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Lecciones de Vida

Gino Falcone, empresario gastronómico: “La izquierda radical mata el turismo”

Gino Falcone, empresario gastronómico: “La izquierda radical mata el turismo”

El empresario peruano ha diseñado 40 restaurantes. Hoy es socio y creador de Fe y La Java, en Galería CV, y de Sarita Colonia, en calle Loreto.

Por: Marcelo Soto | Publicado: Domingo 13 de junio de 2021 a las 04:00
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"Yo voté por Keiko Fujimori. La situación política me llevó a votar por alguien que no me representa. Aunque Pedro Castillo dio ciertas señales moderadas a los empresarios, no sé si finalmente se van a cumplir, porque él está rodeado de gente de izquierda extrema, gente ligada a movimientos terroristas, los cuales me hicieron escapar de Perú.

Yo me fui de Perú porque era un chico de 25 años que no veía un futuro en mi país, me fui a EEUU, estuve en Holanda, después terminé en Chile. Llegué acá en los años ‘90, cuando esto era una maravilla, venían saliendo de la dictadura y Santiago era una taza de leche, tranquiliiito. La gente dejaba las bicicletas afuera, en el pasto, no había rejas en las casas, nadie se robaba nada. Y Chile cambió. Santiago se transformó en esta ciudad travesti, que aparenta ser una cosa, pero el país es otra.

Esta semana abrí los restaurantes número 9 y 10 en que he participado como socio y creador: se llaman Fe y La Java, y están en la Galería CV. Yo he diseñado como 40 restaurantes en Chile. El jueves fui a Puerto Varas a hacer el montaje de La Vinoteca y su restaurante El Bodegón; y también pasé a ver el Club Alemán de Puerto Varas, que estoy remodelando.

Te cuento una cosa: cuando yo despierto, agradezco estar vivo. Tuve un problema de salud, en febrero de 2019, fue un tumor cerebral y sacarlo fue una odisea. Jorge Mura, el neurocirujano, para mí es un rockstar. Me dijo que después de la cirugía iba a tener que trabajar dos años en la rehabilitación.

Y nada, en eso hemos estado, ¿no? Yo salí con muchas secuelas. Pensé que iba a morir, uno se pregunta qué cosa es lo que hay dentro de uno. Y en eso descubrí que es una fe. Que está ahí dentro, en tu cabeza. En que yo teniendo 57 años, dije: venga lo que venga, al toro hay que capearlo.

El tumor se mandó a EEUU. A los 21 días de haberme operado me dijeron que no era maligno. Fíjate que yo ya estaba entregado. Pensé: esto me ha llegado en este momento y es lo que me tocó. Nunca me he lamentado o dicho por qué a mí, por qué.

Pero tenía una duda. Yo he sido bien fiestero, y al doctor después de un mes le pregunto: oiga, ¿esto podrá haber sido porque yo he sido bien loquito? Me dijo: “dos habitaciones más allá hay un chico de 26 años, al cual le hemos extraído el mismo tumor. Un chico deportista, sano. Esto simplemente son cosas que suceden; algo que le sucedió a él y le sucedió a usted en diferentes momentos de la vida”.

Estoy contento, pese a todo. Tengo secuelas cuando hablo, tengo parálisis facial. Pero hoy nada es una molestia. Hoy día estoy vivo y acabo de parir estos dos hijos: Fe y La Java. Java es un restaurante de cocina peruana y Fe es de cocina chilena travesti.

No hay mayor inversión que la energía que uno le pone, sobre todo en un momento como el que estamos. Mira, para mí la pandemia empezó cuando me encontraron un tumor en la cabeza. Esa es la pandemia real mía, el resto son cosas que pasan en el mundo y habrá que irse adaptando y nada.

A nosotros nos golpeó duro el estallido social. Con el restaurante Sarita Colonia, el otro hijo muy querido, que está en Loreto, nos tuvimos que reinventar desde el 18 de octubre. Cuando llegó la pandemia estuvimos cerrados tres meses, porque no estábamos preparados para el delivery.

