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Diego Cabot: "Vamos a tener a un Milei más peinado”

Diego Cabot: "Vamos a tener a un Milei más peinado”

El periodista del diario La Nación desmenuza la nueva realidad argentina y da luces de cómo será la transición. Afirma que, en el nuevo gobierno, el poder se concentra en dos personas: el presidente electo Javier Milei y el exmandatario Mauricio Macri, quien -dice- será su hombre de confianza.

Por: Paula Comandari, desde Buenos Aires | Publicado: Sábado 25 de noviembre de 2023 a las 21:00
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Un día después de las elecciones en Argentina, Diego Cabot, editor de Economía de La Nación por más de 10 años y hoy Pro Secretario de Redacción del diario, nos recibe en su amplio y luminoso departamento en Belgrano para analizar el sorpresivo triunfo de Javier Milei, resultado que proyectó a eso de la una de la tarde de ese mismo domingo. 

El también investigador de “Los Cuadernos”, uno de los casos de corrupción más grandes de la historia argentina, advierte que hay que despejar muchas incógnitas en torno del gobierno que quiere instalar el nuevo mandatario, aunque apuesta que será mucho más pragmático de lo que se piensa y que caminará de la mano del PRO, partido fundado por el expresidente Mauricio Macri.

- ¿Qué fue lo más sorpresivo de la elección del pasado domingo?
- Quizás los 11 puntos de distancia, que se deben a que hubo mayor fiscalización al peronismo. Yo siempre pongo el ejemplo: acá hay un club que es del presidente de la AFA (Asociación del Fútbol Argentino), que llegó a Primera de una manera bien violenta. En las categorías inferiores nadie lo miraba, pero cuando ascendió le pusieron el VAR y dejó de ganar tan fácil.

En esta elección, hubo una estructura muy grande porque si algo aprendió Juntos por el Cambio es que las elecciones las tienes que fiscalizar muy bien. Ahora 11 puntos muestran lo que las encuestas decían hace tiempo: que el Gobierno tenía un fuerte rechazo y que había un piso de 60% de la gente, 70% en algunos momentos, que decía “esto no lo quiero más”. Había un hastío de esa forma de hacer gobierno.

- Igual el peronismo fue bastante competitivo…
- No es común tener un partido que, pase lo que pase, tenga un piso tan alto de votos como el peronismo en Argentina. Ustedes cuando vienen a ver lo que ocurre aquí lo sienten como una rareza. Como ir al circo a ver a un elefante que anda en bicicleta. Es impensado en el mundo que un gobierno que tiene los índices que tiene -o que tuvo Massa como ministro de Economía- sea competitivo. Te habla de que hay un peronismo dogmático, y que como la Iglesia Católica lo fue en algún punto, hay algunas cosas que no se discuten.

- Eso parece que se rompió.
- El Presidente Alberto Fernández era un político de tercer orden y deslucido, y sin embargo lo pusieron y la gente votó por él. Eso te da la pauta. Ahora es una catástrofe porque esa eficiencia a prueba de todo, que el peronismo siempre exhibió, se quebró.

- Milei dice que no hay tiempo para el gradualismo ni la tibieza. ¿Le cree?
- Lo que se ha visto en el mundo los primeros días después de la elección es cierta euforia. Por ejemplo, YPF subió 40%, lo cual es peligroso, porque Argentina hace muchos años que mantiene una vida pendular. De la euforia a la depresión. Y lo que sucede es que después de los anuncios tienes que pasar por el estrés que significa privatizar. A lo que debería tender Argentina es a que las cosas se mantengan más o menos estables.

- ¿Es contradictoria la reacción de Wall Street cuando antes de la elección recalcaban que la estabilidad era Massa?
- También se equivocan. Cuando ves Argentina desde afuera es difícil llevarte una idea de la profundidad de la crisis y la trama social que hay. Este ha sido uno de los peores gobiernos de la historia democrática argentina y Massa hace un año que lo ejerce. Es un personaje nefasto, ha generado una herencia impresionante: 40% de pobres en el primer semestre y más del 60% de los jóvenes menores de 16 años lo son, lo cual es una catástrofe social: sales a la calle y de los 10 jóvenes que te cruzas, hay seis pobres.

