Melé suma más de cuatro décadas de experiencia profesional en el sector de la banca, donde los últimos años fue subdirector general de Triodos Bank en España, miembro de su Comité Ejecutivo y vicepresidente de la Fundación Triodos.

En 2015 renunció y hoy, a sus 71 años, está a la cabeza de la Fundación Dinero y Conciencia, desde donde se dedica a promover una banca ética en América Latina y a divulgar su visión de una nueva economía basada en valores.

Hasta la fecha, Banca Ética ha movilizado en Chile un total de más de 64 millones de dólares para apoyar a empresas y organizaciones de impacto positivo. Estos se desglosan en 21 millones de dólares en el área de educación y cultura, US $25 millones en desarrollo social y US $17 millones para medioambiente. Este 2022 proyectan gestionar recursos por US $42 millones para un total de 84 empresas.

Durante esta última visita a nuestro país, el banquero catalán se reunió con un grupo de 50 inversionistas y dictó una charla para representantes de 260 empresas que solicitan financiamiento de Doble Impacto, plataforma de inversiones que funciona bajo los valores de la banca ética y que proyecta convertirse en banco.

Chile será la primera parada de una gira por la región, luego de que Banca Ética abriera oficinas en Argentina, Uruguay y Brasil, a través del modelo de negocio de crowdlending y de fondos de inversión. Melé seguirá ahora a Perú, Colombia y México, pero antes de partir conversó con DF MAS.

Efecto estallido y pandemia

“Tres semanas antes de que detonara la crisis social, me tocó dar charla a un grupo de empresarios y directivos, y les dije que esta enorme desigualdad podía ser caldo de cultivo si no se generaban cambios en el modelo, siempre desde una economía libre y de mercado, pero donde el dinero no fuera más importante que las personas o la tierra.

‘Si esto no lo hacemos por amor, algún día lo pagaremos con dolor’. Después vino todo lo que pasó y que nadie imaginaba sucedería en Chile. Eso, sumado a la pandemia, ha retardado nuestros planes, pero como acostumbra a pasar con las crisis, también vino un despertar de la conciencia”.

Humo especulador
“La banca ética es un ejemplo de economía real, moderna y de mercado, que solo ha cambiado el orden de los valores: primero las personas. Si un banco tiene dinero, tiene poder, ¿y por qué no utilizar este poder para cambiar el mundo?

Nosotros financiamos empresas que aportan valor a la sociedad desde la cultura, el desarrollo social y el medioambiente.

El 99% del dinero que circula en el sistema financiero es especulación. Llevo 45 años en el mundo financiero, 30 de ellos en banca tradicional y vi instrumentos financieros que ni los directivos entendíamos. ¿Por qué? Porque no eran nada. Mientras, hay miles de proyectos que serían buenos para la sociedad, y que generarían puestos de trabajo, que no encuentran financiamiento”.

Responsabilidad financiera

“Quiero recordar a la gente que los bancos no tienen dinero, gestionan nuestro dinero. Lo digo porque parece que se nos olvida. Los clientes tienen el derecho de saber qué está haciendo el banco con su dinero mientras ellos no lo usan.

Quizás tú tienes ciertos valores y con tu dinero el banco está financiando a una empresa que discrimina a la mujer, explota a niños o contamina el medioambiente. Somos responsables de lo que se hace en el mundo con nuestro dinero”.

Cripto vs Transparencia

“Cripto es lo contrario de transparencia. No tienes idea qué hay detrás y se apela a la codicia: ‘Compra, que en poco tiempo y sin hacer nada, ganarás dinero’.

Si algo he aprendido en mis años de experiencia y profesión, es que cuando alguien gana dinero rápido sin hacer nada, alguien lo pierde rápidamente también sin hacer nada.

Si hay nuevas tecnologías como blockchain que nos ayuden a ser más transparentes y a buscar trazabilidad, ¡bienvenidas! Pero creo que frases tipo ‘hay que salirse del sistema bancario’ camuflan una opacidad que es más de lo mismo. Basta con ver cómo fluctúan las criptomonedas. Y si se trata solo de ambiciones personales, no me interesa. Es pan para hoy y hambre para mañana”.

Rescatar al banquero

“En la banca ética hemos incorporado algo del antiguo oficio del banquero que salía al mundo y entendía de negocios: qué era necesario saber, qué convenía financiar. Queremos recuperar o modernizar ese oficio.

No solo tenemos expertos financieros, también especialistas en cada uno de los sectores. Si financiamos proyectos de agricultura orgánica, educación o energías renovables, necesitamos que alguien entienda de eso, que sepa sobre el proceso de producción y sus ritmos.

Incluso te podemos contactar con otro cliente o proveedor y generar redes de contacto. No se trata solo de negociar la tasa de interés del préstamo”.

Divisiones obsoletas

“En distintos países de Latinoamérica observo gran polarización política, con dos bandos separados por poco porcentaje.

Pero tengo la suerte de hablar con muchos jóvenes que no miran tanto al pasado. Miran más hacia un futuro donde conceptos como derecha e izquierda parecen casi obsoletos. Estas discusiones de capitalismo vs comunismo ya son absurdas.

Incluso en Harvard y en el MIT se habla de capitalismo consciente. Democracia no puede ser solo que el 51% se imponga al 49%, tenemos que ser capaces de generar un proyecto en común”.

Educación en valores

“El mundo de hoy es la educación de ayer. Entendemos por educar el enseñar matemáticas, física, historia o lenguaje. Eso es una parte, pero también importa enseñar a ser seres humanos con valores. Educar en dignidad y no para tener tres carreras ni cuatro masters.

La historia de la humanidad lo demuestra: mientras las civilizaciones se basaron en valores humanos, prosperaron. Cuando estos decaen, como en el Imperio romano, desaparecen.

Y hoy nuestros problemas no son de inteligencia ni de conocimiento científico, sino de valores humanos. Hemos puesto el dinero y la tecnología por sobre el ser humano y nos hemos ido autodestruyendo”.