Cultura
Francisca Valenzuela, su quiebre de pareja, The Voice y nuevo disco: “Es el momento de decantar, es una ola que se está recogiendo”
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“Ahora es el momento de decantar”. Lo dirá, con convicción, la cantante Francisca Valenzuela (36) en los momentos finales de esta entrevista. Es que han sido tiempos vertiginosos para ella.
El año pasado se mudó de Los Angeles, en California, a Ciudad de México; sacó un disco -“Vida tan bonita”-; se puso enseguida a preparar otro; realizó una gira por veinte ciudades de Estados Unidos; aceptó ser jurado de la nueva versión de The Voice Chile. Además, tuvo que cargar encima un quiebre sentimental. Acostumbrarse a estar sola después de mucho tiempo acompañada. “Volver a encontrar un lugar en el mundo”, explicará ella.
El año pasado se mudó de Los Angeles, en California, a Ciudad de México; sacó un disco -“Vida tan bonita”-; se puso enseguida a preparar otro; realizó una gira por veinte ciudades de Estados Unidos; aceptó ser jurado de la nueva versión de The Voice Chile. Además, tuvo que cargar encima un quiebre sentimental. Acostumbrarse a estar sola después de mucho tiempo acompañada. “Volver a encontrar un lugar en el mundo”, explicará ella.
Francisca Valenzuela habla rápido. Es mucho más acelerada conversando que cuando canta.
Está sentada en una sala frente a su camarín en Chilevisión. Sin maquillaje, sin peinados, sin los vistosos vestidos que ha mostrado en el estelar de talento musical. Lleva calzas oscuras, un polerón ancho. El cabello suelto. Es martes 6 de junio en la tarde; faltan cuatro horas para que empiece The Voice. Y esta jurado -que nunca antes había participado en un programa televisivo- no delata ningún nerviosismo.
Está sentada en una sala frente a su camarín en Chilevisión. Sin maquillaje, sin peinados, sin los vistosos vestidos que ha mostrado en el estelar de talento musical. Lleva calzas oscuras, un polerón ancho. El cabello suelto. Es martes 6 de junio en la tarde; faltan cuatro horas para que empiece The Voice. Y esta jurado -que nunca antes había participado en un programa televisivo- no delata ningún nerviosismo.
-Cuando te ofrecieron ser jurado, ¿dudaste o fue un sí inmediato?
-No fue un sí ni un no rotundo, fue así una reflexión tipo “¿seré capaz de hacerlo?, ¿será algo donde yo sienta que puedo aportar realmente?, ¿qué implica esto para lo que estoy acostumbrada a hacer?”. Eran un ambiente laboral y un proyecto nuevos para mí, debía tomarlo con seriedad. Al mismo tiempo pensaba “esta es una gran oportunidad, ¡qué lindo ser considerada!”. Después de unas semanas, acepté.
-De seguro empezaste a pensar qué jurado querías ser. ¿Construir un personaje -como suele ocurrir en estos programas- o ser tú?
-Decidí ser yo no más. Obviamente vi un par de capítulos del programa en Youtube, no solamente el chileno sino también los internacionales. Eso para familiarizarme con la mecánica y también diría que para confirmar que podía ser un acercamiento espontáneo desde mi personalidad, sin construir algo que requiriera más pose. Y ha sido muy fluido, muy orgánico. Además de lo emocionante y conmovedor que ha sido descubrir nuevos talentos, me ha hecho sentir más enamorada de la música.
-¿Tuviste que poner en pausa tu propio trabajo musical?
-Lo integramos, más bien. Con mi equipo modificamos ciertas cosas. Como yo estaba instalada en México, originalmente esos meses habían conciertos allá. También estaba grabando un disco. Pero todo lo que teníamos que hacer lo seguimos haciendo, sólo que en horarios adicionales. Por ejemplo en marzo y abril estábamos grabando The Voice los jueves, viernes y sábado; y nos íbamos a Argentina el domingo, tocábamos lunes y martes y nos devolvíamos. Hemos estado con el equipo como en una rueda de hámster.
“Yo soy muy sensible”
Francisca Valenzuela jurado da que hablar. Sus apariciones son siempre comentadas en redes sociales. Y varios de esos comentarios tienen que ver con su vestuario. Lo han catalogado de sorpresivo, de extravagante incluso. La noche anterior a esta entrevista apareció con un vestido rosa con un inmenso rosetón por delante. En las uñas tenía adheridos unos pompones al tono.“Se pegan con magnetos”, explica ella, sonriendo.
