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Qué es el factoring y lo que necesitas saber antes de utilizarlo
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Es uno de los instrumentos de financiamiento más recurrentes de las PYME. El factoring —conocido también como factoraje— tiene más de 16 mil clientes, 30 mil deudores y un total de $ 650.000 millones en total de colocaciones, según la Asociación de Factoring de Chile (EFA).
Se trata de una alternativa de financiamiento donde, como menciona la CMF, una empresa le “traspasa el servicio de cobranza futura de los créditos y facturas existentes a su favor y a cambio obtiene de manera inmediata el dinero a que esas operaciones se refiere”.
¿Por qué el factoring ha ganado terreno en la industria nacional? Porque permite que las empresas emergentes reciban los pagos de sus servicios de forma inmediata y no con una espera de 30 ó 60 días. Además, se pueden desligar de la carga administrativa que requiere el trámite de cobrar facturas, ya que la firma de factoring le “compra” el documento a la contraparte. Todo esto, eso sí, con un descuento o comisión que se queda la compañía financiadora.
Tomás Vedoya, gerente de la División Empresas de Tanner, lo resume de esta forma: “Las PYME convierten sus ingresos futuros en liquidez hoy y se olvidan de estar cobrando los documentos, ya que esa función queda en manos de la empresa de factoring que compró sus cuentas por cobrar”.
A pesar de que suena como una operación simple, es necesario conocer algunos puntos clave.
¿Utilizarlo o no?
Muchas PYME entran en un estado de insolvencia por falta de liquidez, no por problemas de ventas. Este es el insumo más importante de las firmas de factoring —que son más de 200 en Chile— porque permiten entregar efectivo instantáneamente.
Sin embargo, las comisiones son bastante altas. Por esto, es recomendable que cada compañía cotice y elija una firma especializada en su línea de negocios: transporte, construcción, comercio o industria agrícola.
Marcelo Lazen, presidente de la Asociación Empresas de Factoring Chile (EFA) y gerente general de Banfactoring, dice que este tipo de financiamiento es una buena herramienta pero que si es mal utilizada “puede comprometer en un porcentaje alto los flujos de venta de la PYME. Siempre se debe tener en cuenta que las operaciones de factoring solo financian las necesidades de corto plazo, y no inversiones de largo plazo”.
¿Quién paga?
Es la mayor disyuntiva a la hora de elegir un factoring. ¿Qué pasa si la compañía deudora no paga? Para esto hay que conocer los tipos de financiamiento. Si bien hay muchos, son dos los centrales: el factoring con o sin recurso.
En el sin recurso, la compañía de factoring asume el riesgo de incumplimiento de pago. “Son pocas las empresas que ofrecen este servicio y su estructura de tarifas es más elevada”, apunta Sebastián Muñoz, abogado jefe del Área de Insolvencia del Grupo Defensa.
En el caso del factoring con recurso, la empresa que cedió la factura deberá asumir el pago de ésta en caso de que la compañía deudora no realice el trámite. Esta es la opción más utilizada actualmente y que implica el mayor riesgo para la PYME que necesite liquidez.
La relevancia de explorar
Antes de concretar con cualquier empresa de factoring, es necesario entender las condiciones. “Es importante considerar la transparencia en los costos y cobros del servicio y la agilidad del proceso, donde cada vez se han hecho más importantes los canales digitales para los clientes”, cuenta Tomás Vedoya de Tanner.
Relacionado a ese punto, Marcelo Lazen de EFA enfatiza que las empresas “deben tratar de operar con compañías de factoring que sean conocidas, transparentes y con un código de ética”.
Muñoz afirma que antes de cerrar acuerdo con una firma de factoring hay que explorar bien el mercado y “realizar una simulación de la operación y revisar cuidadosamente la liquidación que la empresa de factoring entregue, poner atención en los tipos de cobro, en la composición de la devolución de retenciones y la tarifa, y verificar qué tipo de comisiones e intereses se encuentran asociados”.
La regulación
A diferencia de otros rubros, esta industria no cuenta con una regulación directa. Se rigen bajo la ley 19.983 pero no existe una normativa específica.
“Este mercado está poco regulado, por lo que las condiciones de tasas de interés, comisiones y descuentos que aplican en las liquidaciones suelen ser poco uniformes entre una empresa de factoring y otra”, confiesa el abogado Sebastián Muñoz.
Andrés Hortal, vicepresidente de EFA y gerente general de BHV Capital, asegura que “cualquier normativa que haga que el mercado sea más transparente nos gusta, porque hace el negocio más eficiente, más beneficioso para nuestros clientes y más competitivo. La autorregulación también es un aspecto que nos preocupa y exigimos”.
Te pueden rechazar
No se trata solo de acercarse y cerrar un acuerdo con la compañía de factoring, ya que ésta puede rechazar trabajar contigo.
¿Qué se puede hacer para que no te rechacen? Tener las finanzas de la compañía de forma ordenada, contar con una relación estable con los clientes y que éstos tengan una buena reputación en el mercado. Además, es recomendable no estar muy endeudado y tener un nivel de ventas lo suficientemente estable para que la firma de factoring conozca la proyección del negocio.