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José Miguel Benavente: “Startup Chile todavía es un programa de élite centralizado en Santiago”
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Una manta boliviana sobre el escritorio y una pintura abstracta de colores colgada en la pared son los dos elementos que llevó el nuevo vicepresidente ejecutivo de Corfo, José Miguel Benavente (53), para personalizar su oficina, ubicada en el piso 8 del edificio de Moneda 921.
Eso y sus inconfundibles zuecos, que lo hacen ver al menos tres centímetros más alto –mide 1,93 metros–, que compra en Europa y que usa desde muy joven para evitar el dolor de espalda, son algunas de las señales de los vientos de cambio que hoy día soplan en la agencia estatal.
Ha pasado un mes y medio desde que llegó a Corfo y esta es la primera entrevista que da para contar en detalle su plan, y el del gobierno, para transformar la institución, o más bien, como dice él, para recuperar “el espíritu y la ilusión”.
“Me gustaría traer de vuelta algo de esas cosas históricas que se han perdido. Me encontré con una institución espectacular, gente muy camiseteada, cercana, pero una institución, a pesar de todo esto, alicaída”.
-¿Por qué alicaída?
-Tengo la sospecha de que en las últimas dos administraciones, para los últimos vices a quienes yo conocí, la Corfo no era su razón de ser. Tanto Pablo Terrazas como Sebastián Sichel la consideraban una gran institución, pero en sus trayectorias los temas de Corfo no eran tan constitutivos de lo que ellos hacían.
-¿Sí lo había sido en el caso de Bitran y Cheyre?
-Por ejemplo. Eso es independiente del color político. Y creo que para mí también es así. Y cuando la historia del vicepresidente ejecutivo no revela que esto es parte constitutiva de él mismo o ella misma, la institución lo siente.
-¿Estaba esa sensación, a su juicio?
-Siento que había quedado esa sensación. Y también tiene que ver con la claridad de lo que quieres hacer.
Benavente conocía a todos los gerentes de Corfo desde antes. Le había tocado trabajar con ellos desde su rol en el BID, o en la universidad, o en su paso por el Consejo de Innovación. Por lo mismo, optó por ratificar en sus cargos a los que venían de la administración anterior.
Sus primeras semanas han sido mucho de conversar con todas las áreas y también con las oficinas regionales, las que visitará una a una desde mediados de mayo, para ir explicando qué quiere hacer.
Aquí despliega su plan para estos cuatro años, despeja dudas y lanza interrogantes sobre lo que será el sello de su gestión.
“El Banco de Desarrollo no va a reemplazar a la Corfo”
Una de las propuestas del programa del presidente Gabriel Boric es la creación de un Banco Nacional de Desarrollo. Una institución que existe en otros países y que a juicio de Benavente es clave implementar en Chile.
“La creación del banco del desarrollo tiene dos partes: tiene todo un tema formal que es un proyecto de ley, necesitas capitalización, temas legales, y eso lo está desarrollando el Ministerio de Economía en conjunto con nosotros. Pero hay otro tema que tiene que ver con la praxis, los tipos de proyectos, cómo los evalúas, qué cosas apoyas, etc. Lo que vamos a hacer es el piloto de esa praxis. Entonces, no es que Corfo se transforme en la banca de desarrollo, nosotros vamos a generar las primeras acciones de lo que haría una banca de desarrollo y la idea después es transformarla en un área jurídica aparte. No va a reemplazar a la Corfo.
Y este Banco Nacional de Desarrollo es un mecanismo para escalar proyectos que están en etapas muy tempranas, vinculados, por ejemplo, a hidrógeno verde. ¿Cómo? A través de préstamos. Son proyectos de envergadura relativamente grande que, si bien técnicamente están validadas en laboratorios o a escala piloto, se necesita escalar.
Y que requieren entre 10, 20 o 30 millones de dólares. Ahí el capital de riesgo no entra porque es mucha inversión física; la banca no entra porque está en etapas muy tempranas y hay mucha incertidumbre, y no se justifica que con plata de todos los chilenos pongamos plata para una cosa que todavía no está probada.