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“El tema de la ropa siempre me ha gustado. Creo que es un medio de expresión súper entretenido que complementa lo musical. Además aquí fue una oportunidad de poder celebrar el talento chileno. La mayoría de la ropa que he usado, si es que no toda, es puro diseño chileno. Voy a compartir en mis redes un portafolio de todas esas personas”.
El look, en todo caso, no lo trabaja sola. Tiene lo que llama “mi equipo de glam”, que convierte sus ideas y gustos en prendas, peinados y maquillaje. “Tratamos de buscar cosas distintas, jugar con los elementos que me gustan, con texturas, con femineidad, con cosas andrógenas también”.
El look, en todo caso, no lo trabaja sola. Tiene lo que llama “mi equipo de glam”, que convierte sus ideas y gustos en prendas, peinados y maquillaje. “Tratamos de buscar cosas distintas, jugar con los elementos que me gustan, con texturas, con femineidad, con cosas andrógenas también”.
-No sólo tu ropa llama la atención. También ha sido comentada la faceta emotiva de esta jurado. Te quiebras, lloras, haces confesiones. ¿Qué pasa ahí?
-Mmmm… Es interesante eso, porque yo soy muy sensible, muy emocional y comunicativa, pero siempre he estado escudada por mi música, nunca he tenido chance de conectar quizás más públicamente desde un lugar que no es musical. En este compromiso con ser yo, he descubierto cómo eso también es un aporte. Al principio a uno le da pudor, sientes que debes estar más contenida, pero creo que lo que hacemos en el programa es muy emocional, todo es muy conmovedor, las personas están jugándosela en un escenario, están sus familias, muchos han viajado, les dedican canciones a sus seres que han perdido… Me siento súper conmovida, entonces no me doy ni cuenta y me empieza a pasar.
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-La semana pasada apareció el primer sencillo de tu próximo álbum. La canción se llama “¿Dónde se llora cuando se llora?”
-Hablando de emocionalidad…
-Justamente eso quería hacer notar. Que no sólo hay una jurado que llora, sino que el ser humano que la habita también está en esa línea de hipersensibilidad.
-Es verdad.
-De hecho, en los créditos finales del video de esa canción, dice que participa “Francisca Valenzuela como Francisca Valenzuela”. O sea la que allí canta, la que llora, la que habla de un amor partido eres tú.
-Soy yo, totalmente. Me encanta que te fijaras en el detalle.
-La canción habla de una ruptura amorosa. De alguien que sigue sufriendo, que extraña, que tiene nostalgia. ¿Terminó tu relación de tantos años?
-Sí, hubo una ruptura.
El quiebre, el duelo, el renacer
Francisca Valenzuela fue pareja durante varios años con el conocido productor musical Vicente Sanfuentes. Vivían juntos en Estados Unidos. Luego del quiebre, con la pena atorada en el cuerpo, ella empezó en 2022 a armar su nuevo disco. El que presentará en agosto próximo, con el título de “Adentro”. Once canciones que, como la recién liberada “¿Dónde se llora cuando se llora?”, exploran un tono íntimo, confesional y catártico.
“Es un proceso de derrame emocional, de quiebre, que le puede pasar a cualquiera, pero cuando ocurre y tú estás confrontada a una rutina exigente es como si se exacerbara la sensación de sentirte inepta por estar en ese desborde. Además me di cuenta que también había una barrera de lo personal a lo profesional. Me daba vergüenza o lo que fuera, pero ahora sí le doy un espacio, sin miedo, a ese llanto, a ese dolor. Era algo que yo no había logrado habitar o encarnar, pero todo se mezcló como una tormenta perfecta para este disco y esta canción”, explica.
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-¿Qué provoca ese cambio de que ahora expongas lo que antes no?
-Son varias cosas. Es un proceso personal de crecer, de liberación, de autorreconocimiento, de validación y creo que también es darse permiso para ser vulnerable, para sentirse frágil no sólo en privado sino también en público. Estas canciones salieron de un lugar de necesidad, las escribía a las dos de la mañana, en un frenesí. Fueron, sin darme cuenta, un medio de salvación.
-Doloroso, en todo caso.
-Sí, muy doloroso.
“Es un disco que hace todo el recorrido: el quiebre, el duelo y después -yo diría- el renacer, quién es uno fuera de un quiebre, qué pasa después, el delirio, la euforia, la culpa, el perdón".
-¿Se necesita mucho valor además para hacerlo público, convertirlo en disco?
