Click acá para ir directamente al contenido

Personaje

El silencioso facilitador del pacto fiscal: La posición de la UDI a no dialogar “encrispa la conversación a niveles que no le hacen bien al diálogo democrático”

El silencioso facilitador del pacto fiscal: La posición de la UDI a no dialogar “encrispa la conversación a niveles que no le hacen bien al diálogo democrático”

Francisco Saffie, embajador de Chile en la OCDE, fue convocado para oficiar como secretario ejecutivo de los diálogos tributarios que alimentaron el pacto fiscal propuesto por el gobierno del Presidente Gabriel Boric. Admite que el Caso Convenios afectó al proceso.

Por: Valeria Ibarra | Publicado: Sábado 5 de agosto de 2023 a las 21:00
  • T+
  • T-

Tras el rechazo de la Cámara de Diputadas y Diputados de la reforma tributaria, en marzo de este año, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, anunció la idea de perseverar en un cambio impositivo. Pero inició un camino distinto, entendiendo que cualquier proyecto de impuestos era una tarea cuesta arriba.

Por ello convocó al embajador de Chile en la OCDE, Francisco Saffie Gatica, quien dejó París -donde está el organismo internacional- para ayudar en la tarea de construir consensos.

El abogado y ex profesor de Derecho volvió a Santiago en marzo pasado y se quedó mes y medio, para luego retornar a la Ciudad Luz y volver a Chile por otros 25 días, oficiando como facilitador de los encuentros con las PYME, grandes empresas, expertos, trabajadores y un largo etcétera.

Como él mismo lo señala al teléfono desde el valle del Loira, en el centro de Francia, donde está de vacaciones con su familia, “mi rol es técnico, consiste en darle continuidad al proceso, sistematizar las opiniones, devolver la información e ir generando las distintas alternativas del pacto fiscal”. Es una suerte de “costurero” de este patchwork que es el pacto fiscal.

-¿Con quién fue más fácil hablar?
-Hubo bastante buena disposición de todos los actores que participaron. Las PYME tuvieron un rol especial, los empresarios a través de la CPC, los partidos políticos que se acercaron a conversar también, o sea que aceptaron la invitación a conversar, también aportaron. Hubo centros de estudio que también aportaron, así que la verdad es que hubo bastante disposición a conversar.

-¿Y echó de menos a alguien que no se haya sumado?
-Hubiese sido ideal que los partidos de derecha también hubiesen querido conversar. Eso nos hubiese permitido avanzar todavía más.

-La posición de la UDI de no dialogar, de restarse al diálogo poniendo como condición la renuncia del ministro Jackson, ¿qué está mostrando del país?
-Buena y difícil pregunta. Me parece que, dado los esfuerzos que estamos haciendo tanto a nivel constitucional, como a nivel de pacto fiscal, evidentemente no contribuye mucho a una solución que dé cuenta del diálogo civil o el diálogo social que nos caracteriza. Y, por el contrario, me parece que encrispa la conversación a niveles que no le hacen bien al diálogo democrático. Me parece, más bien, una excusa que se ha utilizado en dos discusiones importantes, como son las pensiones y la del pacto fiscal. No veo que exista una razón fuerte que justifique esa posición.

-¿Los partidos de derecha están en estos momentos boicoteando el proceso?
-Ahí no me atrevería a calificarlo así, pero sí, ellos no han querido todavía conversar con nosotros sobre el tema.

-Este jueves hubo un intercambio de opiniones entre el presidente de la CPC, Ricardo Mewes, y el mismo ministro Marcel, quien hace ver que en toda su vida política nunca le había tocado estar con un dirigente que le planteara la salida de un ministro en concreto. ¿Cómo este tema empaña el pacto tributario?
-Yo esperaría que no lo empañe. Esperaría que primara cierta racionalidad respecto al pacto tributario propiamente tal. Y otra cuestión que son las distintas discusiones políticas que puede haber. Me parece que el gobierno en ningún caso ha condicionado la conversación a ningún tipo de presión y uno esperaría cierta reciprocidad en esos términos, respecto de conversar un tema (la permanencia del ministro Jackson) que poco tiene que ver con esta discusión.

-El Caso Convenios estalló en medio de estos diálogos tributarios, ¿Dificultó avanzar?
-Claro. Lamentablemente lo hace difícil por el lado de la justificación del gasto, pero también ha habido un compromiso fuerte por parte del gobierno, y el ministro Marcel ha sido bien claro en que es una situación evidentemente lamentable, y para la cual también se agregaron ahora medidas que buscan hacer que el gasto esté controlado y que existan medidas especiales para este tipo de casos. O sea, una de las medidas que se incorpora en el pacto es agregar todas las recomendaciones que haga la Comisión de Expertos que convocó el Gobierno en esta materia para el financiamiento de las fundaciones y corporaciones.

"Yo esperaría que el Caso Convenios muestre que son necesarias gran parte de las medidas del pacto fiscal".

