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Lecciones de Vida

Ex secretario de la Convención: “No me siento parte del fracaso, pero me hubiese gustado que el texto hubiese sido distinto, y que se aprobara”

Ex secretario de la Convención: “No me siento parte del fracaso, pero me hubiese gustado que el texto hubiese sido distinto, y que se aprobara”

Matías Cox, ex secretario ejecutivo de la Convención, habla por primera vez de su experiencia al interior del órgano que redactó la fallida Constitución. Dice que “lamentablemente la Convención estaba muy permeada por el Twitter, y a veces ciertos grupos de interés hablan más fuerte que el general de la ciudadanía”.

Por: María José López - Fotos: Julio Castro | Publicado: Sábado 7 de enero de 2023 a las 04:00
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Acepté este trabajo porque sentí que cumplí un ciclo en la Convención, así como en el sector público. Me hubiese gustado que el resultado hubiese sido distinto. Y es difícil no sentirse parte, porque trabajé un año y medio todos los días hasta muy tarde para que tuviésemos un buen resultado.

Para mí el resultado no era óptimo, de hecho los mismos convencionales decían que no era perfecto, obviamente que no me gustó y fue un fracaso el que no se haya aprobado. Creo que se pudo haber hecho un mejor proyecto para el país. No diré si aprobé o rechacé, solo que estoy de acuerdo con la ciudadanía. 

Mi rol era ser un buen puente entre el gobierno y la Convención, para que la Convención funcionara, por lo tanto siento que lo logramos. Pero obviamente que el objetivo de todo trabajo es que el producto final sea aprobado, y si se rechazó, es un fracaso para los convencionales, y eso hay que decirlo: claramente el texto no le gustó a la ciudadanía. No me siento parte del fracaso, pero me hubiese gustado que el texto se aprobara.

"No diré si aprobé o rechacé, solo que estoy de acuerdo con la ciudadanía". 
No pensé que el rechazo superaría el 60%. Fue un fracaso, y cuando se trata de maquillar o hablar de fake news, no hay fake news que llegue a un 62%.
 

“El gran fracaso de la Convención es no haber incorporado las voces de la derecha”

Durante el trabajo en la CC, me sorprendieron dos cosas. Primero, personas que yo pensé que iban a tener mayor liderazgo y no lo tuvieron. Por ejemplo, Agustín Squella, Hernán Larraín, Jaime Bassa. Había ciertas personas que tenían la capacidad de diálogo para llegar a acuerdos buenos y que eso se hubiese traducido en un mejor texto. Pato Fernández era llamado también a ser uno de estos liderazgos y creo que no lo consiguió. Viene de un mundo más de derecha pero es de izquierda, entonces podía ser un puente entre estos dos sectores. Claramente, los puentes no sirvieron. 

Yo creo que el gran fracaso de la Convención es precisamente no haber incorporado las voces de la derecha. La derecha fue, básicamente, un espectador del proceso y pensar que se podía aprobar un texto sin el porcentaje que representa la derecha en Chile, fue un error, y uno de los errores que reconocen Fernando Atria, Jaime Bassa, efectivamente no se puede hacer un acuerdo sin la derecha.

Jaime en la vicepresidencia intentó formar ciertos puentes, y trató de incorporar a la derecha. No así Fernando Atria, quien cumplió un rol más de dique intelectual o de querer explicar todo. Explicar las ideas que aparecían, para darles forma, pero muchas no tenían forma. Ese fue el problema de Fernando. 
Para bien me sorprendieron personas con gran capacidad política, como Marcos Barraza, muy hábil. El trabajo de Teresa Marinovic fue bueno, independiente si comparto o no sus ideas, ella llevó y defendió un mensaje. 

Pero en la Convención faltaron líderes que permitieran conversar y poder llegar a acuerdos y así a un mejor resultado. Faltaron liderazgos fuertes que tuviesen la capacidad de, a veces, ser más impopulares pero llegar a un mejor texto que fuera más entendible y más fácil para la ciudadanía de aprobar. 
Lamentablemente la Convención estaba muy permeada por el Twitter, por lo que pensaba la calle, y a veces ciertos grupos de interés hablan más fuerte que el general de la ciudadanía. Hubo inclinación a hacerles caso y eso obviamente llevó a un texto difícil.
 

