Cultura
La ruta de Alicia Scherson para llevar otra vez un libro de Bolaño al cine
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La cineasta Alicia Scherson es una lectora voraz. Y fue en ese ejercicio que llegó a los libros de Roberto Bolaño (1953-2003). Empezó a leerlos uno tras otro. Con Una novelita lumpen quedó tan fascinada -“fue amor a primera vista”, reconoce- que se entusiasmó incluso para adaptarla al cine. Se encargó del guion y de la dirección: el resultado fue su película El futuro, rodada en Roma con la actriz Manuela Martelli en el rol de Bianca y que se estrenó en 2013. Lo que Scherson no sabía entonces es que Bolaño, al que seguiría leyendo, se volvería a cruzar en su camino.
“El universo de Roberto Bolaño te atrapa. Para mí, con Una novelita lumpen lo más difícil fue hacer esa atmósfera, porque es un mundo real pero siempre un poquito fuera de la realidad. Es algo que te hechiza. Cuando leí El Tercer Reich todavía estaba con la resaca de Una novelita lumpen, pero me interesó. Ambos libros tienen una característica parecida: para el mundo literario son novelas ‘menores’, no son su gran obra, la masterpiece. Eso lo hace mucho mejor material para el cine”, explica.
El Tercer Reich es la primera novela que escribió Roberto Bolaño, en 1989. Pero la dejó sin terminar, se embarcó en otros libros y sólo se publicó de manera póstuma en 2010, siete años después de la precoz muerte del escritor chileno debido a una falla hepática.
“No lo digo yo, sino que lo decía Hitchcock: que la literatura menos sagrada es mejor para el cine”, insiste Scherson, sentada en su oficina de directora del canal de la Universidad de Chile. “Eso te estimula, te inspira, te hace pensar en imágenes y también te sientes más libre que cuando te encuentras, por ejemplo, con una obra tan perfecta de Bolaño como Los detectives salvajes, donde me imagino que no te atreves a cambiar nada”.
En guerra
Alicia Scherson cuenta que en 2017 decidió que llevaría a Bolaño al cine por segunda vez, con una película basada en El Tercer Reich. Una historia que cuenta las vacaciones a la orilla del mar de una pareja de extranjeros, donde él es un fanático de los juegos de guerra, especialmente de uno en que integra un bando nazi. Se dedica a eso profesionalmente, pero es sobre todo una obsesión.
“Esta novela es bien caótica, muy entretenida, tiene estas partes del juego que son súper difíciles de leer, y después al final como que medio se desarma. Entonces tiene una cosa de borrador que me pareció súper libre para poder adaptarla”, explica la cineasta.
“Otra cosa que me enganchó es que ya llevaba tres películas protagonizadas por mujeres (Play, Turistas y El futuro) y de repente digo ‘qué ganas de hacer algo sobre los hombres, meterse en la cabeza masculina’. Y en esta novela, el protagonista es 100% hombre, incluso desde cierto arquetipo. Es obsesivo, introspectivo, autorreferente, siempre para adentro, cosas que las mujeres achacamos un poco caricaturescamente a los hombres. Además esta obsesión por la guerra y por los juegos es masculina”.
“Esta novela es bien caótica, muy entretenida, tiene estas partes del juego que son súper difíciles de leer, y después al final como que medio se desarma. Entonces tiene una cosa de borrador que me pareció súper libre para poder adaptarla”, explica la cineasta.
Ése era un territorio desconocido para Alicia Scherson. “Era hincarle el diente a esta mente tan masculina, que se entretiene coleccionando figuritas de la Segunda Guerra, entendiendo estrategias militares, que para mí son súper lejanas. Me gustan los juegos de mesa, pero no los de guerra ni la guerra. He tenido que meterme”. De hecho, ella tiene en su casa el juego de mesa que sostiene la novela, Rise and Decline of the Third Reich -del cual Bolaño era fanático-, pero no lo entiende demasiado. Dice que es complicado, que el manual de instrucciones tiene 200 páginas y que no ha logrado dominarlo.
Scherson cuenta que, tras su decisión de adaptar la novela, lo primero fue pedir los derechos. Tenía a su favor que ya había hecho el mismo proceso con Una novelita lumpen, entonces conocía a la viuda de Bolaño, Carolina López, y a su agente literario, Andrew Wylie. A ellos les había gustado su trabajo en El futuro, así que todo fue expedito.
