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Dos constituyentes de la IX región repasan los principales hitos de esta semana dentro de la Convención
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Esta semana uno de los temas que marcó la Convención fue la carta abierta que enviaron 15 de 37 convencionales de Chile Vamos –excepto la UDI–, a representantes de los pueblos originarios, reivindicando la “deuda histórica” que el país tiene hacia ellos.
En la misiva hicieron una autocrítica a su primer mes dentro del órgano constituyente: “sabemos que el diálogo ha sido difícil en estas primeras semanas de la Convención. Somos conscientes de que muchas veces no hemos sido capaces de entender la mirada de los pueblos originarios ni hacernos cargo de las lecciones que nos ha dejado la historia” y se comprometieron a contribuir en la solución.
Sobre ello, las constituyentes Lorena Céspedes y Angélica Tepper, ambas elegidas en el Distrito 23, en la IX Región -la primera representando a los Independientes no neutrales y la segunda como independiente con cupo de RN-, coinciden: “fue una señal positiva”.
“Yo llegué a la Convención con buenas intenciones y si puse mi firma ahí, es porque efectivamente las tengo. Para muchos con esta carta estamos dando un primer paso. Ahora, el que no se quiso sumar, es libre de hacerlo. Estas cosas no son de un día para otro. Los derechos humanos son para todos, yo tambien podría decir que en la Araucanía se han violado los DDHH transversalmente, sin embargo no me voy a meter en ese tema porque encuentro que con esto ya estamos haciendo un acercamiento importante”, señala Tepper, una de las firmantes y miembro de la comisión de Participación y Consulta Indígena.
Lorena Céspedes, quien ocupa una de las vicepresidencias de la mesa, agrega: “Veamos el vaso medio lleno, hay 15 que se sumaron. Creo que es importante asociar la Convención a personas y no a los conglomerados o grupos políticos que históricamente han tenido ciertas tendencias. Con respecto a la carta, prefiero pecar de ingenua que juzgar a las personas sin conocerlas, entonces desde esa ingenuidad utópica creo que es una buena señal y muestra que hay una disposición al trabajo sobre ciertas temáticas que históricamente han sido tremendas deudas hacia los pueblos originarios”.
¿Sancionar el negacionismo?
Ha pasado más de un mes desde que se instaló la Convención y de a poco se empiezan a notar los primeros avances. Las ocho comisiones creadas para establecer el funcionamiento que tendrá el órgano constituyente, ya definieron temas que serán entregados como propuestas al pleno el próximo 28 de agosto, con el objetivo de comenzar a sistematizar el reglamento definitivo de la Convención, el que debe estar listo el 10 de septiembre.
El martes, la Comisión de Ética estableció una definición del “negacionismo” y aprobó una norma que los sanciona y prohíbe.
Marcos Barraza (PC), coordinador de dicha comisión, explicó que se entenderá por negacionismo “toda acción u omisión que justifique, niegue o minimice, haga apología o glorifique los delitos de lesa humanidad ocurridos en Chile entre el 11 de septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1990, y las violaciones a los Derechos Humanos ocurridas en el contexto del estallido social de octubre de 2019 y con posterioridad a éste”, y que de ratificarse la norma en el pleno del órgano constituyente, se esperará establecer en detalle las sanciones para quienes incumplan la regla.
- ¿Están de acuerdo con que se debiese sancionar y prohibir?
-AT: Creo que empezar con el negacionismo no corresponde y no debería ser tema. Meterse con lo que otros piensan es coartar a las personas con sus libertades.
-LC: Aquí tenemos una diferencia con Angélica. Me parece que es importante reconocer los hechos, porque es parte de sanar. Eso creo que es fundamental, pero ojalá nunca lleguemos al punto de tener que sancionar. Si alguien piensa distinto, ¿para qué lo dice?
Debiera quedarse callado porque ahí, cuando una persona no reconoce el daño que ha sufrido otra persona, y se lo dice explícitamente al frente, hay una cierta agresión. Hay que comprender las sensibilidades y lo que siente cada persona con esas agresiones sufridas. En ese sentido entiendo para dónde va la norma, porque es parte de la convivencia el reconocer el sentimiento del otro y empatizar.
-AT: Es que en estos temas uno tiene que tener muy claro el rayado de cancha. Tenemos que ver los contextos de cada conversación porque hay asuntos que son muy sensibles, como por ejemplo el mismo tema de los pueblos originarios. Si hablamos desde el despojo que ha tenido la cultura mapuche, por supuesto que no tengo nada que decir al respecto. Hay muchas cosas horribles que sucedieron y uno no puede engañarse con eso.
Ahora, si nos metemos en la violencia que existe en la Araucanía, y hablamos sobre un detenido de origen mapuche, no podemos justificarlo diciendo que a él le violaron sus derechos humanos. Si quemó un camión o atentó contra la vida de una persona, por más que pertenezca al pueblo mapuche, también violó los derechos humanos de una persona. Veamos de lo que estamos hablando porque no basta con mencionar: “son de pueblos originarios”. No porque seas de un pueblo originario, entras al mismo saco.
-LC: No podemos caer en la subjetividad amplia, y en ese sentido estoy de acuerdo con que los criterios deben ser lo más explícitos posibles. Aquí es cuando yo me pongo como profe. Pero las situaciones se tienen que evaluar según criterios que sean explícitos y no caigan en la subjetividad. O sea, tienen que lograr un cierto grado de objetividad tal que cualquier persona pueda utilizar el criterio para evaluar la situación. Ahora, entiendo la autonomía de la Comisión de Ética y me imagino que ellos van a construir la norma de la mejor manera.