Los cuatro puntos decisivos

Hubo tres temas difíciles de entender. El primero fue que nunca se pudo explicar bien la plurinacionalidad, si efectivamente respondía o no a lo que Chile es. Lo segundo, es que por un lado decíamos que éramos una nación unitaria pero después cuando veíamos la forma de Estado, nos separábamos en regiones, comunas, territorios autónomos, cambiaba la forma de gobierno. Eso no se entendía: si somos unitarios, por qué nos estamos dividiendo.

Lo tercero es que, supuestamente el gran eje de la Convención eran los derechos sociales, pero cuando son tantas páginas de derechos sociales, al final la ciudadanía no entiende si efectivamente es posible proveer todo ello a través de una Constitución. Porque el papel aguanta todo. Creo que esos tres puntos fueron decisivos en el rechazo. 

El cuarto, y el que más sale en redes sociales, es el derecho a propiedad: creo que ahí se dieron un gustito, lo que llevó a que las personas pensaran que se estaba trastocando un derecho que, en Chile, ha sido súper importante y ha provocado divisiones importantes en los últimos 30 años. Es un derecho importante a resguardar, y si estaba funcionando, ¿para qué modificarlo? 
 

“Todos creían que lo de Rojas Vade era un fake”

La CC tuvo varios highlights. El primer día fue muy difícil, todos pensábamos que ahí se terminaba todo. Fue un inicio con emociones, llamadas desde La Moneda, todos conociéndose, nadie sabía qué rol jugaría cada uno, quién lograría calmar la situación. Todos pensábamos que se nos había ido de las manos. Por suerte se encauzó, y Carmen Gloria Valladares cumplió un rol increíble.

Un segundo momento complicado fue el tema de Rojas Vade (mintió que tenía cáncer). Supe el día antes de la entrevista: me llamó la presidenta Loncón para contarme y fue raro, fue difícil, porque en un principio la idea era creer en él, creer en el convencional.. Todos creían que esto era un fake. Y cuando fueron pasando las horas y se comprobó que era verdad, cambió el foco a ‘cómo armamos una estrategia comunicacional para desmarcarnos un poco de este convencional que había faltado a la fe pública’.
La Convención venía a renovar la política, y teníamos un gallo que le había mentido a la ciudadanía completa, entonces este discurso de que los convencionales venían a renovar la política, se cayó.
También fue difícil el día de la elección de la mesa, en enero, parecía como la elección del Papa. Y, efectivamente, de hecho fue divertido porque esto se resolvió por un voto que nadie tenía dentro de ningún cálculo, que era Luciano Silva, de RN, que votó por María Elisa Quinteros.
"Y cuando fueron pasando las horas y se comprobó que era verdad, cambió el foco a ‘cómo armamos una estrategia comunicacional para desmarcarnos un poco de este convencional que había faltado a la fe pública’".
También fueron complicadas las reuniones de mesa respecto a la invitación de los exPresidentes: no salió mucho en la prensa pero, efectivamente, hubo discusiones acaloradas respecto a si era conveniente o no invitarlos. Y, efectivamente, era divertido porque por un lado todos estaban de acuerdo con invitarlos, pero después no se llegaba a acuerdos y al final en vez de votar, la mayoría se quedaba con la idea de que era inconveniente. Fue un error nuevamente influido por las redes sociales.

Algunos comentaron ‘pucha, en Twitter hay un trending topic de que no los inviten’. Pero si vemos lo que pensaba la opinión pública, sí había que invitarlos. El trending topic no conversa con la realidad, entonces ahí hay un tema complicado. 

Yo creo que el tema del Twitter para esta nueva generación política es súper nocivo.
 

Fiesta en Concepción y libros

Sobre la fiesta en Concepción, la verdad es que hubo fiestas en el hotel pero yo creo que el problema fue el titular de un medio que dijo que había una fiesta alocada. Efectivamente, duró hasta tarde, tomaron tragos, pero no hubo desórdenes, ni peleas, ni escándalo.

Yo no estaba, me llamaron por teléfono porque había un par de personas reclamando. Llamamos a los convencionales por teléfono y les dijimos: “Váyanse a acostar”. Pero nunca fue un escándalo.

He leído algunos de los libros que se han escrito sobre la Convención. El de Baradit es medio novelesco, en ciertos relatos tiende a agregar elementos. Le pone algo de épica.
 