-¿El Caso Convenios puede abortar el pacto tributario?
-Yo esperaría que el Caso Convenios muestre que son necesarias gran parte de las medidas del pacto fiscal y que eso, al mismo tiempo, puede justificar una buena disposición a entender que se necesita un mecanismo de recaudación permanente para los gastos permanentes que se están priorizando en el pacto. En vez de negarse a conversar sobre el tema, ver que hay un problema que necesita una solución común por parte de todos quienes somos actores hoy en este tema.

-Los grandes empresarios (a través de la CPC) dijeron que no estaban disponibles para alzas de impuestos. Todo ello en medio de los diálogos. ¿Cómo afectó el pacto tributario?
-Bueno, la forma de interpretarlo fue entender cuál era la posición que ellos tenían. Yo creo que se fueron dando cuenta de que efectivamente aquí no había un proyecto que se fuera a negociar, sino que estábamos en una posición a conversar.

-¿Sin líneas rojas?
-Claro, y a medida que lo fuimos conversando, se fueron abriendo y las reuniones fueron bastante fructíferas. Ellos plantearon en un documento bastante desarrollado cuáles eran sus posiciones y nosotros fuimos recogiendo aquellas que daban, que tenían puntos en comunes con las otras discusiones que teníamos en paralelo. Porque esto es un trabajo que supone recoger y sistematizar. Se fueron dando cuenta de que había espacio de conversación y volvieron a la mesa, lo que yo agradezco.

-De las cosas que recogieron en el diálogo tributario, ¿de cuáles personalmente se siente más orgulloso?
-De partida el término “pacto fiscal”, que viene de los diálogos sociales y económicos tributarios que llevamos adelante entre marzo y abril y que además dan consistencia a lo que hemos venido haciendo. A mí me tiene bien orgulloso el proceso, porque es un proceso de diseño de política pocas veces antes visto en Chile y que consiste en hacer política desde abajo hacia arriba, con una amplia base de legitimidad, que es lo que estamos buscando en una conversación que además incluye hoy día, por primera vez en estos términos, 20 propuestas de reforma del Estado, 38 propuestas pro-crecimiento y productividad, además de las medidas tributarias propiamente tal.

-¿Tuvo algún costo, dentro del diálogo, que las empresas fueran renuentes a hablar de impuestos?
-Sí, pero la verdad es que, igual que todos los demás temas, siempre hubo apertura a escuchar todas las posiciones. Por nuestra parte no ha habido ningún tema vetado ni ninguna línea roja. Eso es bien importante: al principio costó entender que en este proceso largo e intenso que llevamos de conversaciones, no se estaba negociando un proyecto de ley en particular, sino que estábamos conversando sobre las necesidades del país en términos de prioridades, de gasto, de su financiamiento en un marco de responsabilidad fiscal.

“Esperaría que la UDI en algún momento se dé cuenta de que esto tiene una base de legitimidad social bastante amplia, como para que se sienten a conversar con el gobierno”.

-Como embajador ante la OCDE, ¿considera que la propuesta de pacto tributario nos situó en un nivel parecido a la OCDE?
-Sí, sin ninguna duda. Además es una clara muestra de que la OCDE está mirando con mucha atención cómo se generan políticas públicas en sociedades donde los canales de representación política tradicional están cada vez más puestos en duda. Nos preguntan mucho por el ejercicio que estamos haciendo y además nos están apoyando desde el punto de vista técnico con los insumos para los diálogos tributarios.

-Queda el aterrizaje del pacto en proyectos de ley concretos. ¿Cómo les irá en el actual contexto político del Congreso?
-Yo esperaría que se llegue a un acuerdo por el bien del país, por un bien mayor que es el equilibrio fiscal. Están todas las prioridades del gasto que han sido parte de la conversación. Ahí está aumentar la PGU, salud, medidas de cuidado, seguridad. Me parece que es una agenda bien robusta, que mejoraría la vida de las personas en nuestro país y que nos puede traer bastante paz social. Esperaría que la UDI en algún momento se dé cuenta de que esto tiene una base de legitimidad social bastante amplia, como para que se sienten a conversar con el gobierno. Espero que así sea.

-Pero ahora hay una posición más dura. El mundo político no ha recibido con entusiasmo el pacto tributario…
-Yo diría que es por expectativas distintas. A lo mejor esperaban que esto fuera un proyecto con articulado, pero eso nunca ha sido el objetivo. Esto todavía no da espacio a una negociación técnica detallada, sino que es un espacio de conversación en búsqueda de acuerdos. Yo espero que ese espíritu se mantenga y que lo vean en el sentido de que es una oportunidad de generar un acuerdo amplio en temas que son muy relevantes para el futuro del país.

El desconocido empresario detrás de 5 “famosos” exits

Héctor Gómez se inició en el mundo tecnológico en los años ‘70. Dicom, Payroll e IMED son algunas de las compañías que ha cofundado, hecho crecer y vendido a players globales. Fue socio de Sonda durante más de dos décadas y del empresario Isidoro Quiroga, quien acaba de vender su porcentaje en Grupo Sable, la matriz a través de la cual Gómez maneja todas las empresas. Hace poco menos de un mes, tuvo su último exit: la venta del software de RRHH Rex+ a la gigante noruega Visma. Esta es su historia.

SIGUIENTE »
« ANTERIOR