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Macroeconomía en 2024: ¿Qué dicen los expertos?
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Inflación: controlada y estable
Fue una noticia que dejó a muchos con la boca abierta. Como es costumbre, el lunes, bien temprano en la mañana, el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) dio a conocer el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de diciembre de 2023. ¿El resultado? Una reducción de 0,5%, muy lejos del -0,1% que esperaba el mercado. Con esto, el año pasado cerró con una inflación de 3,9%, una cifra muy por debajo de las proyecciones de los expertos.
El IPC tuvo impactos inmediatos: el dólar, por ejemplo, cerró el lunes con una fuerte alza y superó los $ 900 por primera vez en casi dos meses. A la jornada siguiente, la divisa norteamericana superó los $ 920. El Presidente Gabriel Boric, por su parte, expresó en un evento de ese mismo día: “(Esto) significa concretamente que las papas bajan. ¡Qué por la cresta que estaban caras!”.
Efectivamente, uno de los ítems que más descenso tuvo en su valor fue alimentos y bebidas no alcohólicas, con un -0,8%. Haciendo un doble click en esta categoría, se registraron disminuciones mensuales en ocho de sus 11 clases. Según el INE, la “más importante” fue en hortalizas, legumbres y tubérculos (-4,3%). Lácteos, quesos y huevos cayeron 1,5%.
“Mientras no existan “shocks” o efectos impredecibles importantes, la trayectoria de la inflación seguirá a la baja, ya que los precios internacionales se siguen normalizando, mientras que los valores de servicios y productos nacionales hace un rato que, en su mayoría, se estabilizaron luego del efecto causado por los retiros. Además, hay que tener cuidado con seguir teniendo muchas variaciones de precios negativas, porque eso sería el reflejo de un consumo muy deprimido. Ojalá la inflación en Chile deje de ser un tema el 2024”, comenta Diego Soffia, experto en finanzas y director ejecutivo de Efectivo.
Por su parte, Pablo González, doctor en Economía y director de postgrado de la FEN UAH, añade: “Las posibles presiones inflacionarias han desaparecido en el mercado interno. En principio no se ve un crecimiento del consumo que nos pueda sorprender ni tampoco de la inversión. La demanda interna no sería un problema en materia inflacionaria. Las dificultades que en la práctica tiene el oficialismo para aprobar sus proyectos prácticamente aseguraría mantener bajo control el gasto público. Los desafíos para 2024 no vienen por el lado monetario posiblemente sino más por la economía real y el sector externo”.
Con el último resultado del IPC, el Banco Central reafirmó su meta para 2024, que es mantener la inflación a 3%. Más allá de esta buena noticia, existen otros elementos de la macroeconomía chilena que siguen preocupando a expertos, como el mercado laboral, el crecimiento y las tasas. Acá los analizamos.
Es, sin duda, uno de los principales objetivos de 2024. Chile, han dicho los expertos, necesita crecer para batallar con las principales preocupaciones económicas y políticas. Y para eso, es fundamental una serie de factores, como la disminución de la inflación y el aumento de la inversión, ya sea local o extranjera. El Presidente Gabriel Boric dijo el mes pasado que se proyecta un crecimiento de 2,5% para este año.
Por su parte, Cristián Lecaros, CEO de Inversión Fácil, proyecta un crecimiento de 1,5%. "Será clave la Tasa de Política Monetaria", advierte.
“Hay que ser bien cauto con las estimaciones del crecimiento de nuestra economía. A partir de un crecimiento prácticamente nulo para el 2023, una proyección bien realista es la que ubica nuestro PIB en torno al 1,2% y 2,2%, cifras que distan mucho de los niveles aconsejables para el país. Dado lo anterior, será clave la gestión del gobierno, en cuanto a que el mundo privado perciba un ambiente seguro, con reglas claras, que permita llegar a un crecimiento ideal cercano al 3%”, señala Osvaldo Segovia, académico Escuela de Economía y Negocios, Universidad Central.
Itsaso Apezteguia, analista de mercados de la fintech europea Ebury, ofrece otra perspectiva: “El fin del ciclo constitucional debería lograr reducir los altos niveles de incertidumbre y favorecer la confianza de los empresarios y la inversión en el país. Es muy probable que esto permita que Chile registre un crecimiento mayor, ya que la incertidumbre generada por el proceso constituyente ha afectado fuertemente la inversión y el desarrollo de reformas clave, lo que a su vez ha contribuido al estancamiento de los últimos años. Por otro lado, la disminución de las tasas de inflación y la relajación de la política monetaria respaldarán el crecimiento del país. El fin del ciclo de subidas de tipos y el descenso de las tasas de crecimiento de los precios al consumo interno deberían ser positivos para las perspectivas de crecimiento. Sin embargo, también existen riesgos para estas perspectivas, en particular la ralentización de la economía china y la guerra en Oriente Medio”.