Amistad con John Smok

En la complejidad uno forma relaciones virtuosas, por decirlo de alguna manera. Con John nos hicimos amigos, de hecho nos saludamos ahora para año nuevo. Efectivamente, creo que fuimos una buena dupla para poder sacar la pega adelante, él veía todo el tema legislativo y yo veía todo el tema administrativo, pero estuvimos tantas horas dentro del Congreso, trabajando juntos, que obviamente las conversaciones ya escapan del tema meramente laboral: empieza uno a hablar de la familia, de los proyectos, etc.

De hecho, a John también lo llamé cuando conseguí esta nueva pega, para contarle y para pedirle su opinión, etc. Creo que John es una persona tremendamente profesional, tremendamente capaz y son de esas personas que uno quiere tener cerca, porque de verdad fue un pilar fundamental tanto para el proceso como para también la parte humana del proceso.
 

“Por mi apellido, hay quienes creen que tengo pituto”

Tuve dos antecesores. Francisco (Encina) duró dos días desde que empezó la Convención (tras el problema de la instalación tecnológica) y después Catalina (Parot) duró casi un mes. Cuando asumí, en Twitter decían: ‘¿Cuánto va a durar este gallo? Le doy dos semanas’. Pero bueno, duré un poquito más.

Cuando el ministro Ossa me nombró (era fiscal de la Segpres antes de ser secretario de la CC), me sorprendí, entre comillas. Catalina (Parot) tenía cierta resistencia con ciertos convencionales, me tocó a mí muchas veces ir a reuniones para solucionar problemas. Entonces, se empezó a correr la voz de que yo era una persona que solucionaba problemas. Y eso fue básicamente lo que me dijo el ministro: ‘Queremos que la Convención deje de ser un problema, al menos en temas administrativos, eres la persona’. 

"No milito en ningún partido político y he votado por gobiernos tanto de izquierda como de derecha". 

No milito en ningún partido político y he votado por gobiernos tanto de izquierda como de derecha. Voté por el Presidente Piñera, también por la Presidenta Bachelet, por tanto me siento una persona bastante transversal dentro del espectro político. Llegué por concurso como fiscal a la Segpres, pero por mi apellido, hay quienes creen que tengo pituto.

Al principio cuando asumí, decían ‘el típico abogado de la Católica’. No soy de la Católica. Hay personas que llegamos por méritos a los lugares por más que tengamos un apellido. Y no tengo parentezcos con abogados conocidos. El trabajo ha hablado por mÍ. Y eso ha llevado a que me hayan ofrecido cargos importantes, y feliz de asumir este en particular. Creo que se me contrató en GPM precisamente por ser una persona cuyo trabajo ha hablado, por su capacidad de llegar a acuerdos y por vocación del servicio público.
 

Tres jefes: Ossa, Jackson, Uriarte

Durante la Convención tuve primero como jefe al entonces ministro Juan José Ossa y al subsecretario Máximo Pavez. Luego, Giorgio Jackson, y al final, Ana Lya Uriarte. Fueron ejercicios distintos: con Juan José Ossa y Máximo Pavez había una desconfianza de la Convención respecto al rol del gobierno, entonces, mi trabajo fue hacer que la Convención funcionara y demostrar que el gobierno en ningún caso quería boicotearla, sino que funcionara. Obviamente, fijando nuestros puntos y nuestros límites, pero siempre construyendo.

En cambio, con el nuevo gobierno, su opinión era que la administración anterior no había hecho lo suficiente, y por tanto, mi tarea fue convencer al gobierno entrante de que habíamos hecho todo lo necesario para que la Convención funcionara. Por eso creo que mi ratificación fue una buena noticia. En cuanto a nuestra gestión, no hubo muchos cambios; pusimos todo a disposición. Hicimos todo lo que la Convención nos pidió para que funcionara, de hecho tenemos querellas por haber imprimido tantos textos.

Yo creo que el gobierno del Presidente Boric tuvo protagonismo, había una afinidad por el texto y trataron de hacerlo conocido para que la ciudadanía lo aprobara. Pero creo que el Presidente fue suficientemente cauto respecto al plebiscito en general; más allá de un par de salidas, mantuvo la prescindencia.
 

El proceso que viene

Nadie me va a reemplazar en un cargo exacto. Lo más probable es que la Cámara de Diputados o el Senado se hagan cargo del tema administrativo: los tiempos son más cortos, entonces no da para armar una nueva estructura. 