Como estuve encerrado, me dediqué a crear, y trabajamos con José Salkeld, que es mi esposo, y el que lleva el buque de todos los restaurantes...

...Estos lapsus que tengo son parte de las secuelas, para seguir hablando tengo que pensar. Mover los músculos. Nos pusimos con José a pensar cómo hacer el delivery de Sarita Colonia. Yo me puse a diseñar la caja, cómo transmitir la experiencia del Sarita Colonia en una caja.

Prueba y error. Y logramos un delivery bastante importante en cuanto a ventas, es un 40% de un mes normal, lo cual nos ayudó a mantenernos; también nos ayudaron los bancos, tuvimos que recurrir a los créditos Fogape y poder bucear esos meses encerrados, tratar de mantener a la mayor cantidad de personal posible. Como si fuera un lago, hemos salido al aire, después hemos tenido que volver a bucear, después abrir, después cerrar, lo que implica un desgaste importante y así va a ser por un buen tiempo. La realidad nadie la sabe hoy.

Mi marido maneja los locales, yo creo los conceptos, me meto mucho en la carta. Soy el que cuenta historias, el que inventa los personajes dentro de las redes sociales. Y José ve el tema de los números, los proveedores, la organización general. Más allá de los números el tema es seguir apostando en un rubro que está tan pateado.

Fe apunta a la igualdad no solo de género, sino de clase, de religión, acá no quiero que haya diferencias y espero que todos sientan que están en su casa, es como una proyección de lo que es Chile. Porque Chile nos alberga a todos. Es también una forma de agradecimiento a Chile, por estos 30 años acá. Por eso decidí usar obras de artistas chilenos y hacer cocina chilena travesti: agarramos la cocina chilena y la vestimos de otra forma, por ejemplo un pastel de choclo relleno de lomo saltado; o unas pantrucas al curry.

Para que una sociedad sea justa, el matrimonio igualitario es muy importante. Es un derecho de todos y aunque ahora lo promueva el presidente Piñera, viene del gobierno de Bachelet, Piñera lo ha sacado por un tema de popularidad, hay gente que se molesta con eso y hay gente que no. Lo veo como oportunismo, pero mientras podamos seguir avanzando en igualdad de derechos, creo que vale.

Aparte de la desigualdad lo que me preocupa de Perú es que está quebrado. Te das cuenta que quien votó por Keiko es Lima, y algunas de las ciudades grandes de la costa. Y el resto del país vota por Castillo. Ahora bien, la diferencia entre uno y otro es ínfima. Y eso que es ínfimo es como una cuña en una quebradura. Que finalmente te va a partir en dos el país.

No sé si soy pesimista, pero creo que no será fácil. Castillo no es preparado, más allá de si habla bien o mal. Es una tendencia global, porque Sudamérica se llenó de mafiosos y corruptos, Lo de Perú me entristece por un lado, pero a la vez siento que es una consecuencia del maltrato a la gente. Las personas privilegiadas hemos discriminado por raza, apellido, y me incluyo, no puedo dejar de incluirme.

Yo crecí en una familia de clase media. De chico había mucho bullying, el peruano es muy burlón. El blanco discrimina al cholo, el cholo al japonés, el japonés al chino, el chino al negro. Es un carrusel de discriminación. No lo dicen públicamente, pero puertas adentro se sigue discriminando.

Mis amigos que tienen restaurantes en Lima están muy preocupados, claro que sí. Porque el Perú vive del turismo y obviamente que en un país de izquierda, si se convierte en una izquierda radical, el turismo baja, lo va matando. La gente no quiere ir a meterse a una Venezuela. Es así.

Cuando uno ve el capitalismo, ve ciudades que son boyantes y tienen una imagen de prosperidad; eso es lo que atrae a la gente. Me encanta Bolivia, pero con Evo ibas a la plaza y sentías estar 20 años atrás. Por eso pienso que cualquier gobierno debe apuntar a darle educación y salud a la población; el resto se lo debe ganar uno, con trabajo y nada más.

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