Fue su libro de 2022 titulado Dolarización: una solución para la Argentina el que puso al economista Emilio Ocampo en el ojo público trasandino. En ese minuto Javier Milei ya era precandidato presidencial y proponía un ambicioso plan para cambiar el sistema de divisas local.

Ocampo aprovechó el momento y le presentó su modelo al abanderado de La Libertad Avanza. Lo convenció con su propuesta y rápidamente se sumó al equipo técnico del partido. Con los meses se convirtió en uno de los economistas más cercanos a Milei. Tanto así, que en septiembre del año pasado el entonces candidato a la Casa Rosada dijo: “Ocampo va a ser el presidente del Banco Central y lo va a cerrar”. 

Pero eso no ocurrió. “No tengo comentarios al respecto”, responde el economista sobre por qué no prosperó su nombramiento en el instituto emisor. Tampoco ocurrió el cierre del BC. 

El economista llega el viernes a Chile para exponer junto a Axel Kaiser en el evento de la Fundación para el Progreso (FPP) con la Red Líbero “Dinero sucio, la historia inflacionista de Argentina”. Ávido tuitero, tiene cerca de 60 mil seguidores en su cuenta donde escribe sobre política, economía, inversiones y cultura, siempre acompañada de mucha data. 

Antes de viajar a Chile, conversa con DF MAS: “Creo que es un gran momento para la Argentina”, asegura, de entrada.

“Milei y su equipo están liderando una revolución sin precedentes. El progreso nunca es lineal y las reformas tardan en ser implementadas y surtir efecto. Recordemos además que este gobierno tuvo que hacerse cargo de una herencia muy pesada. Entre 2011 y diciembre de 2023, la economía no creció y cuando Milei asumió la presidencia estaba al borde la hiperinflación. No va a ser fácil, pero el gobierno avanza en la dirección correcta: más mercado y menos Estado. Milei siempre dijo que la Argentina necesitaría varias décadas de porfiar por el buen camino para a alcanzar el nivel de prosperidad que alguna vez tuvo. Fíjese que a la democracia chilena le tomó casi 25 años superar el PBI per cápita de la Argentina”, añade.

Ocampo (61 años, MBA Chicago y exbanquero en Chase Manhattan, Salomon Brothers y Morgan Stanley) asegura que hoy no mantiene contacto con el Presidente Javier Milei ni lo asesora en ninguna materia. “Me sumé a la campaña porque él creyó en mi propuesta de dolarización y me pidió que me sumara a su equipo para implementarla. Mi única motivación al aceptar fue contribuir de alguna manera a que la Argentina salga del callejón sin salida en la que se encuentra encerrada desde hace décadas. Mis cuatro hijos viven en el exterior y sin un cambio radical de rumbo no veo chances de que vuelvan a la Argentina”, asegura.

Y añade: “No tengo ambiciones políticas y estoy suficientemente ocupado en el sector privado”. 

- Es clave levantar el cepo lo antes posible. Creo que el gobierno lo tiene claro y avanza en esa dirección. El cepo no es una cuestión blanco y negro. Hay infinidad de grises.

- Nunca se van a dar condiciones ideales para levantar el cepo. Justamente la perversidad del cepo es que crea condiciones que lo hacen más perdurable. Hay que seguir eliminando restricciones todos los días.

- Ningún país dolarizado ha tenido crisis financieras peores que las que ha tenido la Argentina con el peso. El Banco Central de la República Argentina no tiene dólares porque durante años ha pretendido fijar su valor por debajo del mercado e impuesto restricciones absurdas a los movimientos de capitales. La escasez de dólares oficial es producto de esta desatinada política.

Argentina es una de las economías en las que tiene más sentido darle curso legal al dólar porque los argentinos tienen entre cinco y seis veces más dólares que pesos. No sólo eso: toda la deuda a largo plazo del sector público y privado está denominada en dólares. Ningún proyecto de inversión productiva a largo plazo es viable con inestabilidad cambiaria. La incongruencia entre la dolarización de facto de la economía argentina y un régimen monetario que impone el curso forzoso del peso es muy costosa y genera mucha inestabilidad, desalentando la inversión y el crecimiento. 

- Para evitar una crisis financiera con o sin dolarización se necesita una estricta supervisión bancaria y un buen marco regulatorio que no incentive a los banqueros a originar activos de mala calidad con la esperanza de ser rescatados algún día por el Estado.

- Obviamente. Sigo creyendo que la dolarización es el mejor camino para la Argentina. Pero no hay una receta única para eliminar la inflación. Hay que evaluar sus costos y beneficios en un momento dado teniendo en cuenta las restricciones que impone la realidad.

- En algunos meses lo sabremos. Por ahora el apoyo al gobierno sigue siendo masivo y la economía ya muestra señales de recuperación.

- No comparto esa opinión. La economía ya tocó piso y, como dije antes, hay señales de que empieza a recuperarse. Obviamente, la incertidumbre política juega en contra, igual que algunas zancadillas de la oposición en el Congreso.