No es que haya fanáticos de Milei, ni que 55% (los que votaron por él) lo aplauda en la calle. Es un descontento con una forma de gobierno. Eso lo canalizó Milei, como tal vez en Chile la bronca se canalizó en algún momento en Boric, aunque la gente no armó fiestas populares en las esquinas.

- Los resultados de nuestra presidencial fueron casi idénticos que en Argentina, sólo que los vencedores fueron de bandos opuestos. 
- El fenómeno que hay que analizar es la salida a la superficie de personajes que vienen, digamos, por fuera. Boric es un tipo que toda la vida estuvo involucrado en política, pero más bien alejado de las estructuras pseudo tradicionales. En ambos casos canalizaron un malestar.
 

El disgusto juvenil 

- En Argentina, pareciera que el miedo al presente le ganó al miedo del futuro.
- Es así. Yo después de terminar de trabajar, a la 1.30 am, agarré mi camioneta y me recorrí todo Buenos Aires. Fui a los dos bunkers (comandos) y anduve dando vueltas para percibir lo que estaba pasando. No vi euforia en ningún lado. Fue todo muy medido. Había una bronca muy grande con la manera de hacer política. 

- Todo indica que los jóvenes fueron clave para el triunfo de Milei.
- Aquí, un hijo de una persona con nivel de ingreso alto y el de una persona de niveles bajos están hermanados en un punto: la falta de perspectiva que la Argentina y que este gobierno -puntualmente el kirchnerismo- les ha ofrecido a los jóvenes. Nunca fue prioridad para ellos. El kirchnerismo es una fuerza que te dice que el mérito y la meritocracia no tienen sentido. Les quitó cualquier incentivo.

- Y les regaló beneficios a otros…
- Se ha creado una burocracia de empleados públicos. Los privilegios están al orden del día. Esta semana, Cristina Kirchner partía en el avión presidencial, con sus alcahuetes, a dar una conferencia en una universidad en Nápoles sobre las fallas de la democracia. Al final no fue, pero estaba pactado gastar medio millón de dólares, habiendo perdido una elección, en un acto que ni siquiera era oficial. La gente se hartó de eso. 

- Dicen que los jóvenes no tienen hoy la posibilidad de comprar una vivienda, menos arrendar.
- Un joven que empieza a trabajar en una empresa de primera línea, estoy hablando de una multinacional con presencia en todo el planeta, en Argentina gana US$ 200 por mes. Un extranjero viene a Buenos Aires y paga por alquilar cuatro días un departamento esos mismos US$ 200. Entonces qué hace el dueño: no se lo alquila a un joven, porque, además, no sabe si podrá pagar un alquiler de US$ 350. Hay una transversalidad muy grande en la composición de su voto.
 

“Milei no es el que fue”

- ¿Cree que Milei va a poder dolarizar Argentina o eliminar el Central?
- Dolarizar puedes. Hay países que lo han hecho, por ejemplo Ecuador. El tema es que Milei llega a gobernar con una enorme debilidad legislativa. Prácticamente todas esas iniciativas requieren modificaciones muy grandes de la regulación económica y pasar por el Congreso. Para que se empiece a tratar una norma, se necesita un quorum de 128 diputados -de los 256-. Milei tiene 40. Macri podría aportarle el doble o que juntos lleguen a 100, pero cada vez que te sientes a debatir una ley tienes que convencer a 30 tipos y después negociar. Entonces, tendrás que entregar partes de tu proyecto para lograr adhesiones de sectores que no son los tuyos.

- Básicamente transar, entregar…
- Milei no tiene posibilidades de ser el extremo que prometió en campaña. Yo lo conozco mucho, incluso antes de convertirse en candidato. Milei no es el que fue, el Milei que vimos desde la primera vuelta hasta este ballotage. En medio negoció con Macri. Ha empezado a matizar muchas cosas, porque además va a tener mucha conflictividad. Por ejemplo, el plan de Milei es entregar Aerolíneas Argentinas a los empleados para que la trabajen, pero eso es muy difícil de lograr: ellos lo único que quieren es que se les pague un sueldo bueno como el que cobran. No quieren manejar la empresa. 

