Punto de partida
Fintech Migrante compra marketplace colombiano y cambia de nombre
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Galgo, como la raza de perro, es la nueva marca de la fintech chilena Migrante. El nombre se debe a la agilidad y velocidad de este animal, dicen sus socios Diego Fleischmann e Ignacio Canals. El principal impulsor fue este último, quien tiene un whippet (variedad de dicha raza) llamado Frida. Desde Medellín, los fundadores del marketplace que otorga créditos para financiar motos cuentan que el nombre anterior les “quedó chico”, se asociaba a sólo un tipo de usuario y ahora buscan abarcar a todos los sub bancarizados de Latinoamérica.
Acaban de firmar un acuerdo por la compra de Crediorbe, una fintech que otorga créditos para compra de motos en un país en el que se venden 3,2 de estos vehículos por cada auto. Con esto, suman una empresa con cartera de US$ 35 millones y capital de US$ 16 millones.
Compañeros de MBA
Las negociaciones vienen desde mayo del año pasado y se iniciaron gracias a un artículo de prensa. A fines de marzo el medio especializado estadounidense TechCrunch, al anunciar la serie A de US$ 30 millones de la startup, publicó: “Migrante pisa el acelerador del renting de vehículos para trabajadores gig en Latinoamérica”. Dos días antes lo había hecho DF MAS.
Tras leer la nota donde anunciaban intenciones de llegar a Colombia, Daniel Vázquez (familia empresaria, dueños de Auteco y en ese entonces de Crediorbe) llamó al jefe de crecimiento de la firma chilena Francisco Eterovic. Habían sido compañeros en el MBA de Harvard el 2013. “Me dijo, ‘leí el artículo, nosotros somos los líderes del mercado en Colombia, conversemos para ver qué podemos hacer’”, recuerda Eterovic. En junio partieron para allá.
Comenzaron las negociaciones, “y lo que pensamos que iba a ser una financiera tradicional, tenía una cultura interna extraordinaria, era rentable y un 75% de los trabajadores eran mujeres”, comenta uno de los socios fundadores. En diciembre volaron a Miami todos y se encerraron en un hotel para llegar a un acuerdo, proceso en el que fueron asesorados por el estudio de abogados CMS Carey y Allende. Al mes siguiente los colombianos vinieron a Chile, visitaron la operación en Perú y se dieron la mano. Esta semana se anunció a toda la empresa.
“Tenemos la ambición de ser el player más grande de Latinoamérica”
Al mismo tiempo, iniciaron las operaciones en México. En diciembre uno de los fundadores y primer gerente general, Benjamín Izikson, se mudó al norte y desde esa fecha están creciendo un 50% mes contra mes en alianza con el operador local Grupo Surman.
Hoy, afirman que cuentan con operación rentable en Chile y Colombia, se multiplicaron por 10 en Perú y buscan alcanzar la rentabilidad total a finales de este año. Para eso pretenden estar colocando cinco mil motos mensuales. Hoy venden tres mil. “Tenemos la ambición de ser el player más grande de Latinoamérica, y después, por qué no, del mundo”, afirma el CEO Diego Fleischmann. Están ad portas de alcanzar una cartera de US$ 100 millones.
El beneficio de la tecnología
Uno de los riesgos de otorgar créditos a sub bancarizados es la tasa de morosidad: desde la startup chilena aseguran que en su caso ésta es más baja que el mercado, y principalmente se debe a que tienen un equipo de 50 ingenieros y data scientist desarrollando tecnología para hacerlo de la mejor manera. “Es un negocio en el que la eficiencia y la distribución del crédito es fundamental, esa es la tecnología que nos distingue y hace que no nos pueda competir un banco o una financiera tradicional”, dice el fundador Ignacio Canals.
Gracias a esta tecnología y a las más de 350 personas que trabajan, aspiran a estar apoyando a 200 mil familias el 2025.
“Para empresas como Galgo hay capital disponible”
A diferencia de otros emprendedores, Canals y Fleischmann ven el vaso medio lleno del momento que vive la industria del capital de riesgo. “Estamos creciendo, ha sido un año positivo. Independiente de que hay un bajo, es una industria de vc que es muy madura en Latam, existe y está presente. Hoy hay menos recursos que el año pasado pero la industria está ahí”, dice el CEO.
Y agrega: “Con Ignacio, que hemos emprendido hace mucho tiempo, lo que tenemos ahora no tiene comparación con lo que había hace diez años, sólo que hubo mucha exuberancia hace unos años. Para emprendedores que llevamos harto tiempo en el ecosistema sigue habiendo capitales, y algo que a nosotros nos agrada, los inversionistas están siendo mucho más exhaustivos en los due diligence y en la elección de las compañías a invertir. Lo que hemos visto es que para empresas como Galgo hay capital disponible. Es más difícil conseguirlo, sí, pero hay. El inversionista va a pedir rentabilidad en la operación, modelo de negocios claro, empresas con propósito, con buenos equipos, para esos hay capital”.
Actualmente tienen comprometido un SAFE en la Serie B de cerca de US$ 10 millones con varios de los inversionistas de la Serie A, Kayyak Ventures, Amarena, Fynsa, Buenavista Capital. Aquello, dicen, les dará bencina para seguir corriendo.