Aun sin saber quién es el jugador número uno del fútbol del mundo -si acaso es posible no conocer a Lionel Messi- basta poner un pie en el aeropuerto de Miami para darse cuenta de lo que la llegada del argentino significa para la ciudad de las palmeras.

Saliendo del aeropuerto, al tomar la autopista I-95 se ven a la distancia gigantografías con la imagen de Leo: edificios en la zona financiera de Brickell iluminados en rosado -color del Inter Miami, el club que lo fichó- y con la cara del astro copando varios pisos; paraderos de buses con su rostro; y murales no sólo en el barrio de las paredes pintadas, Wynwood. Miami está brandeada por completo con la marca Messi.

Ha pasado un mes desde que el rosarino aterrizó en el sur de Florida, Estados Unidos. Públicamente se le ha visto poco afuera de la cancha: comprando en un supermercado de la cadena Publix junto a su mujer Antonella Roccuzzo y sus tres hijos Thiago, Teo y Ciro, además de atender al Cafe Prima Pasta en la zona de North Beach.

También ha visitado dos “mansiones” a las cuales podría trasladarse; una en Fort Lauderdale, ciudad que alberga el estadio del Inter DRV PNK, y la otra en Boca Ratón, un poco más al norte.

Por ahora, eso sí, el argentino de 36 años estaría viviendo en un departamento que compró en 2019 en la Porsche Design Tower en el barrio de Sunny Isles. Según diversas publicaciones, el departamento de mil metros cuadrados cuenta, entre otros lujos, con ascensor para los autos hasta la puerta del residente, cualquiera sea el piso. El de Messi sería el 47.

Pese a que se especuló sobre diferentes lugares donde el argentino podría vivir -cuando vino de vacaciones en 2021 arrendó dos casas en la isla de Key Biscayne durante un mes-, lo que se espera es que el ídolo se instale en forma definitiva en las cercanías del club. “Anda buscando en una localidad que esté cerca del estadio y de North Bay Village, donde la AFA ha hecho su centro de alto rendimiento”, relata un conocedor (ver recuadro). 

El mismo 7 de junio, día que Messi aseguró en una entrevista que había tomado la decisión de jugar en el Inter Miami, el artista visual argentino Maxi Bagnasco (41) recibió una llamada de Gustavo Miculitzki, de la inmobiliaria Block Capital Group, para pedirle que pintara en Wynwood un mural con el rostro de “la Pulga” en la fachada de un edificio de 20 metros de alto por 40 de ancho.

“Pinté a Messi varias veces, pero desde que ganamos la Copa del Mundo me lo piden más”, asegura el artista desde Italia, donde está trabajando en otro diseño. Mientras dibujaba al futbolista -la obra demoró cerca de 20 días-, el británico David Beckham, dueño del Inter Miami junto a los hermanos Jorge y José Ramón Mas, llegó al lugar.

“Cayó de sorpresa. Quiso entrar, subir conmigo y charlamos un rato”, comenta Bagnasco. Cuenta que mientras hacía el mural en 148 NW 28th St., la gente acampaba esperando que fuera Messi a verlo. “Capaz en algún momento, si Messi está por ahí, lo ve. Sería bueno”, añade. 

A pocas cuadras hacia el norte, el restorán argentino Fiorito luce en su entrada otro mural del ídolo que fue pintado en 2018. Hace algunos días, cuenta Edras Izaguirre, el hondureño que atiende ahí hace tres años, Jorge Mas llegó al local a comer. “Pidió branzino y una milanesa”, relata. “Intercambió su tarjeta con el dueño y le dijo que de pronto trae a la plantilla del Inter aquí”, agrega. ¿Qué comería Messi? “Milanesa napolitana”, dice Edras: el plato favorito del rosarino. 

El contrato de Lionel Messi con el Inter Miami, el peor equipo -hasta entonces- de la Major League Soccer (MLS), implica un sueldo de US$ 54 millones, que se complementará con la posibilidad de participar en la propiedad de un club de la liga una vez que se retire, además de una porción de los ingresos del acuerdo de transmisión que tiene Apple TV con la MLS y de las ventas de los productos Adidas asociados a la figura. 