- Milei ha hablado de privatizar varias compañías. 
- Cada propuesta enfrenta dificultades. Dice: voy a privatizar la agencia de medios Télam, pero Télam tiene cero valor como medio periodístico. ¿Quién va a comprar una empresa con mil empleados que hace cables que hoy no se usan? Lo mismo con la televisión pública, que tiene miles de empleados con acuerdos laborales de otras épocas. El pasivo contingente es enorme, en cambio para hacer un canal de televisión, agarras cuatro celulares y un auto.

- ¿Cómo ve la transición en este contexto?
- Creo que va a haber un gobierno que obviamente va a tomar medidas de derecha, que se va a parar en otro lado para negociar con muchos actores sociales con los que el peronismo ha sido un entreguista. Vamos a tener un gobierno bastante ideológico al inicio y que va a ir mutando hacia un gobierno más pragmático, si es que le va bien, porque ojo: tienes que gobernar con el peronismo en contra. Te digo algo importante. El único gobierno no peronista que llega al final del mandato es Macri, con lo cual digo que Milei no la tiene fácil. 
 

“La calle es el gran riesgo”

- Algunos proyectan que Milei no terminará su gobierno.
- Bueno, tú has estado aquí: ahora hay 140% de inflación y hay sectores sociales muy importantes, los gremios, por ejemplo. ¿Viste alguna manifestación, algún piquete? Ninguno. Eso obedece a que el gobierno entrega una cantidad de dinero. Hay muchos actores sociales que le harán muy difícil la vida a Milei. Por eso, tu hipótesis no se puede descartar. Es uno de los riesgos: la sociedad lo sabe, y él sabe de los riesgos de ir a un territorio absolutamente desconocido, donde hay todo un aparato, sindicatos, organizaciones sociales, que responden con mucha disciplina al peronismo. Una parte importante de la burocracia del Estado tiene como objetivo que Milei no termine. Él tiene que luchar contra eso.

- ¿Es esperable que haya muchas más protestas?
- Dentro de las creencias del peronismo está que tiene que dominar la calle para dominar el poder. La calle hoy está quieta, básicamente por el gobierno. Una reforma laboral toca directamente los intereses de los gremios, no se van a quedar tranquilos. Al nuevo Presidente le van a decir no a todo. Cuando Macri asumió, le dijeron: nosotros no te vamos a votar nunca. Nunca en cuatro años le aprobaron una ley. Ahora va a ser igual. Aunque diga: mire, le vamos a hacer un monumento de oro a Kirchner en la Plaza de Mayo, le van a decir que no, porque es su iniciativa.

- Entonces, ¿el gran riesgo es la calle? 
- Absolutamente, el mayor riesgo que enfrenta Milei es la calle. Eso no va a ser incoloro, inodoro, insípido, va a ser doloroso porque no se puede descartar ningún tipo de enfrentamiento, no te digo de violencia, pero enfrentamientos duros, disparos y demases. Todo lo que sea corrección del tipo de cambio es inflacionario. Y eso duele, porque tienes que comer a fin de mes o mandar a tu hijo al colegio el año que viene.

La economía es un desastre y se tenía que sincerar, pero cuando llegue ese momento hay que pasarlo. Eso genera conflictividad. Es como si te dijera: tienes que adelgazar. Yo sé que tengo que hacerlo, pero cuando dejaste el pan, la gaseosa, la cerveza sientes insatisfacción. Hay que tener mucha política, mucha acción. No puedes activar todo a la vez. Si a la gente no le das todos los meses la cuota que le da el gobierno, no comen. 

- O sea será un gobierno bastante matizado.
- Después de sacar la cabeza luego de la tormenta que le va a venir, tengo la sensación de que tendremos un gobierno bastante más pragmático, con ideas más realizables que las que Milei propuso en campaña, porque un 80% de lo que propuso no es realizable en la Argentina actual, con el nivel de conflictividad y deterioro social.

