Cultura
¿A quiénes beneficiará la nueva ciclovía metropolitana?
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Hace unos 200 años la Alameda vivió su primera gran remodelación, cuando por decreto de Bernardo O’Higgins se diseñaron platabandas centrales y se plantaron cuatro filas de álamos traídos desde Mendoza para transformar el camino en el paseo más importante de la época: la Alameda de las Delicias. Luego vinieron los edificios neoclásicos, fuentes, esculturas, palacios y monumentos. Hoy, dos siglos después y tal como en años anteriores, la avenida cambiará una vez más para responder a las necesidades de quienes la transitan.
La nueva ciclovía
Nueva Alameda es el proyecto del Gobierno de Santiago para revitalizar el eje principal de la ciudad a través de obras en infraestructura y remodelaciones en cuatro comunas (Providencia, Estación Central, Santiago y Lo Prado) para mejorar la calidad de vida de los habitantes de la capital. El proyecto considera, entre otras acciones, la plantación de tres mil árboles en toda la avenida, la recuperación de fachadas de edificios históricos y la transformación de Plaza Italia para favorecer el tránsito peatonal. Pero de todas las iniciativas que componen Nueva Alameda, la que más miradas atrae es la nueva ciclovía metropolitana. Tendrá ocho kilómetros, irá en ambos sentidos desde Providencia a Lo Prado, correrá por la avenida junto a su bandejón central y conectará con ocho ciclovías existentes y cinco proyectadas, consolidando así 44 kilómetros de uso exclusivo para bicicletas. Será la ciclovía más larga de Chile. Una inversión de 14.200 millones de pesos que para Giovanni Vecchio, académico del Instituto de Estudios Urbanos y Territoriales UC e investigador CEDEUS, tendrá impactos “múltiples y positivos” que beneficiarán a la ciudad completa.
Bicieconomía y propiedades
“Cuando se implementa una ciclovía no se benefician simplemente los ciclistas, sino todos quienes se mueven por la calle, porque hay otras mejoras asociadas en el espacio público. Además, al aumentar el espacio para bicicletas se reduce el espacio para los vehículos y hay menos accidentes, porque los conductores de vehículos manejan de manera más prudente”, señala Vecchio.
Otro de los beneficios es lo que algunos investigadores llaman “bicieconomía”: el impacto medible de las ciclovías en las actividades económicas. Un ejemplo es la ciclovía de la Novena Avenida de Nueva York, inaugurada en 2023 y que ha generado un aumento de 49% en las ventas del comercio local.
La ciclovía de la Alameda puede tener consecuencias similares. “Probablemente no de la misma magnitud que en Nueva York, pero sí se pueden esperar efectos positivos”, apunta el experto.
Para Elizabeth Wagemann, directora del Laboratorio Ciudad y Territorio UDP, esto se debe al ritmo de traslado de sus usuarios. “Peatones y ciclistas, que van más lento, tienden a utilizar más los servicios locales como restoranes y almacenes de barrio. En ese sentido las ciclovías pueden tener un impacto positivo en este tipo de negocios que se relacionan con la proximidad”.
Es lo que ocurrió con la ciclovía y parque lineal de Pocuro, un caso que puede servir para imaginar el impacto de la nueva ciclovía metropolitana: según un estudio donde se entrevistó a comerciantes y dueños de locales, la presencia de espacios caminables y para bicicleta ha afectado positivamente la actividad comercial, debido al aumento de clientes y por otros eventos asociados a la ciclovía (como la CicloRecreoVía). Además los locatarios declararon que llegan más personas en bicicleta que en auto.
Otra investigación hecha en el país es la de Rodrigo Vega, que demostró cómo las ciclovías pueden aumentar hasta 2% el valor de las propiedades.
Una mejor accesibilidad le otorga mayor valor a una vivienda; así como contar con una línea del metro cerca de una propiedad aumenta su plusvalía, pasa algo similar con una ciclovía. Por ejemplo, si el metro está cerca pero va en altura, el efecto no es el mismo. Autopistas y corredores de buses muy próximos a una vivienda también disminuirán su valor. En cambio las ciclovías entre más cerca estén, mejor. 700 metros, para ser exactos. Según el estudio, si se ubican a mayor distancia el efecto sobre las propiedades es prácticamente cero.
El innovador modelo creado por Vega permite calcular cuánto podría cambiar el valor de las viviendas cuando se llevan a cabo iniciativas como ciclovías, lo que resulta útil para tasaciones de propiedades, bancos, desarrolladores urbanos y para la evaluación de proyectos por parte de los gobiernos.
En este punto, Vecchio resalta el caso de Dinamarca, donde cambiaron la forma de evaluar proyectos de infraestructura incorporando sus efectos en la salud: “Las principales ganancias de la bicicleta son en salud: personas que se enferman menos, gastan menos en salud y usan menos licencias. Si sumamos estos elementos en la evaluación de los proyectos, cambia su rentabilidad. Las ciclovías pueden generar ahorros en diferentes ámbitos de las políticas públicas. Es un enfoque interesante que también está impulsando el Ministerio de Transportes en Chile”.
A pesar de los indiscutibles avances, ambos expertos coinciden en que el espacio destinado a los autos sigue siendo desproporcionado en Santiago. Tanto como el diseño de las calles influye en la manera en que las personas utilizan el espacio, la educación vial es fundamental, remarca Wagemann. “Falta aprendizaje sobre la importancia de compartir las calles para reducir tensiones entre ciclistas, peatones y automovilistas. Es importante salirse de esta visión confrontacional entre los distintos modos de transporte, lo que requiere una planificación integrada donde se incorporen las necesidades de los distintos tipos de usuarios creando redes multimodales que permitan un desplazamiento seguro y eficiente”.