Esta semana se llevó a cabo la cumbre anual en Davos organizada por el Foro Económico Mundial. Con ojos en China, Ucrania y la inteligencia artificial, más de 2.700 políticos, altos ejecutivos y líderes se reunieron en las montañas de los Alpes suizos.

No hubo presencia de autoridades chilenas, sí asistió una delegación del grupo Quiñenco comandada por su presidente Andrónico Luksic, el exministro Andrés Velasco representando al London School of Economics y la periodista Paula Escobar.

Una de las mujeres que llamó la atención en la delegación nacional fue la CEO de la startup invertida por Morgan Stanley Lab4U, Komal Dadlani (34). La joven emprendedora fue reconocida por el Foro Económico Mundial como una de las Jóvenes Líderes y este año asistió por primera vez a Davos.

Dadlani, bioquímica de la Universidad de Chile, fundó Lab4U a los 24 años, una plataforma de tecnología educativa que transforma los smartphones en un laboratorio de bolsillo. El 2015 fue elegida como la “mujer más emprendedora del mundo” y es la primera chilena en ganar el premio internacional Cartier Women’s Initiative Awards.

Desde Suiza, relata que en 2020 Paula Escobar la nominó a ser una Young Global Leader y al principio no entendía mucho de qué se trataba. “Soy bioquímica y emprendedora en tecnología, no sabía de qué me estaban hablando”, recuerda sobre esas reuniones por Zoom en plena pandemia. Hasta que en septiembre de 2022 la invitaron a Ginebra a conocer a los otros líderes, “ahí me di cuenta del peso de esto y la importancia de la institución”, acota. Fue en ese evento en Suiza cuando la convidaron a la cumbre de Davos junto a las autoridades chilenas, que -según dice- prefirieron no ir.

La temática principal de Davos era cómo colaborar en un mundo fragmentado, entendiendo la crisis climática, la guerra de Ucrania, la inflación, y las desigualdades. Dentro de eso, fueron temas importantes el agua, la energía y la carbono neutralidad, “por eso me dio mucha pena que no haya participado nadie del Gobierno”, dice.

Más de 20 horas de vuelo, una escala de dos horas en Madrid y un tren de Zúrich a Davos fue el recorrido. Un pueblo de montaña a 1.500 metros de altura con no más de 12 mil habitantes se preparaba para recibir a miles de personas. Los -16 grados no fueron impedimento para nada, dice la CEO. Una energía desbordante, ganas de generar redes y sobre todo “buena onda” era el ambiente que se respiraba. La gran mayoría de los asistentes eran mayores de 50 años, pero un grupo de unos 150  jóvenes líderes recorría el lugar.

Todo pagado por la institución, Dadlani alojó en Klosters, una comuna en el cantón de los Grisones conocida por sus centros de esquí. A 30 minutos del lugar de la conferencia, en Klosters la noche costaba US$ 1.000, “pero la alternativa eran hoteles en Davos de más de US$ 15.000”. En estas mismas casas de madera se hospedó el exministro Velasco.

A las siete de la mañana sonaba la alarma para empezar el día con reuniones. Después unas van Mercedes Benz los esperaban para dirigirse a Davos. La nieve abundaba, incluso les pasaban una especie de Crampones para no resbalarse. “El problema de este frío era que cambiaba abruptamente al entrar a los lugares cerrados, llenos de calefacción”. 

Ya en el auto empezaba la generación de redes. “Me senté al lado de una mujer con credencial de Vimeo y le pregunté cuál era su rol en la empresa, pensando que era alguien de marketing o relaciones. ‘soy la CEO’, me contestó”, relata como anécdota. Compartió con la fundadora de 39 años, responsable de haber llevado la startup a la bolsa. 

En otro recorrido se sentó con el gobernador de Brasil Eduardo Leite, el primero en ese cargo abiertamente homosexual, “brillante y quién dice puede ser presidente en unos años más”.

“Al llegar al lugar había dos opciones, caminar 10 minutos en la nieve o subirse a un carro de golf, así de grande era el lugar”, retrata la bioquímica. Bajándose del carro ya se veía la importancia del evento, lleno de guardias de seguridad, “como entrar a un aeropuerto” y muchas personas llegando. Aquí, tuvo otro encuentro inolvidable. Mientras se cambiaba las botas de nieve escuchó cómo el CEO de Uber, Dara Khosrowshahi, conversaba con un potencial inversionista. “No quise interrumpirlo porque se escuchaba muy importante la conversación”, dice entre risas.