El Banco Nacional de Desarrollo entrega un mecanismo de préstamo que se llama capital paciente. Y generalmente esa banca no invierte el 100%, sino el 10%, el resto lo invierten privados que entran cuando ven que el Estado está detrás. Pero para eso necesitas capacidades dentro de la banca nacional de desarrollo para evaluar los proyectos, y eso es lo que necesitamos crear”.
Misiones: “¿Cuáles son nuestros otros hidrógenos verdes?”
“Queremos volver a implementar lo que en algún momento tuvo la Corfo y que hoy no tiene: la nueva política industrial. Son aquellas acciones para empujar iniciativas que están asociadas a misiones. De hecho se llama política industrial por misiones (desarrollado por la economista y profesora de la University College de Londres, Mariana Mazzucato, de la que Benavente es cercano).
Y, de facto, esto lo hizo el gobierno anterior sin hacerlo muy explícito, con el compromiso que tomaron, y tomamos todos, de descarbonizar Chile a 2050. Es una misión porque tiene fecha y claridad respecto de lo que quieres hacer. Y además, la idea de la misión es algo que el ciudadano entiende que le hace bien. En este caso, un aire más limpio y sus ventajas.
Ahora, para lograr descarbonizar tienes que hacer muchas cosas, entre ellas, cambiar la matriz energética. Y el hidrógeno verde es una respuesta. Y ahí lo que vamos a hacer en Corfo es todo el desarrollo productivo para conseguir esa misión. Entonces el hidrógeno verde no se entiende como una política industrial donde favoreces a un sector, no es un problema de picking winners como se decía antiguamente, sino que ahora estamos picking missions.
Un país no se puede embarcar en 20 misiones. Sabemos que no pueden ser más de dos o tres, porque es un compromiso de las más altas autoridades de llevar esto adelante. Las misiones tienen que ver con el bienestar de las personas y estamos viendo qué otras vamos a incorporar.
Está todo lo que tiene que ver con la longevidad. Chile tiene una de las mayores expectativas de vida al nacer en el mundo, más que un país desarrollado. ¿Cuáles son tus hidrógenos verdes de eso? Y la respuesta puede ir desde alimentos funcionales, temas de infraestructura en las ciudades, no es solo un problema de salud. Esa es la garantía que tiene la misión. Por eso tiene que ser algo que al ciudadano le haga sentido y lo sienta cercano.
Y detrás de esto está la estrategia de desarrollo del país. Lo que logras es diversificar tu matriz productiva, potenciar tu canasta exportadora y desarrollar competencias donde antes no las tenías. La idea es que durante el año tengamos más asentado cuáles serán las misiones, pero ya la de hidrógeno verde es suficientemente amplia y compleja”.
“Start-Up Chile todavía es un programa de elite centralizado en Santiago”
“Me gusta mucho Start-Up Chile porque ha tenido una evolución en el tiempo muy interesante. Fue un mecanismo fantástico para posicionar a Chile en el concierto internacional en temas de emprendimiento. Los que diseñaron Start-Up Chile no se dieron cuenta, pero fue la razón de su éxito a mi entender, de que hicieron un cambio cultural en Chile.
La gracia de traer a emprendedores al país no fue que hicieran su emprendimiento acá, fue que conversaron con chilenos y lograron cambiar el switch de un conjunto de muchachos y muchachas en Chile que podían salir a comerse el mundo.
Ahora, si miras el diseño original del programa, la meta era poner en cuatro años una empresa chilena en el Nasdaq, cosa que no ha ocurrido. Con esa métrica se podría decir que fue un fracaso, pero no lo fue porque su objetivo no estaba tan bien focalizado.
Hoy día estamos en otra etapa. Ya logramos un conjunto de unicornios y tenemos otros desafíos. Start-Up Chile todavía es un programa un poquito de elite centralizado en Santiago. Y eso tiene sus ventajas, pero hay regiones que son como Santiago 10 años atrás, cuando el programa estaba naciendo. Y la idea es conseguir eso con los emprendedores en regiones.
