A partir de la otra semana, todos los trabajadores de VTR que sobrevivieron a la fusión con Claro, deberán cambiar la ruta para ir a su oficina. Los 10 pisos ocupados en el icónico edificio de la operadora de televisión por cable ubicado en Apoquindo 4800, en Las Condes, será puesto en arriendo y los empleados se irán hasta los cuarteles centrales de la teleco mexicana en Ciudad Empresarial, en Huechuraba, donde son dueños del inmueble.

Según cuentan fuentes, ya han habido varios movimientos internos en la empresa fusionada en varios equipos, principalmente de operaciones, comunicaciones y marketing, de cara a la nueva estrategia de la compañía.

Además, en cuanto a las sucursales físicas de VTR, varias de ellas podrían pasar a ser operadas por distribuidores autorizados, ahorrando así costos. Este modelo ya lo ocupa Movistar en Chile, por ejemplo, y es muy usual en países como México.

La orden que se recibió desde el alto mando fue deshacerse de todos los bienes inmuebles que no sean infraestructura crítica, lo que explica que VTR se haya mudado cuanto antes hasta Ciudad Empresarial.

Hasta ahora solo queda funcionando en Apoquindo la Fundación VTR, a cargo de Miguel Oyonarte, vicepresidente legal de VTR, y quien seguirá trabajando en la empresa fusionada.

Desde octubre pasado, luego que la Fiscalía Nacional Económica (FNE) aprobara, con condiciones, la fusión, la empresa opera con el nombre de Claro VTR y bajo la dirección de Alfredo Parot como gerente general.

Tal como dijeron en su oportunidad, se enfocarán en tecnología 5G y fibra óptica, negocios que se financiarán con la operación y sin aumentos de capital previstos hasta ahora ni por América Móvil (dueña de Claro) ni por Liberty Latin America (dueña de VTR).