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Personaje

Entrenador de Nicolás Jarry: “Soy muy emocional. No puedo trabajar con alguien que no quiera ni crea”

Entrenador de Nicolás Jarry: “Soy muy emocional. No puedo trabajar con alguien que no quiera ni crea”

De ser promesa del tenis nacional, Jarry pasó a estar 10 meses suspendido y sin ranking. Pero esta semana, tras ganar el ATP Chile Open, lo dio vuelta. En este camino para volver a la elite, el tenista chileno tiene un nuevo mentor: su entrenador, el español Juan Ozón. Aquí conversa con DF MAS.

Por: Juan Pablo Silva - Fotos: Verónica Ortíz | Publicado: Sábado 11 de marzo de 2023 a las 10:30
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Nicolás Jarry da bote a la pelota. Saca abierto y obliga al argentino Tomás Martín Etcheverry (76° del ranking mundial) a dejarle libre un lado de la cancha de arcilla. Dos derechas profundas y la pelota a la red por parte del trasandino. A las 10 de la noche del 5 de marzo, tras un partido de dos horas y 46 minutos, después de tres años el chileno vuelve a ser campeón (6-7; 7-6; y 6-3).

Aprieta los puños y mira a la gradería del Estadio San Carlos de Apoquindo. Lo saludan emocionados su mujer, Laura Urruticoechea, su hijo Juan, de un año, su familia y colaboradores. “Quiero agradecer a mi equipo, a Juan, a mi señora (...)”, dijo con su primogénito en brazos. Un poco más atrás, el español Juan Ozón, su entrenador, lo mira con orgullo.

El positivo momento de “Nico” -que pasó de estar fuera del ranking a integrar la lista de los 60 mejores jugadores del mundo- se explica por varios factores. Uno de ellos, su preparador. 

Esta es su historia.

El camino de Ozón

Jarry no es el primero en la trayectoria del hispano. Juan Ozón -quien también fue tenista profesional- trabajó antes con los rusos Karen Khachanov (ex 8º) y Andrey Rublev (8º), con el canadiense Milos Raonic (ex 3º), el italiano Fabio Fognini (ex 9º), entre otros. Hasta que decidió estudiar una maestría en emprendimiento (ver recuadro).

Pero en 2021 se cansó de los negocios y decidió volver al tenis. Tuvo varios proyectos en carpeta, “todos con mejor ranking que Nico, incluso un top ten masculino y uno femenino”, cuenta desde el piso 18 del hotel Pullman en Santiago, donde alojó durante la semana en que se disputó el ATP de Santiago, hasta el jueves 9.

Se decidió por el chileno, quien en ese momento terminaba la sanción tras haber dado positivo en doping a fines de 2019.  “Sabía que era buen chico y muy humano, no trabajo con nadie que no sea equilibrado en lo tenístico y humano”, confiesa. Tuvieron una primera videollamada, y -recuerda-, “él me expresó el deseo de ponerse en camino, de volver a la elite. Pero yo notaba dónde estaba, Nico quería de corazón, pero notaba una duda en él”. 

El 3 de febrero de ese año comenzaron a trabajar juntos. “Sentí que era un chico con mucho potencial, sabía que la historia había sido injusta y quería un reto”, señala.

El camino de Jarry

El trabajo partió principalmente fortaleciendo el trabajo mental y emocional. Había talento y buenos golpes, pero de nada servía si abundan los errores forzados o no se sabe remontar un 40-0 abajo. Lo primero -dice-, era bajar la ansiedad y enfocarse en el presente. Punto por punto.

“Cuando empezamos a trabajar, mi programación fue: está claro que se necesitan ajustes tácticos, pero primero que todo había que hacer un énfasis especial en el bienestar, que es la base de todo. Tanto en lo físico, mental, emocional y espiritual”, destaca el ex tenista.

Hoy el equipo cuenta con César Fábregas, ex entrenador de Carreño Bousta, el preparador físico Toni Estalella, y la doctora María Antonia Lizárraga. Ella -dice Ozón- ha sido fundamental. Ayuda con la nutrición, suplementación, a manejar el estrés desde la neurología, el nervio vago, que regula el sistema parasimpático y simpático a través de rutinas de agua fría, respiraciones matinales y sueño. Nada es al azar.

Lo de Jarry fue una apuesta que empieza a dar frutos, dice. Sin ranking y con pocos o nulos auspicios, el tenista decidió de todas maneras tener un equipo sénior para volver a la elite del tenis.

A Jarry se le ve más maduro y sólido. Su entrenador afirma que ha habido un trabajo intenso que está empezando a dar resultados, “salir del estado en que estaba que no era fácil”, pero “a partir de ahora tenemos que seguir avanzando humildemente con el trabajo, a seguir mejorando y a entender que todo este camino lo tenemos que disfrutar al mismo tiempo que desde la humildad no tenemos que parar de trabajar”.

“Leo mucho de entrenadores”

A pesar de que frente a las cámaras se le ve concentrado y tranquilo, el catalán se describe como alguien muy apasionado. “Por fuera soy tranquilo, pero en verdad soy muy emocional. De hecho creo que tienes que querer a tu jugador, no puedo trabajar con alguien que no quiera ni crea. A partir de ahí mi rol ha sido de acompañamiento, de amor incondicional. A veces he tenido que tirar de él, hablar por encima de sus pensamientos y a veces confrontarlo”.

