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Allan Lichtman, predictor electoral: “Los demócratas tienen una posibilidad bastante decente de ganar”

Allan Lichtman, predictor electoral: “Los demócratas tienen una posibilidad bastante decente de ganar”

Es considerado un “nostradamus” electoral en Estados Unidos. Desde la victoria de Ronald Reagan en 1984, su sistema de 13 claves para llegar a la Casa Blanca ha acertado en todas las elecciones norteamericanas, salvo en 2000. Sobre los actuales comicios, el experto dice que la figura de los vicepresidentes no influirá en el resultado.

Por: Mateo Navas | Publicado: Sábado 27 de julio de 2024 a las 21:00
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Fue después de la victoria de Donald Trump sobre Hillary Clinton en 2016 cuando el empresario republicano le envió al historiador Allan Lichtman un regalo: una copia enmarcada de un artículo del Washington Post titulado “Trump se encamina a la victoria, según un profesor que ha predicho correctamente 30 años de resultados presidenciales”. El obsequio venía con una nota: “Profesor, felicitaciones. Buena predicción”.

“Tenía una gran firma con un lápiz sharpie por Donald J. Trump”, recuerda a DF MAS, vía Zoom, Allan Lichtman, sentado en su oficina de la American University en Washington, donde es profesor desde 1973. En el artículo del Washington Post, el historiador adelantó que Trump vencería en las elecciones presidenciales. Su pronóstico, ocho años después, suena obvio, pero en ese momento todas las encuestas daban a Hillary Clinton como la vencedora.

Lichtman, 77 años, es considerado como uno de los principales predictores electorales de Estados Unidos, ya que ha adelantado a los ganadores de la mayoría de las elecciones presidenciales desde 1984. Sólo se ha equivocado una vez: fue en 2000, cuando afirmó que Al Gore ganaría la estrecha elección presidencial contra George W. Bush.

Ahora, el desafío de predicción no está fácil. En sólo un mes Estados Unidos ha tenido un intento de asesinato y una histórica dimisión por parte del Presidente activo. “Lo que ha ocurrido recientemente en la política estadounidense es que, sin un precedente claro, un presidente en funciones y el presunto nominado del partido -que fue votado como candidato por el 87% de los votantes en las primarias- se ha retirado de la carrera y ha apoyado a su vicepresidenta, Kamala Harris”, afirma Lichtman.

El comienzo

A principios de los ‘80, mientras participaba de una comida en la universidad Caltech, Lichtman conoció a Vladimir Keilis-Borok, un geofísico ruso que estaba interesado en aplicar sus técnicas de predicción sismológica a los sistemas políticos democráticos. El académico estadounidense se interesó de inmediato, porque se dedicaba a analizar matemáticamente las tendencias de la historia estadounidense. Luego de una breve introducción, decidieron trabajar juntos.

Partieron estudiando todas las elecciones presidenciales desde 1860 hasta 1980 para identificar los factores que parecían predecir los resultados electorales. Con toda esa información, Lichtman llegó a una conclusión: los votantes no se dejan influir por las campañas electorales, sino que votan en función de la actuación del Presidente en ejercicio. También se dio cuenta de que aunque el Presidente no se presentara a la reelección, sus éxitos y fracasos ayudarían o perjudicarían a las perspectivas del candidato de su partido.

Con eso, Lichtman y Keilis-Borok publicaron su modelo de predicción -que funciona en base a 13 claves (ver recuadro)- en un artículo académico de 1981. Tres años después, debutaron (y adelantaron correctamente) la reelección de Ronald Reagan. Desde ahí, no hubo vuelta atrás y se convirtieron en los predictores más conocidos del país. Y a 30 años de su debut, en 2016, Lichtman volvió al ojo público al adelantar la victoria de Donald Trump.

¿Cómo funciona el sistema? Es una lista de 13 afirmaciones verdaderas/falsas sobre las circunstancias que rodean a unas elecciones presidenciales. Si cinco o menos de las declaraciones son falsas, se predice que el partido en el poder ganará las elecciones. Si seis o más son falsas, se proyecta que el partido en el poder perderá.

“Mi sistema de predicción ha acertado desde que predije la reelección de Ronald Reagan en 1984, en medio de lo que entonces era la peor recesión desde la Gran Depresión, y cuando sus índices de aprobación eran sólo del 43%, y el 60% de los estadounidenses decían que era demasiado viejo para volver a presentarse”, asegura Lichtman.

El sistema, agrega, “se basa en la estructura de cómo funcionan realmente las elecciones”. Y complementa: “Al retirarse Biden, los demócratas han perdido la clave de la incumbencia, ya que será una elección de escaños abiertos, sin un presidente en funciones que se presente. Sin embargo, parece que los demócratas evitarán la pérdida de una segunda clave: la de la competición interna del partido. Esto, porque Biden apoyó a su vicepresidenta y ahora sí parece que se convertirá en la candidata de consenso del Partido Demócrata”.

