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Comer rico y rápido, el nuevo recetario de Don Tinto
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Los primeros meses de la pandemia vimos cundir un entusiasmo culinario. Confinados en sus casas muchos desempolvaron recetas caseras, tomaron clases online y no pocos se pusieron a amasar pan de masa madre.
Tiempo después Álvaro Peralta, autor del Recetario popular chileno, cree que eso se diluyó: “Finalmente nada cambió mucho, en distintos sentidos. Yo en un momento me vi beneficiado, porque mi recetario se reimprimió. Pero hay una tendencia más profunda que se arrastra unas dos generaciones hacia atrás y es que, al menos en las ciudades grandes como Santiago, se cocina poco. Cada vez menos”.
Otro fenómeno de la pandemia fue la intensidad que adquirió el delivery de comida preparada, que también se tradujo en una mayor diversidad. Eso también habría decaído, sentencia Don Tinto. Muchos sobrevivieron la pandemia con emprendimientos de este tipo que luego vieron decaer la demanda. “No es que sea sólo pizza o sushi, pero tampoco es tanta la diversidad. Y tampoco es demasiada la gente que puede solventar darle duro y parejo al delivery”, afirma.
Peralta es un atento observador, y según la información que maneja, más de la mitad de los santiaguinos toma de desayuno pan con algo extra, almuerza fuera de casa, generalmente cerca de su lugar de trabajo, muchas veces una colación comprada a la pasada, y su última comida es una once, que nuevamente consiste en pan. Los fines de semana sí existe un ánimo más festivo que invita a preparar un asado, encargar delivery o cocinar en casa.
“En una casa familiar la dinámica diaria de cocinar es súper necesaria, es una pausa al final del día que sirve para conversar, para compartir, comer juntos”, apunta el autor.
Por todas estas razones se lanzó con este nuevo libro. “Son recetas ultra simples para gente sin tiempo, sin habilidades, para todos aquellos que dicen que no cocinan porque no saben. Porque en sus casas no les traspasaron la cocina”, explica.
Desliza también una crítica localizada: “Ante el problema del tiempo, la respuesta gastronómica chilena, o santiaguina, mejor dicho, ha sido más deficitaria que en otras partes. Tokio es una ciudad loca, donde se trabaja muchísimas horas, los traslados son largos, y sin embargo la gastronomía es impactante, la gente se toma el tiempo de comer bien”.
Con un largo recorrido como colaborador en distintos medios de comunicación, Peralta fue aprendiendo soluciones para combatir el problema de la escasez de tiempo. “En Práctico de La Tercera descubrí nuevos productos que me tocó testear, como algunos congelados o legumbres preparadas. Alimentos no ultra procesados que con una intervención se pueden transformar en algo decente que reconforte. Para quienes no tienen tiempo de picar verdura o no son hábiles con el cuchillo, existen los sofritos congelados, por ejemplo”.
Como desarrolla en la introducción del libro, “estamos en una situación grave, deficitaria, en cuanto a cocinar. Incluso la cocina de vanguardia y exportación necesita de una cocina privada y hogareña. No se entiende la cocina de Ferran Adrià sin los pucheros y las tortillas, de la gastronomía española”.
“Más básico que esto no puede ser”, dice respecto de las 74 recetas que incluye en su nuevo libro que llega a librerías los primeros días de julio. “For dummies”, agrega, en alusión a la colección estadounidense de libros de aprendizaje que tienen como objetivo presentar guías sencillas y que fue muy popular en los años ‘90.
Hay muchas preparaciones que funcionan perfecto para solucionar las colaciones de colegio o de oficina. Opciones frías, comida que aguanta varios días en el refrigerador, todo lo que aporte a solucionar esa parte de nuestras vidas.