“Sería una excelente noticia. JL Daza es un economista de primer nivel”, posteó en X Emilio Ocampo el martes apenas se dio a conocer el nombramiento del economista chileno José Luis Daza como secretario de Política Económica de Argentina. “Considero que es un lujo para la Argentina que se haya incorporado al gobierno. Indudablemente para él esta decisión encierra un costo enorme en el plano personal. Hay que tener mucho coraje y fuertes convicciones para abandonar la vida en Nueva York y meterse en el barro de la política en la Argentina. Tengo alta confianza en su capacidad”, señala.

- No sé, habría que preguntarle al FMI y a Caputo.

- En general, no me parece una buena estrategia antagonizar al principal acreedor del país. Valdés es un buen profesional, pero también tiene una ideología y unas creencias que pueden no ser congruentes con las de Milei. También es cierto que el FMI hizo “la vista gorda” con el gobierno anterior. Milei tiene su estilo y hasta ahora le ha dado muy buenos resultados.

- Milei no es el culpable de la miseria de los jubilados que desde 1945 han sido el pato de la boda de los festines populistas. Perón se apropió de las cajas previsionales y les enchufó títulos públicos a tasas de interés irrisorias que fueron licuados por la inflación. En los ‘90 emulamos el sistema de pensiones chileno pero el descontrol del gasto público lo terminó infectando de títulos públicos.
A la estatización de facto le siguió la de jure a manos de Cristina Kirchner, que fue en contra de la voluntad declarada de una amplia mayoría de aportantes que habían sido consultados el año anterior. El ahorro acumulado en las AFJP fue dilapidado por el kirchnerismo que los invirtió en bonos defaulteados, restructurados y licuados. Lo que es escandaloso es cómo nos han robado impunemente estos ahorros. Y para peor sumaron más de tres millones de personas al sistema previsional que nunca habían aportado. En cuanto a la casta, sin duda tiene buenos reflejos y capacidad de defender sus intereses. Por algo están donde están. 

- La deuda nace de los déficits y los déficits del exceso de gasto. En la Argentina la deuda es externa como consecuencia de que gracias a décadas de inestabilidad en Argentina se destruyó el mercado de capitales. La única manera de financiar la prodigalidad de nuestros políticos con el impuesto inflacionario y con endeudamiento externo. Ambas herramientas tienen límites que no se pueden superar sin generar una crisis. Creo que el equipo económico tiene experiencia para manejar la situación. La clave de todo es mantener a rajatabla el equilibrio fiscal.

- Creo que el escándalo le ha permitido a la sociedad argentina ver de primera mano el alto grado de corrupción del kirchnerismo. Sin embargo, creo que es muy temprano para darle un certificado de defunción al peronismo, un movimiento que domina la política argentina desde 1945. Es como un camaleón que va cambiando de piel según las conveniencias del momento. En los ‘80 tuvimos cafierismo, luego menemismo, luego duhaldismo y luego vino el kirchnerismo que logró enquistarse en el poder dos décadas gracias a la prosperidad generada por el alto precio de la soja. 

Venezuela, EEUU, China y los vecinos
- Esta semana se cumple un mes de las cuestionadas elecciones en Venezuela. ¿Cómo ve, desde su posición, lo que ha estado pasando y el impacto en la región si Maduro permanece en el gobierno por seis años más?
- Lo de Venezuela es una enorme tragedia. La dictadura chavista-madurista ha empobrecido a un país que está sobre las reservas de petróleo más vastas del mundo. Como dijo alguna vez Milton Friedman, deje el desierto del Sahara en manos de un gobierno socialista y rápidamente se quedará sin arena. Quizás no haya evidencia más contundente en contra del socialismo que Cuba y Venezuela: los peores y más corruptos se enquistan en el poder y la libertad se pierde junto con la prosperidad. Es inaceptable que el dictador Maduro no reconozca la voluntad del pueblo venezolano. También es inaceptable que algunos líderes latinoamericanos que se llenan la boca de la palabra democracia miren para el otro lado cuando se trata de Cuba y Venezuela. Fíjese que el socialismo ha logrado empobrecer a todos los países de América Latina que en algún momento alcanzaron altos niveles de prosperidad: Argentina, Cuba y Venezuela. Esperemos que Chile logre salvarse de esta maldición.

- Considerando la situación económica de Argentina, ¿cómo debería posicionarse el país frente a potencias económicas como Estados Unidos y China? ¿Qué alianzas estratégicas serían cruciales en este momento?
- En las relaciones internacionales estoy a favor del realismo como principio general. No hay que pelearse con nadie, abrirse al comercio con todos y fortalecer los vínculos regionales, manteniendo una posición firme a favor de la libertad, la democracia y la libre auto-determinación de los pueblos.

- ¿Qué impacto cree que tendrán las políticas económicas de Milei en las relaciones comerciales de Argentina con sus principales socios en América Latina y fuera de la región?
- Creo que tendrán un impacto positivo. Cuanto más prospere la Argentina, más importante será su comercio internacional. Diana Mondino es una canciller de lujo y está llevando adelante una excelente gestión de las relaciones diplomáticas.