Mientras caminaba al panel donde tenía que exponer vio una cara conocida: era el vocalista de Black Eyed Peas Will.I.Am, “Hola! Soy vegana también”, le gritó la chilena para lograr una selfie. El cantante se detuvo, “compartimos un rato corto sobre el veganismo y se fue. Así empecé a dimensionar la gente que había, también vi pasar a la primera dama de Ucrania”, recuerda.

52 presidentes, 56 ministros de hacienda, 19 presidentes de Bancos Centrales, 35 ministros de relaciones exteriores, 600 CEOs y 1.500 ejecutivos de alto nivel se paseaban por los pasillos. Más de 100 países fueron representados.

Dadlani compartió panel con el presidente de Ecuador Guillermo Lasso, el presidente del Banco Interamericano Ilan Goldfajn, el secretario ejecutivo de las Naciones Unidas José Manuel Salazar, la directora ejecutiva del Instituto de Identidades de Brasil Luna de Souza, entre otros. El mandatario de Colombia se restó a último momento. La conversación fue moderada por Andrés Velasco.

El tema era la sostenibilidad en Latinoamérica. “Hablé de la educación STEM y la importancia de invertir en educación de este tipo -ciencia, tecnología y matemáticas-, especialmente si queremos progresar como región. Está comprobado que los países que más invierten en este tipo de educación tienen mayor PIB. También hablé de emprendimiento e inversión en venture capital en Latinoamérica”. Y agrega que, “una de las cifras importantes que compartí fue que solo el 3% de la inversión de este tipo en la región va a mujeres fundadoras. Una cifra paupérrima si queremos más equidad e inclusión.

La CEO se atrevió a decir un chiste de la contingencia, “como dice la poeta y artista Shakira, las mujeres ya no lloran, las mujeres facturan”, dice. Sacó risas. 

La chilena participó de cuatro sesiones de educación e impacto social y asistió a una charla privada del CEO de Microsoft Satya Nadella. “Era importante tener foco, con las más de 400 conferencias te abrumabas y no sabías que hacer, pero decidí centrarme en lo que me convocó”. Ella buscaba establecer conexiones con potenciales partners e ir a las sesiones de educación STEM y futuro del trabajo.

Una de las charlas más interesantes fue la de Nadella, dice. El empresario habló de lo que viene en inteligencia artificial, el rol de Microsoft con OpenAI (la revolución tecnológica del momento) y cómo éste se podría convertir en un copiloto en muchos trabajos, una herramienta para la educación. “Pero lo que más me marcó fue cuando habló de la importancia de ser líderes empáticos, ya que todos lo estaban pasando mal por la situación mundial”, afirma.

Por esos días, Microsoft despidió más de 10 mil colaboradores, al mismo tiempo que los 50 ejecutivos de la empresa en la conferencia tuvieron un evento privado con el cantante Sting. 

Para generar reuniones de networking y saber los horarios de las charlas, todos los asistentes tenían acceso a una aplicación llamada TopLink. 

Dadlani le solicitó una reunión a Andrónico Luksic pero no lograron calzar los horarios. Se  juntó con gente de la fundación  Luksic scholars, “que me ayudaron muchísimo, ya habían venido varias veces y me enseñaron cómo funcionaba todo acá…. yo soy un poco huasa (ríe)”.

La comida no era buena, comenta, “pensé que en un evento así de importante iba a ser más vegan friendly, por suerte traje mis barritas de cereal”. 

“Adentro del lugar no vas a ver ningún logo de empresa, todo pasa afuera”, comenta. Las grandes firmas se toman la calle de Promenade y arriendan las casas y cafeterías del lugar para transformarlas en hubs de ellos: una avenida rodeada de Meta, Forbes, CNBC, Wall Street Journal, Qualcom, Amazon, Mastercard y otras. La que más le llamó la atención fue una tienda arrendada por los Emiratos Árabes.

“Fue una una semana intensa”, resume la bioquímica. Todos los días los eventos eran de 9 a 18:45 y después venían los cocktails. El jueves, las empresas organizaban paralelamente “carretes”, dice que todos querían ir al de la revista Time y ella se paseó por el de Mastercard, HSBC y Forbes, “mucho para mí (rie)”. Muy entretenido pero cansador y abrumador”. Al llegar al hotel respondía mails y entraba a reuniones con Chile. Las cuatro horas de diferencia cumplieron lo que le habían vaticinado. Apenas durmió cuatro horas diarias. 

A pesar de que cree que fue invitada a exponer en un panel como cuota de diversidad (en cada panel se preocuparon de poner mujeres), la CEO de Lab4U saca cuentas alegres: generó redes, hizo nuevas amistades de todas partes del mundo y espera ser invitada el próximo año.