- ¿Es practicable -más allá del Congreso- la dolarización?
- La dolarización básicamente es decirle al Banco Central que no emites más. ¿Cómo se produce el dólar? Con lo que entra por turismo, que es relativamente marginal para las cuentas públicas; con exportaciones; con créditos o con inversión extranjera directa, que la Argentina no recibe desde hace muchos años. Tienes que mejorar todo eso primero para que se genere esa discusión. Creo que va a estar muy limitado también por la necesidad de negociación y por el PRO. No hay que olvidar que Milei llega a ser Presidente porque termina con esa idea de ir en contra de la casta, contra el otro.

- Claro, negocia con la derecha que él mismo desprecia.
- Termina haciendo una alianza con una parte importante de la política argentina y eso hay que pagarlo, en sentido electoral. El PRO va a ser súper relevante en el gobierno, pero va a generar fricción con los históricos de Milei, que lo vienen sosteniendo desde que no era nadie, con un Macri que se paró de vuelta ahí, en el vértice del poder. La conformación del primer gabinete va a ser compleja. También en la dinámica de toma de decisiones. No sabemos cómo va a ser: si vas a tener que negociar con Karina, Milei, con el perro o con un jefe de gabinete muy racional. No lo conocemos en ese punto. Siempre estuvo en un tipo de laburo con bastante soledad, sin un grupo de trabajo a su cargo. 
 

El poder de Macri

- ¿Considera que Macri está coqueteando con una nueva aventura presidencial?
- Si me preguntas a mí, la política tiene esa cosa que te obnubila, pero me parece que Macri no tiene en la cabeza tener un cargo ejecutivo.

- Pero sí ser una especie de asesor en las sombras.
- Un asesor y un tipo que finalmente sentado en una oficina, trabajando en lo que quiere, maneja el poder. El poder ya lo tiene: si hoy quieres trabajar en el gobierno, tienes dos personas con quien hablar: con Milei o con Macri.

- Macri está postulando para vicepresidente de Boca Juniors, para luego escalar a la FIFA, ¿está buscando más popularidad?
- Macri es un genio racional que tiene una parte irracional que es su fanatismo con Boca. El exPresidente tiene la sensación de que su gobierno no es reconocido. Ese es su horizonte: reivindicar su administración. Macri se jugó la vida por Milei, y Milei depuso algunas banderas extremas. No va a condicionar a Milei, pero sí lo va a sostener. Macri será su hombre de confianza.

- En su primer discurso después de las elecciones algo de eso se vio.
- Siempre dicen que el primer discurso es lejos el más importante de un Presidente. Y bueno, lo que viste es un tipo más pensando en cómo gobernar que en hablarle a los propios con slogans ensordecedores. En su primera intervención dijo que toda persona que quiera una Argentina mejor, va a ser bienvenida.

- O sea le dio a la bienvenida a la casta… a los políticos. 
- Bueno, la apertura hacia todo el que quiera venir a colaborar, o sea es mucho más gradualista. Eso va a suceder en algunos otros slogans muy efectistas, por ejemplo, las privatizaciones. Me parece que vamos a tener a un Milei más peinado, que tiene más que ver con el que vimos a la noche del triunfo que con el que veíamos y que era completamente ensordecido.

- ¿Estás más esperanzado sobre el futuro de Argentina después del domingo?
- Como en todo cambio de gobierno, siempre hay renovadas esperanzas. Me hubiese costado entender cómo la Argentina va a reconfigurar su estructura, incluso reputacional, con la misma persona que fue uno de los capitanes del último gobierno. Entonces, uno dice: llega un nuevo gobierno, es Milei, no lo hubieras elegido en condiciones normales, pero representa un cambio.

Ahora, este gobierno también me da mucho temor, por la baja capilaridad que tiene en el Congreso. Me da temor que quede atrapado y que no pueda avanzar. Que se termine diluyendo con un amplio malestar.
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