José Miguel Benavente no conocía personalmente a Gabriel Boric. Y con Giorgio Jackson había conversado una o dos veces antes de aceptar el desafío de ser el vicepresidente ejecutivo de Corfo del nuevo gobierno.
A los que sí conocía, y bien, es a muchos de los nuevos líderes de la izquierda que hoy ocupan cargos públicos: varios de ellos fueron sus alumnos en la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, casa de estudio de la que fue profesor durante 15 años.
Es el caso del nuevo ministro de Economía, Nicolás Grau, quien fue su ayudante en la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, al igual que la actual alcaldesa de Santiago, Irací Hassler.
Con otros, como el ex presidente de Revolución Democrática, Rodrigo Echecopar, y la nueva subsecretaria de Economía, Javiera Petersen, su punto de unión es Mariana Mazzucato, la economista y profesora de la University College de Londres, donde ambos han cursado estudios.
Mazzucato es muy cercana a Benavente. Forman parte de la misma escuela de pensamiento y de hecho, actualmente trabajan en conjunto en un documento que explora el tipo de institucionalidad que se necesita en Latinoamérica para implementar una política orientada por misiones, es decir, una donde las inversiones en innovación se orienten hacia la resolución de los principales desafíos que enfrentan los países.
Este es justamente uno de los desafíos que el nuevo vicepresidente ejecutivo de Corfo deberá enfrentar a partir del 11 de marzo: el programa de Gabriel Boric plantea la necesidad de que Corfo migre hacia la creación de un Banco Nacional de Desarrollo que tendría por objetivo empujar iniciativas en las que los privados no pueden ir solos, ya sea porque son muy costosas o porque no están las condiciones de mercado para hacerlo.
Aunque en estos planteamientos Benavente no participó directamente en el programa del nuevo gobierno, sí fue consultado en varias oportunidades y ofició como consejero. Por eso, aunque sus cercanos dicen que se sorprendió cuando recibió el llamado de Gabriel Boric para que se sumara al nuevo gobierno, no dudó en aceptar el desafío.
Su nombramiento fue aplaudido de manera transversal a través de redes sociales. Desde sus más cercanos, entre ellos sus coautores del libro El Otro Modelo, los constitucionalistas Javier Couso y Fernando Atria, el cientista político Alfredo Joignant y el economista y ex superintendente de Valores y Seguros, Guillermo Larraín; hasta empresarios como Jorge Errázuriz y el presidente de la Mutigremial Nacional de Emprendedores, Juan Pablo Swett, salieron a felicitarlo.
“Tengo la mejor opinión profesional y personal de él. Por lo tanto, creo que es la mejor persona que pudo elegir el presidente Boric para encabezar la Corfo, teniendo en cuenta la orientación que tiene su programa de gobierno. Es una persona que a partir de eso podría hacer un trabajo serio”, dice el exvicepresidente ejecutivo de Corfo y actual director del CIES de la UDD, Hernán Cheyre.
El favorito
Hijo de un administrador público que trabajaba en la antigua Compañía de Teléfonos de Chile y de una jueza, José Miguel Benavente nació en Antofagasta. Luego su familia se mudó a Rancagua y terminó instalándose de manera definitiva en Viña del Mar. Ahí el nuevo hombre fuerte de Corfo se hizo un nombre en el deporte. Fue seleccionado nacional de rugby y natación y se transformó en hincha del Everton.
Entró a la universidad a los 16 años y estudió Ingeniería Civil Industrial en la Universidad Católica de Valparaíso. Al terminar la carrera decidió partir a Santiago a estudiar un Magister en Economía, una carrera que no le convenció del todo hasta que conoció a Jorge Katz, el economista argentino de la FEN que se transformaría en su mentor.
La mezcla de ideas de Katz sobre ingeniería de procesos y economía y su mirada hacia la innovación, una disciplina que en esos años apenas se conocía en América Latina, fascinó a Benavente, quien quiso seguir los pasos de su profesor y partió a doctorarse en Economía a la Universidad de Oxford. Se especializó en Economía de la Innovación y el Cambio Tecnológico y Evaluación de Impacto de Programas Públicos.
A su regreso a Chile, volvió a la FEN y a su casa en la comunidad ecológica de Peñalolén, en la que vive hasta el día de hoy. Se trata de una construcción de barro autosustentable que diseñó él mismo el año 93. Ahí vive con su mujer, la arqueóloga Isabel Cartagena, y su hija que este año entra a estudiar Ingeniería Civil en la Universidad de Chile. Su hijo mayor estudia una maestría en matemática aplicada en Australia.
Quienes conocen a Benavente, dicen que pese a ser uno de los economistas más destacados a nivel mundial en temas de innovación, que ha asesorado a casi todos los países de Latinoamérica en esa materia, es una persona de muy bajo perfil.
“José Miguel es una persona optimista sin ser naif. No se enfrasca en debates inconducentes o sarcásticos, está lejos de la ironía o el maltrato, es muy poco narciso y los académicos suelen tener un ego enorme”, lo describe Javier Couso, quien dice que fueron esas cualidades las que lo acercaron a la exPresidenta Michelle Bachelet.
Se conocieron en Chile cuando él participó en su campaña, y luego coincidieron en Estados Unidos cuando ella estaba a cargo de ONU Mujeres y él se trasladó a Washington como jefe de la División de Competitividad e Innovación del BID, cargo que actualmente ejercía desde Chile y que dejará para asumir en Corfo.
“Claramente del grupo él era al que le tenía más simpatía. Le echábamos bromas de que era el confidente de la Presidenta, el favorito”, recuerda entre risas Couso.
Out of the box
Aunque Benavente tiene una línea de pensamiento clara del hacia dónde debe ir el desarrollo productivo del país, eso no impide que logre tender puentes con personas que piensan distinto. Prueba de ello es la iniciativa que lanzó hace dos años junto al economista Guillermo Larraín, llamada Out of the Box.
Crearon un comité editorial bien transversal, en el cual estaban desde Andrea Butelman, Francisco Gallegos, Ignacio Briones, Rodrigo Vergara y Claudia Sanhueza, entre otros, e hicieron un llamado internacional de proyectos que solucionaran problemas de Chile. De las 90 ideas, se seleccionaron 13, algunas de las cuales están aún en desarrollo. “Con José Miguel estamos siempre pensando cómo darle la vuelta a un mismo problema de una forma distinta”, explica Larraín.
También fue vicepresidente del Consejo Nacional de Innovación entre 2005 y 2014, y pieza clave en la redacción de los dos volúmenes del Libro Blanco de la Innovación y además fue parte de la Comisión Philippi, que sentó las bases de nuevo Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.
De hecho, ha colaborado en la estrategia de esa cartera en conjunto con el actual ministro Andrés Couve y la subsecretaria Carolina Torrealba, y forma parte del Consejo de Igualdad de Género de esa secretaría de Estado.
También es cercano al mundo emprendedor. “Nos ha acompañado a montones de eventos y en muchas locuras. Es muy empático y escucha mucho”, dice la ex presidenta de la Asech, Alejandra Mustakis.
Ahora, Benavente deberá echar mano a todos sus conocimientos y su capacidad de diálogo para hacer realidad el anhelo del nuevo gobierno de transitar hacia una nueva matriz productiva para Chile.