Cultura
Rodrigo Sepúlveda y “Ardiente Paciencia”: “Es mandar un pedazo de nosotros afuera”
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“A mí me encantó Il Postino, la banda sonora, la actuación de Philippe Noiret. Entonces cuando me llegó este regalo de Fabula quedé bien sorprendido y asustado, ¿qué hacer?”, admite el director en alusión a la cinta de 1994 dirigida por Michael Radford, filmada en Italia y protagonizada por Noiret, Massimo Troisi y Maria Grazia Cucinotta, que alcanzó gran notoriedad mundial e incluso cinco nominaciones al Oscar incluyendo Mejor Película.
Il Postino es una adaptación de la novela Ardiente paciencia (1985), escrita por Antonio Skármeta, que cuenta la historia de un cartero en un pueblo costero que con el encargo de llevar correspondencia a Neftalí Reyes -Pablo Neruda- va generando una relación con el poeta, quien pronto se convierte en su confidente y asesor en la misión de conquistar a la mujer que lo ha flechado. El título es una cita al discurso de Neruda al recibir el Premio Nobel.
Además de una versión cinematográfica previa del propio Skármeta filmada en Portugal, se han montado decenas de obras de teatro basadas en la historia de amor y de amistad, pero 28 años después de la versión de Radford, la cinta se rodó en su escenario original, Isla Negra, y la próxima semana se estrena al mundo a través de Netflix.
“Esta vez se hace en Chile y en las tierras del poeta. Y cabe preguntarse por qué hacer esta película y por qué ahora. Ahí creo que es importante el trabajo que hicimos sobre todo en el personaje de Beatriz, que originalmente era una pobladora iletrada y ahora la transformamos en una mujer más de siglo, que lee, canta, escribe, y que además es una joven que toma las riendas de su vida”, señala Sepúlveda.
El encargo, o regalo, como dice él, lo recibió de Juan de Dios Larraín. El productor y socio fundador de Fabula, lo llamó, le contó del proyecto y le mandó el guion adaptado por Guillermo Calderón. Se entusiasmó inmediatamente, cuenta. El proceso de casting lo realizó en conjunto con Eduardo Paxeco.
El elenco lo protagonizan Andrew Bargsted, Claudio Arredondo y Vivianne Dietz. También actúan Paola Giannini, Pablo Macaya, Rodolfo Pulgar, Trinidad González y Amalia Kassai, entre otros. La música se la encargaron a Carlos Cabezas y la directora de fotografía fue Maura Morales, que vino especialmente desde Italia al rodaje. “El proceso fue muy interesante y entretenido”, recuerda el realizador.
Filmaron durante abril de este año en Isla Negra, Algarrobo y algunas tomas de Valparaíso. A Sepúlveda le interesaba particularmente recrear la atmósfera romántica de esa época, la historia transcurre en 1969 los meses previos a la elección de Salvador Allende como presidente de Chile.
“Miramos mucha imagen de la época, encontré un documental de Pathé, Francia, de la venida de la Reina Isabel II a Chile el año 1968 y ese color, esa gama, esa textura, me fascinó. Con Maura (Morales) la buscamos tanto que al final la película fue a un laboratorio en Europa donde la pasamos a formato cine y de ahí volvimos a video. Por eso tiene una textura antigua, con las chispas y las rayas del cine de esos años, que le da un peso especial a la película”.
Otra de las decisiones que tomó como director, fue buscar la naturalidad en los personajes. Un ejemplo de ello es que el actor Claudio Arredondo en su interpretación de Pablo Neruda no adopta el característico sonsonete parsimonioso del poeta, ni usa prótesis para simular la gran papada del vate.
“El trabajo actoral me importa mucho y no me gustaría imitar algo. Hay una intención de bajar a Neruda del pedestal, que fuera un ser humano común y corriente del balneario. Alguien más cotidiano, con una calidad humana directa y digerible. El otro Neruda se aleja de la gente, este se acerca”, comenta.
“Esta es una película que hicimos muy pensando en el público, una ficción que está hecha pensando en el disfrute y muy conscientes de la post pandemia, de la falta de amor, calidez y contacto que hemos tenido estos últimos años", dice el director.
El amor que nos salvará
Ardiente paciencia es la primera película concebida originalmente para Netflix y realizada en Chile, y también es la primera vez que Sepúlveda trabaja con Fabula, aunque tiene una relación de amistad con los hermanos Larraín. “Todo funcionó muy bien, ante los miedos que uno podría tener, desde Netflix fueron muy generosos, me sentí libre para tratar la película como yo quisiera”, dice.
-Estrenar este título en una plataforma como Netflix es llegar a una audiencia inmensa de cientos de países en simultáneo. ¿Qué se siente salir al mundo entero con una película tan nuestra?
-Ese era otro de los grandes desafíos. “Muéstrame tu aldea y me mostrarás el mundo”. Filmar en Isla Negra frente a nuestro océano no tan pacífico, en los lugares donde escribió Neruda, hacer la Oda al mar ahí mismo, fue una misión enorme y muy bonita. Es mandar un pedazo de nosotros afuera a muchos países y generaciones. Una de las acciones más presentes en la película es la escritura y no sé cuántos de los jóvenes de hoy habrá escrito una carta en su vida”.
“Esta es una película que hicimos muy pensando en el público, una ficción que está hecha pensando en el disfrute y muy conscientes de la post pandemia, de la falta de amor, calidez y contacto que hemos tenido estos últimos años”, dice el director de Padre nuestro (2006), Aurora (2014) y Tengo miedo torero (2020).
Reconoce que le convocó también tener la oportunidad de contar una historia tan romántica: “Creo que el amor es lo único que nos liberará de Zoom (ríe). Después de la pandemia uno se encuentra con amigos y conocidos, y hay una lista de las parejas que se salvaron y las que no. Es una responsabilidad súper linda hacer una película que es todo lo contrario, una ocasión para enamorarse”.
-¿Eres nerudiano?
-Soy muy lector de poesía, pero debo reconocer que he sido más rockeano (seguidor de Pablo de Rokha) y huidobriano (Vicente Huidobro) que nerudiano. Pero ahora que uno está más viejo el encontrarse esos poemas entrañables de amor y las odas que escribía para los obreros y personas más iletradas fue una sorpresa sumamente bonita y agradable. Y esto sucede a tres meses de que salga Allende, hay un ambiente de efervescencia, el pueblo está unido pensando que jamás será vencido.