Hoy es 19 de diciembre de 2041 y acaba de terminar la reunión con mi familia y mis amigos en Buin, donde celebramos los 20 años desde el día que ganamos la elección presidencial en 2021.

Lo mejor fue recordar con mis nietos todo lo bueno que partió ese día, y ver a la distancia que todos los sacrificios habían valido la pena. Para los nietos resultó algo difícil entender que en esa época Chile estaba cruzado por muchos conflictos políticos y sociales, porque han vivido en estos últimos años un período de paz y tranquilidad como no se veía desde fines del siglo pasado.

Cuando me preguntaron qué es lo más importante que había hecho en mi gobierno, les conté que había sido recuperar la paz y la seguridad, especialmente porque logramos luego de los dos primeros años de gobierno, que fueran encarcelados los líderes de las principales mafias del narcotráfico, lo que permitió recuperar el control del Estado sobre extensos sectores de Santiago y otras ciudades del país. Y eso permitió además bajar la delincuencia sustancialmente.

Cuando estaba contando eso me interrumpió una de las ministras de mi Gobierno, para decirme que eso era bueno, pero lo que más la enorgullece era lo que se había hecho en su área. Ella había sido gran crítica mía antes de la elección, pero luego se transformó en una de las principales colaboradoras, al formar el equipo para enfrentar el cambio climático y la sequía, que tenían muy complicado todo en esa época. 

Ella tenía razón. La verdad es que es emocionante ver ahora cómo Chile se ha transformado en un modelo de sustentabilidad en materia ambiental y en uso racional del agua, con una red de plantas desaladoras y de sistemas de recolección y uso del agua que permiten mirar con optimismo el futuro. Y se demostró que eso se podía hacer compatible con un desarrollo exportador espectacular.

Y cuando me preguntaron qué había sido lo malo del Gobierno, les conté que había sido muy difícil enfrentar la situación económica producida por la Gran Epidemia. Los primeros dos años de mi gobierno fueron muy complejos, pero luego la paz y tranquilidad que se había logrado se convirtió en un tremendo impulso para la economía y todo mejoró. 

En esos primeros meses hubo que explicar a todos los chilenos que primero había que ordenar la casa y cuidar los beneficios sociales de los más vulnerables, antes de pensar en otras mejoras para el resto.

Luego me preguntaron si había sido difícil dejar el gobierno. Les dije que no, porque hubo un broche de oro con el gran acuerdo que pudimos lograr en materia constitucional, en base a un texto que tuvo un abrumador respaldo en el plebiscito que se convocó para ratificarlo. 

Era impensable dos años antes que se lograra algo así, pero cuando una sociedad vive en paz y sin conflictos es mucho más fácil hacerlo. 

Ahí llamé a la ministra que fue clave para lograr este acuerdo y le dije a los niños que ese éxito había explicado que fuera la candidata que ganó la elección del último domingo. 

“Presidenta, cuente con todo mi apoyo en lo que necesite, igual que los tres últimos presidentes”. Y nos sacamos una foto con ella y con mis nietos.