Cultura
Chile podría ser la próxima sede de Rock in Rio en Latinoamérica
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Ser el gerente del mayor festival de música del mundo. Parece un sueño de juventud, pero es también estar a cargo de una empresa inmensa: solo la edición de Río de Janeiro -el festival también tiene versiones en Lisboa, Madrid y Las Vegas- compromete 700 mil asistentes, 20 mil personas trabajando directamente en el evento y un impacto económico de 250 millones de dólares para la ciudad.
Luis Justo es CEO de Rock in Rio hace 10 años. El ingeniero de producción y MBA trabajó en el mercado financiero, en una consultora multinacional, y a los 28 años se convirtió en CEO de Osklen, una de las marcas de moda más respetadas del mundo.
En 2011 llegó a hacerse cargo del festival de música que nació en 1985 y que ha convocado a las más grandes bandas y artistas del momento. Creado por el empresario y publicista brasileño Roberto Medina, la primera edición de este festival se realizó en un área ubicada en la zona oeste de Río de Janeiro que recibió el nombre de “Cidade do Rock” (Ciudad del Rock) y las estrellas del cartel fueron Queen, Rod Stewart, AC/DC, Yes, Scorpions, Ozzy Osbourne y Iron Maiden.
Esta última banda también forma parte del lineup 2022, porque luego de la inevitable pausa pandémica, y de ver suspendidas las ediciones de Brasil y Portugal, los dos primeros fines de semana de septiembre la cita en Río convocará también a Post Malone, Justin Bieber, Guns N’ Roses, Green Day, Coldplay, Dua Lipa, Dream Theater, Megadeth, Sepultura y Orquestra Sinfónica Brasileira, Demi Lovato y Camila Cabello, entre muchos otros nombres.
Chile suena fuerte
En la entrada de Rock in Rio en Wikipedia aparecen las distintas fechas y ciudades donde ha tenido lugar el festival, y se suma una futura edición en Santiago de Chile 2023.
Eso no se ha concretado, y aunque era un plan que venía andando, el estallido social, y luego la pandemia, obligaron a posponerlo, pero Luis Justo confirma que las intenciones siguen sobre la mesa y todo indicaría que 2024 será el año en que Rock in Rio suene en Chile con la coproducción de Rock Santiago.
“Chile es un mercado muy importante en Latinoamérica, un país importante en cuanto a su economía y su relación con la música, y para nosotros un destino natural”, afirma el CEO a través de una conversación por Teams, haciendo uso de un excelente portuñol.
Luis Justo, CEO de Rock in Rio
Confirma que existía una conversación avanzada con sus posibles socios chilenos y que dadas las circunstancias que acarreó el Covid-19 se optó por concentrar las energías en sus mercados ya en desarrollo, pero esa charla continúa. “Chile es un mercado prioritario para Rock in Rio. No hay una fecha concreta que se pueda anunciar, pero tenemos socios de confianza allá, y cuando sea el momento, vamos a confirmar”, agrega Justo.
Explica además que estratégicamente, considerando las fechas de gira de los músicos, es conveniente pensar en otros países de Sudamérica como socios para establecer un circuito de festivales. “Chile es uno de los países prioritarios y una posibilidad que ya comenzamos a explorar. Definitivamente está en nuestro radar. Va a acontecer en el futuro, seguro que sí”.
Desde el punto de vista económico, el impacto del festival involucra mucho más que los días y el lugar del evento musical. Son miles de personas que llegan a la ciudad como turistas y consumen servicios de hotelería, restaurantes, transporte, etcétera. En el caso de Río, la versión 2019 acogió a unas 700 mil personas durante siete días de festival.
Por lo mismo, enfatiza el CEO, es importante llevar a cabo el plan de infraestructura y logística en conjunto con las autoridades y la comunidad. “Es necesario trabajar también con los vecinos, y los distintos stakeholders, para que este tipo de eventos tengan un impacto realmente positivo para todos”, suma Justo.
El reencuentro
“Antes de 2020 uno jamás podía imaginar una circunstancia como una pandemia que detendría todo. Era algo impensable”, asegura el ejecutivo, pero agrega que durante esos dos años sin shows se pudo avanzar en términos de planificación y extender la marca también desde el punto de vista digital.
“Desde 1985 RIR ha sido no solo la experiencia en vivo, también una transmisión televisiva a través de media partners que mostraban el evento al mundo. Muchas cosas han cambiado ahora, y con el retorno físico queda claro que nada va a sustituir esa experiencia. Se trata de un reencuentro, todos queremos estar físicamente juntos de nuevo, pero también fueron dos años de pensar cómo la versión digital del evento se puede mejorar. La revolución digital que nos fue obligada por las circunstancias pone en futuro nuevas posibilidades”, comenta Justo.
Se refiere no solo a las posibilidades tecnológicas del streaming, también al cambio en las estructuras de trabajo y la oportunidad de crear equipos de trabajo más activos con personas que están en distintas partes del mundo. En una edición como la de Río de Janeiro trabajan unas 20 mil personas directamente, entre los artistas, el equipo de producción, limpieza, seguridad y broadcasting.
Y con el Covid-19 y sus distintas variantes aún en el aire, Luis recalca las medidas que han considerado para volver a la presencialidad: “Estamos muy cerca evaluando cuáles son los mejores protocolos de seguridad y con preocupación redoblada”.
Se asoma la luz
El concepto del festival, apunta el CEO, es para toda la familia. Más allá de su origen rockero, su historia ha contemplado variados estilos musicales, pensando en un público transversal y masivo.
“El rock es una actitud. Se trata de cuestionar el estatus y RIR nació saliendo de una dictadura. Tenía que ver con mostrar al mundo el potencial de Brasil”, sostiene.
Agrega que no se trata de un evento de nicho, sino de una celebración democrática: “Queremos que sea una representación de una sociedad ideal donde las diferencias estén presentes, pero conviviendo en torno al tema principal que es la felicidad y la música”.
Desde el punto de vista comercial, añade, las marcas que participan de este evento tienen la oportunidad de dirigirse a todos los estratos sociales, géneros y edades.
“Un festival así es la posibilidad de soñar un mundo mejor y más sustentable. Y afortunadamente podemos seleccionar a las marcas que compartan esos valores”. A ocho meses de la fecha de Rock in Rio 2022, Justo se ve entusiasmado con la vuelta a los escenarios: “La vida es en vivo y estamos cerca de poder retomar. Se asoma la luz al final del túnel”.
Solo se vive una vez
Felipe Araya es socio y director de Rock Santiago, empresa a cargo de Primavera Sound y probable futuro socio de Rock in Rio en Chile; mantiene una mirada optimista respecto a los festivales musicales y eventos en vivo, y menciona el “YOLO effect”: You Only Live Once.
“Hoy más que nunca las personas buscan experiencias en vivo. Todos queremos volver a salir, cantar, bailar y encontrarnos”, afirma Araya.
Esta tendencia, asegura, también se traduce en oportunidad de negocio para la industria de la entretención: “Las empresas de inversión están recomendando a sus clientes tomar posiciones en Leisure & Entertainment y en compañías vinculadas al turismo, porque se espera un crecimiento espectacular en 2022-23. Y el impacto en el awareness de las marcas al ligarse a festivales con valores como la sustentabilidad, la inclusión y transversalidad, además de las grandes bandas, solo suma. Hoy la cultura debe ser transversal y traer shows de categoría mundial”.