“Al margen de las claves, la historia ofrece una visión significativa de lo que ha ocurrido recientemente en la política estadounidense. Desde 1900, el partido que ocupa la Casa Blanca nunca ha ganado cuando se trata de un escaño abierto, sin un titular que se presente y sin una contienda interna en el partido. Si, como parece muy probable, Kamala Harris se convierte en la candidata de consenso de los demócratas, evitarán esa desastrosa situación, que fue, de hecho, la que llevó a la elección de Donald Trump en primer lugar en 2016. Así que tendremos una elección de escaños abiertos, pero con un nominado de consenso. Y eso da al partido que ocupa la Casa Blanca una oportunidad decente de ganar. Los ejemplos incluyen las victorias de Herbert Hoover en 1928 y George H. W. Bush en 1988”.

- Esta elección parece muy distinta a las otras: ha habido debates históricos, renuncias e intentos de asesinato. ¿Es necesario agregar nuevas claves al sistema para que esté actualizado a los tiempos que corren?
- Las claves permanecen inalterables a pesar de las afirmaciones sobre que las elecciones son únicas. En 2008 los “sabios” dijeron: “Hay que cambiar las claves, estas elecciones son diferentes. Se presenta un afroamericano. Nunca habíamos tenido eso antes y EEUU no está preparado para elegir a alguien así”. Y en 2016, algunos dijeron: “Tenemos a una mujer presentándose, nunca habíamos tenido eso antes. Y están las redes sociales, eso también es nuevo”. Pero me quedé con las claves, no se puede cambiar un modelo sobre la marcha. Esa es una receta para el error.

Además, las claves son muy sólidas: se remontan evolutivamente hasta 1860 con la elección de Abraham Lincoln cuando las mujeres no votaban y la mayoría de los afroamericanos eran esclavos. No teníamos automóviles, ni aviones, ni radio, ni televisión, ni encuestas. Así que las claves han sobrevivido a cambios mucho mayores en nuestra sociedad, nuestra economía, nuestra demografía, nuestra política, que estos acontecimientos anuales.

“La elección de VP no tiene valor predictivo”

- A pesar del momentum de Kamala Harris, las encuestas han dicho que ella tiene problemas de popularidad. ¿Esto le podría afectar?
- Se pueden tomar las encuestas realizadas tres o cuatro meses antes de las elecciones y hacer con ellas lo que el gran filósofo británico David Hume dijo que había que hacer con las obras de superstición: arrojarlas a las llamas. No tienen valor predictivo. Y si aún quieres creer en las encuestas, acabo de ver esto hoy (martes 23 de julio): el último sondeo, un cara a cara de Trump contra Harris, tenía un empate estadístico 47% para Trump y 45% para Harris, bien dentro de los márgenes de error. Recordemos también que en 2016, las encuestas subestimaron sustancialmente la fuerza del voto republicano. El error de las encuestas no es aleatorio.

Y hoy los encuestadores están subestimando la fuerza de voto demócrata. Cuando los votantes realmente votan, los demócratas han obtenido mejores resultados que las encuestas por un margen de cinco puntos o más. Por ejemplo, las elecciones especiales más publicitadas de 2024 fueron las elecciones al Congreso de Nueva York para el escaño ocupado anteriormente por el representante expulsado George Santos. Una encuesta realizada justo antes de las elecciones mostraba un empate estadístico, con un punto de ventaja para el demócrata (Tom Suozzi), que ganó por ocho puntos, superando las encuestas en siete puntos. Así que hay una gran brecha que hay que entender entre lo que muestran los sondeos y lo que ocurre cuando la gente vota de verdad.

- Otra de las críticas a Kamala Harris tiene que ver con su posición política: es considerada alguien muy liberal y que está a la izquierda del Partido Demócrata. Muchos dicen que debe nominar a un vicepresidente que le haga contrapeso. ¿Cree que ella es muy liberal para ganar la elección?
- Comparar a los candidatos en el espectro liberal frente al conservador tiene un valor predictivo nulo. No se puede predecir unas elecciones fijándose en lo liberales o conservadores que son los candidatos. Barack Obama fue criticado en 2008 por ser demasiado liberal y ganó casi por goleada.
El presidente más liberal de los últimos años fue Lyndon Johnson en las elecciones de 1964 contra un conservador acérrimo, Barry Goldwater, y Johnson ganó en una de las mayores goleadas de toda la historia política estadounidense. Por eso no hay que fijarse en estas observaciones fantasmas, que no tienen valor predictivo, y atenerse a las 13 claves, que se basan en cómo funcionan realmente las elecciones y tienen un historial de 40 años de predicciones correctas. Ningún otro modelo, ningún otro analista, tiene un historial siquiera parecido.

