Punto de partida
Tech de videovigilancia cierra alianza con productora de chips estadounidense
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El 2014, el ingeniero y profesor de la Universidad Técnica Federico Santa María de Valparaíso, Francisco Soto (42), decidió dejar su trabajo académico para fundar una startup de IoT (internet de las cosas) que buscaba reducir los costos de mantención y monitoreo de plantas de procesos. Recibieron fondos de Corfo, fueron seleccionados por la aceleradora de Silicon Valley BlackBox y Google les dió un crédito de US$ 100 mil.
Soto, junto con sus socios Carlos Valdés, Andrés Ulloa y René Mena, tenían en mente el éxito en San Francisco. Conocieron al fundador de Osisoft, el Dr Patrick Kennedy, que vendió su empresa en US$ 5 mil millones, y éste empezó a asesorarlos. Con el paso de los meses la cosa no iba bien y comenzaron a pivotear. El 2016, ya con Carlos Valdés viviendo en San Francisco, empezaron a proveer servicios a una de las firmas de Kennedy pero no pudieron escalar el negocio. En ese tiempo, Soto estaba en Fundación Chile y donaba la mitad de su sueldo a su socio.
Fue el 2018, en una conversación con Chilquinta, empezaron a desarrollar el producto que hoy venden, un software que integra las cámaras de seguridad y emite alertas en base a un algoritmo. “La empresa eléctrica nos dijo, ‘ustedes que conectan todo, ¿por qué no hacen que nuestras cámaras puedan prevenir incendios?’. Nos empezamos a dar cuenta de que había un mundo en las cámaras y que el desafío era transformar la imagen a dato. Había un mercado gigante”, recuerda el CEO. Decidió renunciar a su trabajo y dedicarse 100% a la startup.
Un año después llegaron a la Municipalidad de Las Condes. Querían conectar y agregarle inteligencia a 600 cámaras y que éstas puedan ayudar a prevenir robos. Esto, mediante un software que emite alertas con saltos de rejas, personas caminando sospechosamente alrededor de una propiedad y autos mal estacionados. Se adjudicaron un contrato de cerca de US$ 600 mil. “Rechazamos una propuesta de inversión de una empresa de telecomunicaciones y seguimos empujando nuestra empresa dado que tenemos una visión de globalizar la tecnología, fue una difícil decisión, pero en el corto plazo nos dimos cuenta de que fue lo correcto”, asegura Soto. Durante el 2019 se unió el ingeniero Rodolfo Castillo para el desarrollo de arquitectura edge computing (tipo de informática que ocurre en la ubicación física del usuario, no en la nube).
Así fueron creciendo en la industria de seguridad, y hoy su gran desafío es con los portonazos: quieren que todas las cámaras de la ciudad puedan detectar patentes, y no solo los pórticos. Para eso Las Condes licitó un proyecto para sumar 2.000 cámaras, Se lo adjudicaron en alianza con Sonda. Hoy tienen a la firma de seguridad Área Protegida como cliente, que le ve la seguridad a Mac Online, Grupo Patio y MTS y además trabajan con Nike, The Line y están entrando a Metro.
Están cerrando una ronda de US$ 600 mil con el fondo Discovery de la UC y entrando al mercado peruano y brasileño con Sonda. Acaban de cerrar una alianza estratégica con la productora de chips en Estados Unidos Blaize, para escalar el negocio del desarrollo de aplicaciones de vigilancia de inteligencia artificial. Ya están en conversaciones con American Airlines y Walmart, y con negocios en Australia, Filipinas e Inglaterra.
Para cerrar este vínculo -relata Soto- fue fundamental la asesoría de la familia de Kennedy,
Este año van a cerrar con 4.500 cámaras conectadas con una venta cercana a los US$ 800 mil, y para el próximo proyectan vender más de US$ 1,2 millones; para eso, en los próximos meses uno de los socios se irá a vivir a San Francisco.