Luego, empezó a involucrar gente. Explica que cuando involucra más personas a sus proyectos, ya no hay vuelta atrás porque se siente responsable del equipo. “No puedo dejar gente abandonada”, precisa. Así llegó la productora Isabel Orellana, de Araucaria Cine, “y empezó a funcionar la maquinita”, explica la cineasta.
Más acción
Mientras desde la producción daban pasos presentando el proyecto ante la industria -para conseguir socios, para levantar financiamiento, para abrirse un espacio-, Alicia Scherson empezó a escribir el guion con la adaptación de la novela.
Colaboró con ella la escritora Alejandra Costamagna. Juntas fueron decidiendo cosas distintas al libro, aunque manteniendo la trama principal. Entre esos cambios está que la historia no pasa en la Costa Brava española sino en el litoral chileno y que los turistas protagonistas no son alemanes, sino norteamericanos.
“Trabajando con la Alejandra, dándole vuelta a la adaptación, empezamos a pensar en el año en que fue escrito el libro, el 89, y qué pasó ese año. De repente hicimos ese click con lo que era el 89 en Chile. Mirado a la distancia, fue un año extrañísimo, delirante. Habíamos sacado al dictador, pero ¡se quedó un año! Estaba esta especie de supuesta alegría que aún no llegaba… Ese ambiente nos pareció pastoso, ésa es la palabra, y funcionaba en la historia. Además, siendo yo chilena y Bolaño también, siempre uno está pensando ‘¿dónde voy a meter un elemento chileno?’”, explica.
Y hay algo más, según Scherson. “Esta novela fue la primera que él escribió y si uno ha leído todo Bolaño, te das cuenta que en este libro uno encuentra las semillas de muchas cosas que se desarrollan en sus novelas siguientes. La adicción con los nazis, por ejemplo, está en La literatura nazi en América Latina, en Estrella distante.
También está esa conexión que hace entre el nazismo y los fascismos latinoamericanos. Por eso, cuando pensé en el cambio de escenario para El Tercer Reich me pareció que era ‘bolañadamente’ aceptable, porque es algo que él hizo en sus libros después de esa primera novela. Con este cambio, además, la película agarra un espesor distinto, porque sin que tengas que hablar de la dictadura ni poner militares o detenidos desaparecidos, hay algo que flota en el ambiente”.
“Esta novela fue la primera que él escribió y si uno ha leído todo Bolaño, te das cuenta que en este libro uno encuentra las semillas de muchas cosas que se desarrollan en sus novelas siguientes. La adicción con los nazis, por ejemplo, está en La literatura nazi en América Latina, en Estrella distante".
En la adaptación, Scherson también metió mano en el final. “Claramente no lo voy a contar en esta entrevista”, se ríe. Pero explica las razones. “El final de la novela, según críticos literarios, es lo más débil. Trabajé muchas versiones, para tener otro final. No opuesto, digamos, pero uno en que pasan más cosas. El final de la novela funciona en términos literarios, se explica mucho por los textos. Pasaba eso también en Una novelita lumpen, donde también hice un cambio en el final, aunque más pequeño. En el cine se necesitan más acciones, convertir en imágenes”.
Reunión en Venecia
La pandemia ralentizó las cosas. Puso una pausa larga, sobre todo en términos de financiamiento extranjero porque los países coproductores se volcaron a sus propias industrias. También, explica Scherson, influyó su maternidad: tuvo un hijo en 2019. Además, el tiempo se le apretó más el año pasado cuando asumió la dirección del canal de TV de la Universidad de Chile, donde este mediodía -tomando agua para apagar la tos de un resfrío inminente- habla de su nueva película que, como ella dice, “estamos ya muy cerca de que exista”.
Hoy cuentan con la co-producción de Argentina (Le Tiro), de Uruguay (Nadador Cine) y están a punto de agregar a Canadá. Con la adjudicación de fondos chilenos -del Ministerio de Cultura, de CORFO, entre otros-, argentinos y uruguayos, más aportes de las propias productoras, ya han levantado el 70% del millón de dólares que implica realizar esta película. El 30% restante esperan lograrlo en septiembre, cuando Alicia Scherson e Isabel Orellana participen en el Venice Gap-Financing Market, un encuentro de la industria que se realiza de forma paralela, pero ligado, al famoso Festival de Cine de Venecia.