- ¿En su sistema usted sólo analiza la figura del Presidente? ¿Nada con los vicepresidentes?
- Sólo me centro en el Presidente. La elección del vicepresidente no tiene valor predictivo. Por ejemplo, cuando George H. W. Bush eligió en 1988 al poco considerado Dan Quayle como VP, algunos de los analistas dijeron que eso iba a hundir su campaña. Y de hecho, Quayle sufrió la peor humillación, quizá, en cualquier debate, cuando se comparó con John F. Kennedy y su oponente demócrata, Lloyd Bentsen, dijo: “Señor, yo conocí a John F. Kennedy. Era amigo mío. Y usted, señor, no es John F. Kennedy”. Bush igual ganó dicha elección.

- ¿Cree que el hecho de que Kamala Harris sea mujer la pueda afectar en una posible elección? Esto ya se experimentó en 2016 con Trump versus Clinton…
- Ese es otro de esos factores, como que un afroamericano no puede ganar una elección, que no tiene valor predictivo. Yo no predije que Trump ganaría porque Hillary Clinton fuera mujer. Predije a Trump porque los demócratas tenían suficientes claves para no triunfar.

- Entonces, si tuviera que apostar, ¿usted apostaría por Harris?
- No, estás poniendo palabras en mi boca. He dejado muy claro que no he hecho una predicción final. No estoy apostando nada. Las elecciones no se celebran hoy. Esa es una de las grandes falacias de las encuestas. Haré mi predicción probablemente después de la Convención Demócrata. Pero he dicho que como los demócratas conservan la llave de la primaria (que asegura que el candidato tiene el apoyo mayoritario del partido), y aunque pierdan la clave de la incumbencia (es decir, que el presidente en ejercicio se presente a elección), tienen una posibilidad bastante decente de ganar.

- ¿Pero entonces cuáles serán los factores de una posible victoria o derrota de Harris? ¿A qué hay que estar atento?
- En este momento los demócratas tienen tres claves falsas: la clave del mandato de partido, porque perdieron las elecciones legislativas de 2022 para la Cámara de los EEUU; la clave del carisma del presidente, porque Harris no es un Franklin Delano Roosevelt; y, por supuesto, la clave de la incumbencia. Tendrían que caer tres claves más para predecir su derrota. Y las cuatro claves que estoy analizando y sobre las que no he tomado una decisión definitiva son: tercer partido, malestar social, fracaso exterior/militar y éxito. Pero tres de las cuatro tendrían que caer para predecir la derrota de los Demócratas.



Las claves de Lichtman

Las claves de la Casa Blanca es una lista de 13 afirmaciones verdaderas/falsas que se refieren a las circunstancias que rodean a unas elecciones presidenciales. Si cinco o menos de las siguientes afirmaciones son falsas, se predice que el partido en el poder ganará las elecciones. Si seis o más son falsas, se predice que el partido en el poder perderá.
 
1. Mandato de partido: Tras las elecciones de mitad de mandato, el partido en el poder tiene más escaños en la Cámara de Representantes de EEUU que tras las anteriores elecciones de mitad de mandato.  
 
2. No hay primarias: No hay competencia seria por la nominación del partido en el poder.
 
3. El partido en el poder busca la reelección: El candidato del partido en el poder es el presidente en ejercicio.
 
4. No hay tercer partido: No hay una campaña significativa de un tercer partido o independiente.
 
5.  Economía fuerte a corto plazo: La economía no está en recesión durante la campaña electoral.
 
6. Economía fuerte a largo plazo: El crecimiento económico real per cápita durante la legislatura iguala o supera el crecimiento medio durante las dos legislaturas anteriores.
 
7. Cambio político importante: La administración en el poder introduce cambios importantes en la política nacional.
 
8. Ausencia de agitación social: No hay agitación social sostenida durante el mandato.
 
9. Ningún escándalo: La administración en funciones no se ve salpicada por escándalos importantes.
 
10. Ningún fracaso exterior o militar: El gobierno en el poder no sufre ningún fracaso importante en asuntos exteriores o militares.
 
11. Éxito importante en asuntos exteriores o militares: La administración en funciones logra un éxito importante en asuntos exteriores o militares.
 
12. Candidato carismático: El candidato del partido en el poder es carismático o un héroe nacional.
 
13. Candidato poco carismático: El candidato del partido desafiante no es carismático ni un héroe nacional.



Las críticas a Lichtman
Las predicciones de Lichtman no han convencido a todo el mundo, especialmente a la industria de las encuestas. Nate Silver, estadístico y fundador de FiveThirtyEight, blog estadounidense que se centra en el análisis político y encuestas, ha reprochado las claves del historiador norteamericano, escribiendo que varias de ellas son subjetivas.

Por ejemplo, dos de las claves son si el presidente en ejercicio tiene carisma y si el candidato tiene carisma. Silver escribió: “Es terriblemente fácil describir a alguien como carismático cuando va por delante en las encuestas, o cuando se tiene la ventaja de la retrospectiva y se sabe quién ganó unas elecciones”.
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