Desde el “minuto 1” conectaron, dice Ozón. Y cree que la confianza que han construido se debe a todo lo que pasa fuera y dentro de la cancha. “Este trabajo no consiste sólo en golpear una pelota”, afirma. 

En el trabajo como preparador, el europeo además lo ayuda a “trabajar la cabeza”. Le recomienda libros -el que más le ha gustado es la biografía de Elon Musk, también leyó Remando como un solo hombre-, y se dan tiempo de desconexión para ver juntos partidos de otros deportes, como el golf, otra pasión de “Nico”. Así, suelen revisar torneos de Joaquín Niemann y Guillermo Pereira, con quienes Jarry habla cada cierto tiempo.

En ese sentido, Ozón cuenta que admira al español Rafael Nadal por su ética profesional, por su mentalidad, capacidad de reinventarse, “ambición sana de ser cada vez mejor” y por su humildad. Ha compartido con el ex entrenador del sueco Roger Federer, Paul Anaconda, y sigue a Pep Guardiola (entrenador del Manchester City), Mauricio Pochettino (ex Tottenham), Jurgen Klopp (Liverpool), Ettore Messina (ex Real Madrid basketball) y Phil Jackson, el histórico preparador de los Chicago Bulls. 

“Leo mucho de emprendedores, de gente inspiradora. Me gusta su manera de pensar fuera de la caja o como si no existiera una caja”, comenta. Todo esto -dice- le ayuda a liderar mejor a Nico. “Es más, me gusta escuchar más a gente fuera del tenis que dentro del tenis”, asegura.

Las expectativas y la preparación del entrenador

Juan Ozón comenta que su pupilo es humilde, reservado, y que entre las virtudes que le ha logrado inculcar, está el manejar las expectativas. “La humildad se basa en controlar las expectativas, estamos en eso. Al final estas expectativas son una proyección de tu mente hacia el futuro y es una falta de estar en el presente, una falta de control de lo que estamos haciendo”.

La clave para que Jarry se mantenga en la elite del tenis mundial, dice el entrenador, es “la estructura mental, la gestión de emociones, más que su calidad de juego. Si unes el talento que tiene él con una estructura mental, emocional, una mejor gestión, tienes a este jugador que podrá rendir las máximas semanas posibles”.

Sobre su propia preparación como entrenador, añade: “Me preparo muy bien para estar lo más tranquilo posible, para transmitirle que lo único importante es estar centrado en el trabajo. Al final el resultado es una consecuencia de lo que hemos hecho. No hay tantos jugadores que han ganado tantos partidos seguidos este año”.

Partido con Alcaraz: “Le dije que fuera a disfrutar”

El partido con Alcaraz lo vivió como un partido especial, lo tuvo cerca. Confiaba en que podían ganar. Por eso para él el resultado del primer set no fue una sorpresa. Tampoco el juego en el que el chileno -tras una serie de “ace”, no dejó jugar a su rival.

“Para ese día le dije a Nico que se mantuviera fiel a su patrón de juego y que fuera a disfrutar, a jugar agresivo, pero con una velocidad de pelota crucero que es muy destructiva. Le recomendé que lo viva desde el presente, no desde la ansiedad de jugar el punto”, rememora.

El domingo pasado Jarry levantó el trofeo del campeonato más importante de Chile, un torneo en el que se le vio cómodo, tanto con su juego, como con la locación. Ahí el deportista estaba de dueño de casa: su familia, los Fillol -es nieto del ex tenista Jaime Fillol-, organizaron el circuito. 

Por estos días el chileno está descansando con su familia y el sábado vuela a Barcelona para concentrarse dos semanas. Planean jugar en Marrakech, Montecarlo y Barcelona. Con el live ranking actual (57º) puede entrar a torneos importantes. Jarry 2.0 ilusiona. 


Pasado empresarial

“¿Tú cubres deportes?”, pregunta Ozón desde el hotel. Viste zapatillas Asics, shorts y polera. Bromea cuando le sacan las fotos: “cuidado que se va a estropear la cámara”.

“No, la verdad es que reporteo principalmente sobre startups”, respondo. 

El ex tenista se entusiasma y comienza a hablar de su vínculo con esta industria. El tema le apasiona. Tanto, que compara a Nico con una startup. “Imagínate fracasa la startup y tú armas otra marca con el mismo producto, va a fracasar igual. Por eso había que entender quiénes somos, qué jugador queremos ser y de ahí trazar un plan para llegar a ser este jugador”, comenta.

Siguiendo la jerga: Jarry pintaba para unicornio, había levantado un par de rondas de capital y se preparaba para saltar a la elite, hasta que quebró. De ahí empezó un trabajo desde cero, sin ranking y fuera del circuito. Ozón asiente: “Tal cual, eso es”.

Con pasado empresarial, Ozón afirma que la clave del alto rendimiento es tener una buena programación estratégica y las prioridades claras. Viene de trabajar por dos años con la Premier League, estudió fisioterapia, y el 2021 entró a The Power Business School gracias a una invitación del emprendedor tecnológico Kamran Elahian.

En 2020 fundó una academia de tenis, trabaja con la Fundación Princesa de Girona para apoyar startups, es el director de Sportech en la misma casa de estudios y cita estudios de Harvard Business Review durante la entrevista. No todo es tenis.

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