información extra al cirujano”. Para eso están trabajando en un centro de desarrollo de inteligencia artificial en nuestro país.
En esa misma línea, hace unas semanas la empresa invirtió US$ 10 millones en una fábrica de robots para cirugía en California, a pasos de las oficinas de Google. En ésta van a desarrollar a escala el robot que permite manipular órganos y tejidos con menor número de incisiones, menos dolor y una recuperación más rápida para el paciente. Para hablar de esto, el CEO fue invitado a exponer en la sesión plenaria del próximo congreso de cirugía robótica en Australia, que se llevará a cabo en los próximos días.
La empresa insigne en este mercado es Intuitive Surgical, con una valorización bursátil de US$ 120 mil millones. Ésta se hizo famosa por la creación del robot Da Vinci, el más usado a nivel mundial y especializado en cirugías complejas. El de Levita -cuenta el médico- “es un robot mucho más compacto, liviano y ágil, que está diseñado para la cirugía de alto volumen, del día a día -como por ejemplo la cirugía de vesícula, de apéndice-, y cirugía de obesidad, que es donde están las grandes listas de espera”. “Nuestro modelo es súper disruptivo porque nosotros no reemplazamos al cirujano, sino que lo potenciamos en el campo operatorio”, concluyen. Esperan recibir la aprobación de la FDA para comercializar este robot durante este año.