Punto de partida
Startup chilena Talana prepara su expansión con la mirada puesta en Perú y México
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Fue una celebración importante. Ese día, el jueves 10 de agosto, no hubo mucho trabajo en Talana. La misión era otra: festejar los primeros siete años de la empresa.
Quienes acudieron dicen que fue una fiesta especial: se trataba del primer aniversario sin la participación de los fundadores de la empresa. El último en partir fue Pablo de la Barra, que salió del directorio a mitad de año. No sólo eso. Era el primer evento de Ignacio Spiniak, el nuevo gerente general que llegó a la compañía el 22 de junio después de la salida de Andrés Barriga.
El cambio de piezas no fue menor: por primera vez la startup comenzó a ser liderada por un ejecutivo que aterriza del rubro “tradicional”. Antes, el nuevo CEO trabajó en Linzor Capital, compañía de private equity fundada por Tim Purcell y Carlos Ingham. “Llevo dos meses, pero ya parece un año”, bromea sentado en su oficina emplazada en Las Condes.
“Es una transición súper entretenida y energizante. El dinamismo y la agilidad que tienen las empresas tech es apasionante”, explica el CEO, ingeniero civil PUC y MBA de Stanford. “Yo venía de una industria donde buscábamos tomar el control de compañías para hacer planes ambiciosos de crecimiento y mejora. Entonces el cambio y el movimiento siempre fueron parte del trabajo. Pero la agilidad que tiene la industria tecnológica es bien distinta. Aquí, el camarón que se duerme se lo lleva la corriente. Tenemos que estar constantemente buscando las formas de seguir mejorando y creciendo”.
A pesar de nunca haber trabajado en una startup (previamente estuvo en JP Morgan, donde coincidió con Eduardo della Maggiora, cofundador de Betterfly), Spiniak está familiarizado con el sector. “En Linzor invertíamos en todo tipo de industrias, incluyendo software, telecomunicaciones y servicios financieros. Tomábamos negocios ya maduros invirtiendo por compañía entre US$ 20 millones y US$ 200 millones para tomar el control y hacer un plan de crecimiento. Y la verdad es que el proyecto Talana me motivó muchísimo. Me cautivó hacer eso mismo desde dentro”.
Los tres ciclos
Desde que Venturance entró a la propiedad de Talana en 2021, nunca han dado una entrevista en extenso. En siete años han acumulado 5.500 clientes, como PwC, Falabella.com y Colmena; ya tienen más de 250 trabajadores y sus diferentes servicios llegan a 400 mil colaboradores entre Chile y Perú. Su app, dicen, es el software de RRHH más descargado de Chile.
La compañía nació en 2016, cuando Pablo de la Barra y José Antonio Akel se juntaron para desarrollar un software enfocado en la digitalización de procesos y el mejoramiento de la comunicación entre empresas y colaboradores. La bautizaron Talana en honor a un pueblo italiano en Cerdeña. Recibieron US$ 100 mil de dos inversionistas ángeles (Juan de Dios Fernández y Francisco Gutiérrez). En 2021 Venturance, administradora de fondos fundada por Roberto Loehnert y Santiago Valdés (antes se llama Endurance), y Altis, liderada por Jorge Tagle y Claudio Inglesi, adquirieron una posición mayoritaria de la compañía.
“Talana fue uno de los pioneros y líderes en el desarrollo de esta industria en Latinoamérica”, indica el gerente general. Sobre la salida de los fundadores, Spiniak explica que ocurrió “hace mucho tiempo” y que “prefiere no entrar” en esa temática.
Y aunque tampoco opina sobre la reciente salida del ex gerente general, Andrés Barriga, sí evalúa la nueva etapa de la compañía. Hoy, según sus palabras, están pasando por un “nuevo ciclo”. “Hubo un primer ciclo con los fundadores enfocado en la creación de la empresa, el desarrollo de producto y la acumulación de la primera base de clientes. Después existió un periodo de crecimiento con la llegada de Venturance y Altis. Ahora se viene un tiempo de consolidación en Chile y de sentar las bases para la expansión regional”, comenta.
Pero en el camino han surgido otras compañías que les compiten, como Rankmi y Buk, que traen dinamismo al mercado. Sobre esta última, valorada en US$ 500 millones a principios de 2023, el gerente general tampoco opinará.
Este nuevo ciclo de Talana se enmarca en un levantamiento de capital por US$ 8 millones que sellaron hace unas semanas. Los principales inversionistas, Venturance y Altis, materializaron las inversiones de apostantes privados que la firma mantiene en reserva.
La ronda, precisa Spiniak, tiene dos componentes: el primero, la inyección de capital directo a la sociedad, y el segundo, la compra accionaria de los principales socios (Venturance y Altis) a otros inversionistas minoritarios.
Esta operación complementa el aumento por US$ 6 millones que concretaron a mediados de 2022.
-¿Ya se gastaron esos US$ 6 millones?
-No completamente.
El gerente general comenta que la ronda recién levantada se destinará a “continuar el desarrollo de la plataforma tecnológica, incorporando nuevas soluciones y funcionalidades y también preparándola para la entrada a nuevos países, además de seguir creciendo en equipos de cara a cliente”.
Sobre la situación actual del venture capital, Spiniak establece que “si algo ha cambiado en el último tiempo, es que se está transformado el foco desde el crecimiento a cualquier costo a una búsqueda de crecimientos sostenibles y rentables. Y esta es una industria en donde eso existe y hay mucho potencial”.
El punto de equilibrio
Sobre el proceso de expansión, el ejecutivo detalla que el foco principal es Perú porque es un país “que en términos de tamaño es comparable al chileno, pero la penetración de este tipo de soluciones tecnológicas es muchísimo menor. Entonces hay una gran oportunidad, es un mercado más virgen”.
En cuanto a México, ocurre algo similar: “La fuerza laboral formal es cuatro veces más grande que la chilena, entonces es un mercado muy grande y donde también la penetración de estos softwares todavía está más incipiente. Entonces ahí hay algo por hacer. Estamos constantemente evaluando las formas de entrar a nuevos mercados, ya sea a través de desarrollos orgánicos o alianzas o adquisiciones”.
De hecho, Talana adquirió una compañía que los ayudó a desarrollar su módulo de reclutamiento y selección hace aproximadamente un año.
Pero mientras tienen una pata afuera, Spiniak -que llega a la oficina a las 8:30 y no se va hasta las 20:30- no quiere despegarse de Chile. Es, por lejos, el principal mercado y es el que los está ayudando a llegar a un hito clave: el punto de equilibrio, es decir, cuando el nivel de ventas iguala los ingresos de una empresa con sus gastos fijos y variables.
En 2022 crecieron 70% en ingresos, mientras en 2023 esperan llegar superar el 40%.
Mientras eso ocurre, Spiniak tiene en su escritorio un montón de papeles apilados. Ahí están todas las caras de los más de 250 trabajadores de la empresa. Su objetivo es aprenderse todos los nombres en el menor tiempo posible.