El proceso que viene será distinto al anterior, pero tengo harta esperanza, creo que el mundo político entendió el rol que tiene que jugar en una democracia. Para el primer proceso los partidos desaparecieron, y se entendió que en una democracia se requiere que los partidos participen.

El proceso que viene será distinto al anterior, pero tengo harta esperanza, creo que el mundo político entendió el rol que tiene que jugar en una democracia. 

Yo creo que la gente está hastiada del tema constituyente y por lo mismo, el mundo político tiene que dar una salida rápida. Es bueno que este proceso tenga periodos acotados de cinco meses de discusión, no un año como el anterior. Que haya expertos que entreguen una propuesta para que la discusión se base en algo que está escrito, algo que viene redactado.

El proceso tiene los elementos necesarios para darnos la última posibilidad de tener una buena Constitución, y espero que así lo vea la ciudadanía y los consejeros constituyentes, y todos los actores que estén involucrados en el proceso. Estoy esperanzado en este proyecto y creo que tiene los elementos necesarios para llegar a una buena Constitución.

El año de las tecnologías de almacenamiento

Después de mi paso por la Convención (fue secretario ejecutivo), la idea era volver a un sector que conocía. Trabajé seis años en el Ministerio de Energía, y regreso a la industria de una forma distinta. Quiero poner en aplicación todo lo aprendido en la Convención, todo lo que tiene que ver con negociación, con llegar a acuerdos complejos, porque este gremio está compuesto por distintos actores que también tienen distintos intereses. La idea es ser parte de este gremio (que se formó en 2013 y reúne a 16 socios) para llegar a mejores regulaciones y un mejor sector eléctrico para Chile.

En este momento hay poca certidumbre. Chile está hoy en un periodo de transición energética. Y eso implica que los actores se ven enfrentados a regulaciones nuevas. Por ejemplo hoy se está trabajando el reglamento de potencia que viene hace dos años y ha sufrido varias modificaciones. Eso lleva a que las decisiones de inversiones se vayan atrasando. Lo que nosotros queremos es ayudar a la autoridad a poder tomar decisiones oportunas, pero también que entreguen claridad a los inversionistas y poder ojalá terminar temas que llevan mucho tiempo discutiéndose.

El ministro Pardow ha demostrado muchas ganas de escuchar. Hemos visto que el Ministerio y también la Comisión Nacional de Energía han demostrado que hay varias instancias para que nosotros como gremio podamos manifestar nuestra opinión frente a las regulaciones. Esperamos tener una reunión con él, presentarnos y poder trabajar juntos.

Tenemos muchos frentes para alcanzar la meta de la transición energética y descarbonización de la matriz.
Tenemos muchos frentes para alcanzar la meta de la transición energética y descarbonización de la matriz. Pero lo importante, es ponernos de acuerdo. La incertidumbre impide que los inversionistas abran la billetera, inviertan menos, o que no consigan el financiamiento. 

Los grandes tienen más espaldas. Pero los medianos necesitamos las reglas definidas para invertir. Queremos seguir desarrollando proyectos y ser parte de la matriz energética, pero insisto, necesitamos claridad. 

El tema de los permisos ambientales también es importante. Hemos visto que cuesta mucho sacar un permiso en Chile. Todos sabemos que viene un año complicado, entonces queremos que la autoridad nos ayude a generar la certidumbre que se requiere para avanzar. 2022 fue un año complicado con respecto a la aprobación de proyectos, no en cuanto a desarrollo del sector, que ha sido importante en los últimos cinco años en nuevas tecnologías y regulaciones.

La semana pasada comenzó a funcionar la primera planta de hidrógeno verde, por ejemplo. Es una tecnología que va a costar echarla a andar, pero el gobierno tiene toda la intención. Fuimos tal vez demasiado ambiciosos de que íbamos a producir toneladas el 2022. Esto requiere un poco más de desarrollo, pero este año tendremos novedades y habrá avances. Este gobierno sí tiene interés, no creo que se hayan olvidado, tal vez lo han anunciado con menos fuerza (que el ministro Juan Carlos Jobet, del gobierno de Sebastián Piñera), pero hay confianza de que lo van a retomar.

Este 2023, debiera ser el año de las nuevas tecnologías de almacenamiento. Mi idea es que el gremio de Pequeños y Medianos Generadores, GPM, sea más conocido, influyente y que se nos pregunte la opinión”.

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