Cultura
La startup de una chilena que busca crear una casa completamente sustentable
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Cuando la chilena Loretxu García salió del colegio, decidió entrar a estudiar periodismo porque quería algo que le diera una base de cultura general. “Pero siempre supe que mi pasión era levantar ideas y convertirlas en realidad”, cuenta. Hija de inmigrantes vascos en Chile, dice que siempre estuvo rodeada de esta idea de construir un negocio desde cero, “con la disciplina, resiliencia y el desafío que conlleva”, explica.
Al terminar la carrera se fue a vivir a Holanda, donde montó una revista de cultura que tenía un espacio para la arquitectura. Se empezó a meter en el tema y le llamó la atención la precariedad de la industria de la construcción, incluso en un país como Holanda. “Lo comparaba con los avances de la industria del automóvil, o las telecomunicaciones con Internet... Habíamos pisado la luna en 1969 y no habíamos aprendido a construir de forma eficiente en la Tierra. Así es que no me quedó otra que montar una constructora”, cuenta desde España, donde vive hoy.
Fue así como hace 18 años nació Infiniski, su empresa enfocada en la construcción sostenible, que cuenta con el certificado A+ de Eficiencia Energética por la Unión Europea. Hace seis años tuvo nuevamente uno de esos momentos “eureka”: cuando estaba embarazada se puso a pensar en cómo el vientre materno es “la casa más segura y cómoda donde hemos vivido”. Empezó a investigar y descubrió las soluciones basadas en la naturaleza, que buscan la sabiduría de ésta para resolver problemas en distintas industrias.
Con esa idea dándole vueltas, conoció a la bioquímica chilena Karina Gómez, que también estaba fascinada con la biotecnología basada en soluciones naturales. Loretxu le propuso entonces que se sumara a NIDO, su startup de I+D, para introducir esa ciencia en la construcción.
Una solución basada en la naturaleza
En NIDO tienen dos grandes objetivos: rebajar los costos de la construcción y reducir el impacto medioambiental de la industria de la construcción. “Es demasiado lo que contaminamos construyendo. Por ejemplo, por cada cuatro pisos de altura que construimos, generamos dos pisos de basura que no se pueden reciclar. Usemos la ciencia no sólo para vivir 40 años más, sino para tener un planeta donde merezca vivirlos”, dice García.
Uno de los primeros desarrollos de la startup fue el NIDO Cell, un panel prefabricado con gel en el interior, que aporta inercia térmica a las construcciones. “Junto a la aislación, son imprescindibles para que una construcción sea eficiente térmicamente. El resultado es que cuando instalas el panel NIDO cell en un inmueble, éste reduce hasta un 40% ese consumo en climatización, tanto en frío como en calor”, explica.
Loretxu planea que este panel salga a la venta en seis meses más. El sistema ha sido probado en una casa piloto que ha sido monitoreada 24/7 durante tres años, en el Centro Tecnológico de la Construcción en Curauma (CTEC). “Los resultados han sido increíbles. Sin siquiera meterle calefacción o aire acondicionado a la casa, ésta regula la temperatura sólo gracias a este compuesto acuoso.
Mientras afuera hay 35 grados de calor, adentro hay 24 grados y en invierno, si afuera hay 8 grados, adentro hay 18”, explica Loretxu García. Ahora están estudiando un edificio de 55 viviendas en Valencia, España, para introducir los paneles, y en Chile están en conversaciones con una minera para introducir los paneles en sus instalaciones.
Además del panel NIDO, hoy están avanzando en dos materiales más y en sus respectivas patentes. Y en paralelo, están levantando su primera ronda de capital pre-seed.
“A pesar de que este año ha sido nefasto para el levantamiento de capital, hemos tenido la capacidad de transmitir la urgencia de lo que hacemos, en una industria tan contaminante que cada pequeño avance tiene un impacto mucho mayor para el planeta. A la fecha, tenemos a tres venture capital europeos interesados en liderar la ronda: uno con foco en construcción y los otros en clima. Además, dos VC chilenos que también entrarían y esperamos que se una un VC de biotech de Estados Unidos que tiene clarísimo que el futuro está en los biomateriales”, explica García.
El sueño de Loretxu y del equipo de NIDO es crear una casa completa que funcione como un organismo autónomo y que no consuma energía: “Proyectamos una construcción que funcione como el cuerpo humano. Con un gel que recorra la casa, una cabellera con un techo de microorganismos que evitarán el sobrecalentamiento y también un sistema digestivo que va a procesar los desechos para convertirlos en ‘alimento’ para otras funciones de la misma casa. Tenemos en carpeta una serie de desarrollos fascinantes que van a crear hábitats humanos a bajo costo y que no consuman energía”.