-Sí, porque también es como reconocer que en ese “no logro” hay posibilidad de sentirse fracasada, posibilidad de vergüenza… pero también siento que es como honrar el proceso y honrar el arte.
-¿De qué temas habla específicamente tu nuevo disco?
-Es un disco que hace todo el recorrido: el quiebre, el duelo y después -yo diría- el renacer, quién es uno fuera de un quiebre, qué pasa después, el delirio, la euforia, la culpa, el perdón.
“Yo acepto todo de Shakira”
-De quiebres que inspiran canciones, tal vez Shakira es últimamente la más destacada. A propósito de tu sencillo, no pocos han hecho el link entre ella y tú, aunque reconocen que en tu canción hay más tristeza y menos furia. ¿Qué piensas?
-Que me encanta. Yo acepto todo de Shakira, soy su fan. Para mí ha sido un referente siempre, creo que su honestidad brutal es incendiaria. Para mí, sin su disco “Dónde están los ladrones” no habrían nacido “Peces” ni “Muérdete la lengua”, porque esa cosa de mostrarse desarmada, inestable, insegura, que no fuera un disco críptico, ni poético, ni un lamento pasivo, fue muy importante.
-¿Y respecto de que comparen tu canción con las de ella sobre su propia ruptura sentimental?
-Bueno, de todas maneras en mi disco no hay tanta rabia. Es más desde un lugar de pérdida, de duelo, incluso más de autorreflexión, o de arrepentimiento o de duda. Aquí, más que ira, hay nostalgia.
-En todo caso, las primeras canciones de Shakira post Piqué fueron también más nostálgicas…
-Sí, más sentidas.
-Lo que pasa es que con la última quemó la pradera.
-Claro, además con su pluma ingeniosa que nunca falla.
-¿En una de esas tal vez te decides más adelante a armar también tu propio incendio?
-No. Lo mío es más conmigo. Quién soy yo sin esa persona, qué pasa ahora, qué voy a hacer. Volver a encontrar un espacio en el mundo.
-¿Cómo definirías la etapa de la vida en que estás ahora y donde convergen la jurado, la cantante, la persona?
-Yo diría que ahora es el momento de decantar. Creo que habido un ciclo de vida que se está decantando, es una ola que se está recogiendo, siento que viene con mucha fuerza; y una fuerza no solamente por una transformación o un quiebre, sino una fuerza de identidad, de quién soy, de qué pasiones tengo, qué estoy buscando en la vida. También siento que estoy en un momento de la vida profesional en que las cosas están muy alineadas, es muy lindo poder crear algo que se siente distinto y auténtico, proponerlo al mundo y que las cosas alrededor estén floreciendo.
-Tal vez habría que sumar a la lista tu reivindicación del llanto. Has dicho: llorar para soltar y para sanar.
-Yo creo que antes había un bloqueo. En vez de atravesar la tristeza o el llanto, era mucho más desesperación, frustración, ansiedad. Y esa sensación era mucho más paralizadora. Había mucho miedo.
Tiempos familiares
Francisca es hija de dos conocidos científicos: Pablo Valenzuela y Bernardita Méndez. Como su participación en The Voice ha implicado para la cantante pasar más tiempo en Santiago, desde marzo se instaló en la casa de sus padres. Luego de que termine el programa, el 15 de junio, retomará su vida en el extranjero. Con centro en México y embarcada en giras.
“Han sido tiempos familiares y amistosos. Súper rico”, dice ella. Reconoce que retomar esta rutina también suma a su estado de emocionalidad. “Bajas la guardia en ciertas cosas; y claro, te dispone a estar más sensible. Activas tu rol familiar”. Dice que después de las grabaciones a veces comían juntos, disfrutaban una sobremesa.
Regresará a Chile durante agosto, septiembre y octubre, en una gira por diez ciudades.
Francisca es hija de dos conocidos científicos: Pablo Valenzuela y Bernardita Méndez. Como su participación en The Voice ha implicado para la cantante pasar más tiempo en Santiago, desde marzo se instaló en la casa de sus padres. Luego de que termine el programa, el 15 de junio, retomará su vida en el extranjero. Con centro en México y embarcada en giras.
“Han sido tiempos familiares y amistosos. Súper rico”, dice ella. Reconoce que retomar esta rutina también suma a su estado de emocionalidad. “Bajas la guardia en ciertas cosas; y claro, te dispone a estar más sensible. Activas tu rol familiar”. Dice que después de las grabaciones a veces comían juntos, disfrutaban una sobremesa.
Regresará a Chile durante agosto, septiembre y octubre, en una gira por diez ciudades.