Tras la ola de frío de este invierno Andrónico Luksic recibió, a través de sus redes sociales, más de 100 mensajes de personas pidiendo ayuda: le explicaban al empresario que necesitaban abrigo, estufas, reparaciones en sus techos. Como suele hacerlo en estos casos, el presidente de Quiñenco gestionó, a través de un equipo de colaboradoras lideradas por la periodista Cristina Birrell, la entrega de cientos de frazadas a lo largo de Chile. 

Pese a que desde que abrió su cuenta en Twitter en enero de 2017 (tiene 606 mil seguidores) es habitual que Luksic reciba mensajes de este tipo, ha comentado a sus cercanos que estos últimos años, tras el estallido social y la pandemia, las solicitudes se multiplicaron: en una semana movida, pueden llegar a 250. 

“Él lee permanentemente los comentarios en sus redes sociales y nos envía aquellos mensajes que le van llamando la atención. Muchos de los apoyos que hoy concretamos los ha identificado él, pidiéndonos que contactemos a las personas y entendamos bien su situación”, explica Cristina Birrell (36).

Uno de ellos es Alfonso, de 6 años. A mediados de julio Hellen Jarufe, profesora de la Escuela de Lenguaje Aliwenko de Coronel, contactó al empresario a través de la cuenta de Instagram para contarle que su alumno, Alfonso, había sido diagnosticado con sordera severa. Necesitaba dos audífonos. El vicepresidente del Banco de Chile transmitió la inquietud a Birrell -quien además es parte del equipo de Asuntos Corporativos de Quiñenco, al mando de Mauricio Lob-, y ella junto a otras asesoras del empresario concretó la ayuda.

El niño le mandó un mensaje de audio agradeciendo. Luksic también por audio, respondió: “Hola Alfonsito, un abrazo muy muy grande. Estás en Coronel, yo estoy lejos lejos, en España, pero supe que estuviste de cumpleaños hace muy pocos días atrás y que tienes ganas que nos conozcamos. Te voy a ir a ver en algún momento dado. Te mando un abrazo muy grande, espero que estés escuchando mejor con esos audífonos y todo lo que podamos ayudarte lo vamos a hacer con el mayor de los gustos”. 

En septiembre, el empresario le planteó a sus cercanos el plan: crear una fundación para dar estructura a estas ayudas. “Necesitamos un equipo para activarnos”, les dijo. Él mismo le puso el nombre: “Te Apoyamos”, propuso.

Patentaron la marca (sus siglas son FTA) y contrató a 10 expertas en trabajo social, la mayoría de ellas con experiencia en municipalidades. Desde entonces arriendan oficina en el mismo edificio de Enrique Foster donde también está Quiñenco, y donde almorzaron con Luksic antes de Navidad y antes de que el empresario se instalara en el Elqui junto a su familia a pasar las fiestas de fin de año. 

“Andrónico imprime una fuerza y mística muy especial en los equipos. En el caso de FTA, nos empodera permanentemente a cada una en su rol, y nos hace sentir la responsabilidad que tenemos de llegar con ayuda eficiente y oportuna. Tomamos como un acto de confianza el que las personas nos expongan sus casos, y nos abran las puertas de sus casas, y esa conexión creemos que le hace muy bien a Chile”, dice Cristina Birrell, quien trabaja con Luksic hace 7 años y quien asumió como directora ejecutiva.

En cuatro meses, concretaron 600 casos de ayudas. Según adelantan, FTA proyecta una inversión superior a los $ 2.500 millones anuales de parte de Andrónico Luksic Craig.

Entre las peticiones que llegan, hay de todo. Desde personas que solicitan apoyos concretos para emprender, casos de infraestructura, deportistas, y aquellos que buscan algo esencial para vivir, como por ejemplo una silla de ruedas o el audífono de Alfonso.

“Estamos enfocados en apoyar a personas en situación de vulnerabilidad. Evaluamos cada una de las solicitudes buscando dar una mano eficiente y oportuna, que ayude a las personas a salir adelante y mejorar su calidad de vida”, explica Birrell. Por ejemplo, vecinos de Viña que lo perdieron todo tras el reciente incendio. Ahí están concretando cerca de 50 colaboraciones, entre ellas a familias que requerían cocinas, refrigeradores, ropa, camas, entre otros artículos de primera necesidad.