Guerra de verano -así se llamará la película- fue el único proyecto chileno seleccionado para ese evento. Postularon 280 proyectos de todo el mundo y sólo 34 quedaron aceptados en la categoría ficción y documental. Allí se reunirán con productores, distribuidores, financistas, bancos, agentes de venta, compañías de post producción, empresas de streaming, entre otros actores de la industria. Por eso, se exige que sean proyectos que ya están en su recta final: son apuestas seguras y apetitosas para quienes andan buscando dónde poner el ojo y la billetera.
La playa ochentera
El guion de la nueva película de Scherson ya está listo. El casting, casi completo. Los turistas, incluido el protagonista -cuyo nombre aún no está definido-, serán extranjeros, mientras que otros roles relevantes serán interpretados por actores chilenos, como Gastón Salgado y David Gaete.
El rodaje tendrá dos jornadas: en noviembre y en marzo. Las locaciones también serán dos. Todos los interiores -para mostrar el mundo que el protagonista vive encerrado en un hotel- serán grabados en Piriápolis, en Uruguay. Scherson se va para allá en los próximos días para ver opciones. “Necesitamos un balneario así, más antiguo. Aquí en Chile no hay o no están bien mantenidos”, dice.
Los exteriores, que ocurren en la playa y en el pueblo que la rodea, serán en Chile. “Una opción es Tongoy. La playa allá es muy buena porque no tiene construcciones alrededor y eso facilita ambientar la época de 1989. Aunque podríamos hacerlo también en cualquier otra playa del norte”, explica Scherson.
Los exteriores, que ocurren en la playa y en el pueblo que la rodea, serán en Chile. “Una opción es Tongoy. La playa allá es muy buena porque no tiene construcciones alrededor y eso facilita ambientar la época de 1989".
Como van a tener que recrear años ochenteros, han buscado referencias. Les han servido mucho las fotografías tomadas por el norteamericano Don Terpstra, quien en esa época fue agregado cultural de la embajada de Estados Unidos en Chile. “Son fotos del 85, 86, en Reñaca. Son unas joyas. Se ven esas pieles hiper bronceadas. Esas mujeres flacas, flacas, flacas, con tangas, súper quemadas. Los anteojos espejados, el pelo frizz”, dice Scherson. Y al decirlo, seguro arma en su cabeza la playa que rodeará a Hugo, el ensimismado y obsesivo protagonista de Guerra de verano.
Aprovechando el impulso, Alicia Scherson cierra entusiasta: “Terminamos de rodar en marzo, viene el montaje…. Sí, la película puede estar a mitad del próximo año”.
Desafíos y diferencias bolañistas
Alicia Scherson es la única cineasta que ha adaptado a Bolaño a una cinta de ficción. Y por partida doble. Pero ve diferencias en el trabajo que hizo con ambas novelas.
“Está lo que ya te decía: lo más complicado para mí ha sido el punto de vista masculino. Me lancé muy valientemente a eso, pero me cuesta entender al protagonista de El Tercer Reich. En cambio, Bianca de Una novelita lumpen era mi mejor amiga”, explica. “Por eso, ahora ha habido más investigación teórica, por así decirlo, con la guerra, con el juego, con su rol en nuestra civilización”.
La cineasta agrega otra diferencia. “La primera estaba bien localizada en Roma y, claro, fui a esa ciudad con el libro y ahí se construyó. Ahora es un mundo bastante más imaginario, muy mental, que ocurre muy en la cabeza del protagonista. Pienso en películas como Barton Fink, pienso en El inquilino, de Polanski, ambas me han resonado cuando pienso en esta nueva película. Son bien masculinas y de espacios mentales”.
-¿Cómo definirías a Guerra de verano?
-Como un thriller sicológico con tintes de comedia.
-Algo muy bolañano. Mezclar horror y humor.
-Claro. Y se localiza un poco en esto de “pesadilla en vacaciones”. Por eso también pienso en la serie The White Lotus, no por la historia sino por esa oscuridad en un espacio que superficialmente tiene que ser muy alegre y festivo.