Estamos en conversaciones para ver qué cambios vamos a hacer. El next step de Start-Up Chile tiene que ver con expandir su ámbito. En Chile ya no tenemos un problema de financiamiento para las startups cuando son buenas, sobre todo de capital de riesgo, lo que tenemos es que la masa crítica del tipo de empresa de startup en Chile todavía es poca y concentrada.
Y más bien hay un problema de matching, que se encuentre la oferta con la demanda. Queremos preparar a las empresas bien a través de un due dilligence para que sean financiables y expandirlas territorialmente. Ahora, nada está escrito, estamos recién empezando a conversar. Pero el emprendimiento para nosotros y particularmente para mí es fundamental, es un mecanismo de realización de las personas y es, a la vez, una de las formas que tenemos para financiar cosas que queremos hacer desde el lado social en Chile. Eso no hay que perderlo nunca de vista, necesitamos generar más impuestos”.
“Los que más saben están en los territorios”
“Hoy día, en materia de emprendimiento e innovación, hay concursos nacionales entre proyectos de distintas regiones. Y, a mi modo de ver, existe ahí una competencia desleal, porque obviamente hay regiones que tienen distintas evoluciones, historiales y capacidades, y algunas quedan rezagadas en estos concursos. Nuestra idea es que dejen de competir entre ellas.
Esto implica fortalecer a la Corfo en regiones para que ellas decidan a dónde quieren orientar su esfuerzo en innovación, emprendimiento y desarrollo productivo. Hoy tenemos cargos de representación popular, los gobernadores y los core, que además manejan recursos. Y nosotros queremos hacer matching con ellos para los proyectos que decidan empujar y donde se pueda alinear el mundo privado.
Ellos deciden y nosotros vamos a evaluar en función de criterios técnicos. Después les mandamos los proyectos evaluados en un ranking del mejor al peor. Y si quieren cambiarlo, tienen que dar un buen argumento técnico. Después, las regiones se preocupan de ejecutar los proyectos y desde acá miramos para ver si están bien hechas las rendiciones, el control y el seguimiento para el buen uso de los recursos públicos.
Queremos implementar esto mucho más a través del territorio. Tenemos una parrilla de instrumentos que están a disposición y ellos deciden. No es que nosotros desde Santiago somos los que entendemos más de estas cosas, los que más saben están en los territorios”.
“No hay literatura que sugiera que paraísos fiscales son generadores de renta, valor o empleo”
-Hay varias startups chilenas que se van de Chile y ponen su sede en Delaware, en Canadá, donde hay incentivos tributarios y menor burocracia, y finalmente no pasa ningún peso por Chile. ¿Cómo se soluciona eso?
-La naturaleza tiene muchas fuentes. Hay todo un tema de paraísos fiscales entremedio. Delaware es un caso. Lo otro es que para algunos servicios tienes que estar muy cerca de tu demanda. Pero Chile es un país pequeño y la escala no te da, y se entiende que uno se mueva a otros lugares. Lo tercero es que ese financiamiento temprano que necesitaban no estuvo disponible en Chile.
-Lo que le pasó a Cornershop...
-Por ejemplo, no estaba. Y la idea de este programa con la Bolsa de Santiago, Scalex, es que sí esté. Me parece muy bueno que exista este programa, que prepara a las empresas que salen del programa de startup para recibir financiamiento privado y enganchar a esos emprendimientos con capital nacional, dado los aspectos positivos que esto tiene para el país.
Pero nuestro análisis en ese contexto es buscar los mecanismos para tratar de forzar la externalidad positiva, como decimos los economistas. En algunos casos, no hay mucho que hacer, por la demanda, por el tipo de tecnología, por el sector, y se van a ir igual. El tema del financiamiento es uno, y se está solucionando.
-¿Se piensa implementar algún tipo de incentivo tributario para motivar que más startups se queden en el país?
-El punto de vista tributario no es un ámbito que a mí me compete, pero mi opinión personal es que Chile no está en condiciones de hacer ningún tipo de incentivo tributario de esas características. Creo que no se justifican. La respuesta, salvo crédito tributario para las empresas que hacen investigación y desarrollo, que es una cosa que tenemos y que queremos potenciar, es que no hay literatura que sugiera que estos paraísos fiscales son generadores de renta, valor y empleo en el territorio.