“@aluksicc buen día. Estoy buscando ayuda para una pequeña escuela de fútbol de PAC (Pedro Aguirre Cerda). Necesitamos indumentaria, balones, etc para sacar a los niños de la calle. Todo sirve, nada sobra, muchas gracias”, escribió Rodrigo Lagos el 28 de junio al empresario, quien le respondió: “Buenos días Rodrigo, lo van a contactar desde @Equipo_ALC para evaluarlo. Saludos y que tenga buena semana. A.” A los 35 niños entregaron equipos completos.

¿Cómo funciona el equipo? Por un lado, el empresario les deriva los mensajes que recibe. Por otro, este equipo rastrea todas las solicitudes que llegan a la cuenta de Luksic y de @Apoyo_ALC. Primero, deben esperar que la persona los siga en la red social para luego pedirle sus datos y así iniciar el contacto. De las miles de solicitudes que reciben al año, aprueban cerca del 35%.

“Hay criterios que seguimos: les pedimos el Registro Social de Hogares (instrumento de caracterización socioeconómica) y nos aseguramos que su ayuda no sea un beneficio del Estado. Intentamos orientar o derivar aquellos casos que no están dentro de nuestros focos”, indican en la fundación.

El empresario, por su parte, exige al equipo que la ayuda no demore más de un mes en gestionarse. Por ejemplo, para una persona que requería una silla de ruedas en Putre, hubo que buscar al proveedor más cercano. Luksic pide además mantener contacto, y, en varios casos, es él mismo quien concreta visitas y hace los llamados. Lo que no hacen, añade Birrell, es entregar dinero ni tampoco pagar deudas.

Antes de la creación de la fundación, eran principalmente dos colaboradoras de Luksic las que estaban a cargo de los llamados, y podían pasar el día completo haciendo contactos y los posteriores seguimientos. Con Te Apoyamos, hay 10 expertas en esta materia: cinco están a cargo de la gestión social (contactos y definir las ayudas), y cinco a cargo de compras y logística. Andrea Osses -quien antes trabajó en Fundación Luksic, gestionando casos de ayuda social- es la coordinadora general de FTA.

Entre los casos, hay varios relacionados a salud, deporte y educación. Por ejemplo: la Selección de Football Americano Chile; la escuela Bernardo O’Higgins -se les remodelaron los baños-; computadores y resmas de papel para el liceo Javiera Carrera -en su contacto al empresario le explicaron que no tenían papel para imprimir pruebas-; uniformes a la escuela especial España de Coyhaique; lavadora y secadora para talleres de lavandería a jóvenes con síndrome de Down; financiamiento para el viaje a Estados Unidos de la selección de waterpolo femenina.

También, varias donaciones corresponden a afectados por la crisis de la Araucanía, donde han concretado más de 200 apoyos. Y, hay fechas cuando el empresario contribuye con cajas de alimentos, por ejemplo, para Navidad. 

Para hacer seguimiento a los casos, implementaron Hubspot, un software para gestionar la cadena logística completa desde que ingresa la solicitud, se evalúa, y se gestiona. Este es un modelo que han adoptado a partir de la experiencia de Fundación Luksic, de donde miran sus prácticas y trabajo como referencia. “Trabajamos mano a mano con el equipo de Fundación Luksic, quienes han profesionalizado todos sus procesos y se han especializado mucho en emprendimiento. Al final del día ambos equipos intentamos dar una respuesta a todas las personas que se ponen en contacto, y la diferencia está en nuestros focos de trabajo”, señala Cristina Birrell. 

También hay casos que no solicitan ayuda, pero que el empresario encarga a su equipo ofrecer directamente. El último, y el más grande desde que se creó la FTA, es el Hospital Calvo Mackenna, con quien la familia tiene relación histórica: Guillermo Luksic fue un importante colaborador y, de hecho, hay un edificio que se llama Ena Craig de Luksic (la madre de Guillermo y Andrónico). El equipo de FTA se acercó al director del hospital a preguntar qué necesitaban. Se invirtieron $320 millones para reacondicionar la sala de espera de niños, se instalaron paneles solares y se construyó un nuevo techo.

“Esta nueva fundación representa en su esencia el mandato que nos dio Andrónico: entender dónde Chile nos necesita y responder a eso con empatía y eficiencia”, concluye Cristina Birrell.