La MLS, que agrupa a 29 equipos, puso plata para financiar su salario. Y aunque de primeras cuesta entender que equipos competidores financien al astro, el impacto económico que ha tenido y tendrá en toda la liga ya se deja ver. Según el periodista deportivo chileno Luis Omar Tapia, quien vive en Miami desde 2006, todas las franquicias de la MLS se han valorizado entre 30% y 50% sólo por la llegada de Messi.

“Nos damos cuenta por la forma cómo han elevado los precios de las entradas, antes costaban desde 18 dólares, hoy se pagan hasta US$ 1.200 dólares para ver a Messi. Y no sólo en Miami”, dice.

“Incluso”, agrega, “hay equipos de otros deportes que tienen estadios grandes donde se juega fútbol americano, como Charlotte, Nashville, Nueva York o Atlanta, que ya han empezado a negociar el arriendo de sus sedes”, señala. “Llega a la MLS un jugador perfecto: es la estrella perfecta, celebridad perfecta y viene en el momento perfecto porque viene de ser campeón del mundo”. 

El día de la presentación de Messi en el Inter, Tapia cuenta que lo entrevistaron de BBC para que comparara el efecto Messi con lo que generó en 2007 David Beckham con su llegada a Los Angeles Galaxy, de la MLS. “No tienen la misma dimensión”, responde el relator.

“Lo de Beckham fue desproporcionado en ese momento porque jugaba en el Real Madrid, era parte de los Galácticos (las superestrellas del equipo de Florentino Pérez), y además estaba casado con la ex Spice Girl Victoria Beckham. Una gran parte de su salario lo pagó Gillette, Adidas, hubo contratos de cine y así se sumó a esa gran cantidad de dinero que le habían prometido, más la adquisición de una franquicia del Inter Miami que en ese entonces estaba entre US$ 75 y US$ 85 millones y que hoy vale casi US$ 1.000 millones”, comenta. 

“En lo deportivo y en las academias Beckham dejó una huella con su número de camiseta 23, y le dio crecimiento a la liga, pero desde él no había llegado un jugador de la magnitud de estos dos. Y el efecto de Messi es mucho más elevado en términos de que es una marca gigante para la MLS, para los patrocinadores que lo trajeron, para el marketing y para licencias deportivas de venta de gorras, camisetas, pantalones, etc. Messi tiene su propia marca, una M, que es muy futurista. Y a diferencia de Beckham, Messi ha valorizado todas las franquicias de la MLS, Beckham no lo hizo”, explica. 

La cuenta de Instagram del Inter Miami pasó de tener 1 millón de seguidores en junio a 13,5 millones; el CEO de Apple Tim Cook, dijo el 5 de agosto que “estamos superando nuestras expectativas en términos de suscriptores, y el hecho de que Messi se fuera al Inter de Miami nos ayudó un poco”; y la venta de las camisetas del 10 rosado que se distribuirán a partir de octubre (cuestan US$ 125) batió todo tipo de récords en las primeras 24 horas. 

Luis Omar Tapia por primera vez se sacó su traje de relator el pasado 21 de julio y entró al DRV PNK Stadium como un hincha más. Fue con su nieto a ver el partido debut de “la Pulga” contra Cruz Azul.

“El relato me mantiene concentrado en todo lo que pasa en la cancha, pero cuando vi a Messi como aficionado, fue un entretenimiento maravilloso. Estás en la cancha y lo ves caminando, y lo que pasa es que Messi camina para estudiar a los rivales, y en un cerrar de ojos deja a cinco jugadores de Cruz Azul en el camino. Verlo jugar supera todas las fronteras, no importa si eres argentino o no. Es el mejor jugador del mundo”, asegura. 

Y agrega: “Lo más importante es disfrutarlo. El contrato son dos años y medio. Mucha gente tiene a la liga puesta como un cementerio de elefantes, donde vienen los gigantes a retirarse. Pero acá demostró lo contrario: vino a jugar al peor equipo y lo que les ha inyectado a sus compañeros es una gran forma de reacción para sacar al equipo adelante”. 

Argentina en Miami
En la isla de North Bay Village, la Asociación de Fútbol de Argentina (AFA) instalará un centro de entrenamiento con canchas de fútbol, lugar de eventos y oficinas. Allí la selección argentina entrenaría para la Copa América que se llevará a cabo de EEUU en 2024 y para el Mundial que tiene a Miami como una de las 16 ciudades sede.