Trabajo: la principal preocupación
Se trata, quizás, de una de las principales preocupaciones en el orden económico. La tasa de desocupación se ubicó en 8,7% en el periodo septiembre-noviembre, un 0,8% más que en el mismo intervalo de 2022.
El economista Pablo González dice que “la pandemia significó un quiebre fundamental para el mercado de trabajo”.
Y añade: “Así como para el consumo existieron los incentivos a través de programas fiscales y retiro de fondos, en el mercado de trabajo también hubo beneficios para la contratación de mano de obra. Estos incentivos ya no existen. La crisis sanitaria trajo también un cambio el tipo de actividades mano de obra intensiva, trajo la adopción de tecnología sustitutiva de trabajo, permitió quizás a las empresas valorar dónde se podían lograr mejoras de productividad que significaban producir lo mismo pero con menos personas contratadas. Estos cambios no van a ser fáciles de absorber. Y el empleo genuino de largo plazo no se genera con planes fiscales. Lamentablemente habrá que tener paciencia para la recuperación plena de este mercado, sabiendo los costos que esto significa para las personas”.
Por su parte, Osvaldo Segovia, afirma que “aunque los análisis señalan que podrían crearse cerca de 91 mil empleos, lo que sin duda es positivo, este efecto tiende a diluirse ya que la fuerza de trabajo en Chile seguirá creciendo por lo que finalmente la tasa de desempleo se ubicará en un rango similar que el 2023, alrededor del 9%. Pero si Chile logra aumentar el nivel de productividad, a partir de políticas de inversión claras, que permitan al sector privado operar con seguridad, y de no mediar variables exógenas, es probable que el desempleo logre ubicarse finalmente para el año 2024, en un rango que oscilaría entre el 7% y el 8%.”.
Itsaso Apezteguia ve un escenario favorable y dice que lo peor ya ha pasado: “Ya se ha tenido en cuenta el efecto retardado de los altos tipos de interés en la economía, lo que está llevando a una recuperación de la confianza empresarial. Este aumento de la confianza empresarial llevará a un aumento de la producción y la inversión, lo que a su vez podría llevar a un aumento del empleo”.
"En la medida que los actores del mercado, estén descontando el cumplimiento de la inflación dentro del rango meta del banco central, la economía debería tender a normalizar su actividad, los créditos en UF para proyectos e inversiones a ser más factibles de desarrollar y por tanto a iniciar su desarrollo, por lo que se estima que la ocupación debería retomar mejores tasas a fines del 2024 y 2025", comenta Claudio Cáceres, economista del Observatorio de Política Económica de la Universidad Bolivariana.
La guinda de la torta. No son pocos los economistas que dicen que la caída de las tasas es el principal elemento detrás de la recuperación económica de Chile y el mundo. En particular, nuestro país comenzó el recorte en julio de 2023. Mientras, economías como la de Estados Unidos, siguen manteniendo su política monetaria.
“Con total certeza la tasa de política monetaria irá a la baja en 2024. Una baja inflación acelerará este proceso, pero siempre con un ojo puesto en la economía internacional y fundamentalmente en cómo maneje EE.UU. su política monetaria, para mantener también la estabilidad de nuestra moneda”, dice Diego Soffia.
“No sería una sorpresa ver a un Consejo del Banco Central acelerando la normalización de la TPM hacia niveles normales hacia mediados de año. Quizás la mesura provenga más desde el frente externo con la agudización de los conflictos y los costos que ello pueda implicar para el comercio internacional, además de considerar las presiones fiscales sobre los países beligerantes”, expresa Pablo González.
Y Segovia concluye: “Todavía persisten las dudas respecto del comportamiento económico del país, teniendo presente el crecimiento prácticamente nulo del país, junto a una tasa de desempleo cercana al 9%, una inflación que se ubicará en torno al 4% y un nivel de inversión que en términos generales nunca logró repuntar lo suficiente. El panorama de un nuevo recorte de tasas por parte del Banco Central, dependerá del comportamiento del IPC, con una alta probabilidad de que si el IPC del próximo mes de enero continúa a la baja, el ente emisor recorte en 100 puntos base la TPM”.