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Bola de nieve de deudas, divisiones y un rechazo inesperado: los factores detrás de la reorganización judicial de Andacor
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Martes 30 de enero, 9:16 de la mañana, Av. Kennedy 9070, Vitacura, piso 8. En ese lugar y en ese momento, se celebró la junta extraordinaria de accionistas de Andacor S.A., la sociedad que controla los centros de esquí El Colorado y Farellones, además de los recintos deportivos en los volcanes Villarrica y Osorno.
Quienes acudieron -tanto de forma remota como presencial- sabían que iba a ser una instancia tensa. Desde hace ya varios años que este tipo de reuniones tienen un ingrediente de división, ya que los principales accionistas -los hermanos Richard y Anita Leatherbee Gazitúa- arrastran con años de conflictos familiares.
Esa jornada era especial porque -además de detallar el estado del negocio y revisar la delicada situación financiera de la firma- se iba a votar la aprobación de dos préstamos: uno de UF 80.000 (unos $ 2.900 millones) y el otro de UF 94.000 ($ 3.400 millones aproximadamente). El primero buscaba pagar capital de trabajo, mientras que el segundo tenía por objetivo refinanciar pasivos con Inversiones Cururo, el principal accionista de Andacor y sociedad ligada a Richard Leatherbee Gazitúa.
La institución que ofrecía los créditos era Asesorías e Inversiones Barolo Limitada, sociedad vinculada a Piero Solari Donaggio. El empresario, accionista de Falabella, tiene un vínculo muy cercano a El Colorado: su padre, comentan entendidos, fue uno de los fundadores de la empresa y todos los inviernos acude al recinto a esquiar junto a sus hijos. “Es muy bueno esquiando y le encanta, es como su casa”, dice un cercano.
“Por eso quería ayudar a la empresa”. Tan fanático de la montaña, que en 2023 bautizó como Farellones Capital al spin off de su family office, Megeve Investments, que tiene con sus hermanos Sandro y Carlo. Este no era el primer acercamiento financiero que tenía con Andacor. Ya a finales de 2023 había prestado UF 30.000 para financiar operaciones concretas al interior de la firma, comenta un conocedor. Pero en esta segunda oportunidad, los montos eran mayores y era crucial la aprobación del directorio. Si no, la compañía entraría en cesación de pagos.
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Solari, eso sí, no quiso entrometerse en las divisiones entre Anita y Richard Leatherbee. Por eso puso una condición: que 2/3 de los accionistas aprobaran el préstamo. Así se aseguraría que ambas partes mayoritarias estarían de acuerdo con lo ofrecido. Por eso había alta expectación al interior de la compañía sobre el resultado de la votación en la junta extraordinaria.
Ese día, y luego de una serie de acusaciones y recriminaciones cruzadas, Anita Leatherbee, a través de su representante, el abogado Patricio Ulloa, votó en contra de la propuesta. También lo hicieron sus hijos Benjamín, Christian, Denise, Nicole, Pablo y Valentina Haeussler. ¿La razón? Críticas al liderazgo que ha tenido la compañía y las decisiones que se han tomado en los últimos años.
“Critican que hubo una mala gestión en años anteriores y que se malgastaron los recursos. Tampoco estuvieron de acuerdo con los negocios que Andacor llevó a cabo en Villarrica y Osorno”, comenta un conocedor.
Más allá de las razones, las consecuencias del rechazo a los créditos rápidamente surgieron: dos días después la compañía informó a la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) que entrarían en un período de cesación de pagos. Al inicio de la semana siguiente, la empresa inició los trámites de reorganización judicial por pasivos superiores a los $ 16.000 millones.
Hoy, todos esos detalles aparecen en el acta de la junta. En 23 páginas se detallan -con lujo de detalle- la situación financiera de la compañía y se evalúan posibles alianzas con Valle Nevado para sobrellevar la crisis financiera. Y no sólo eso: incluso, se discute una posible fusión con su competencia. Esto, en todo caso, es negado tajantemente desde la propia empresa.
Uno de los primeros puntos que se discutió en la junta fueron los factores que llevaron a la crisis de Andacor. El gerente general de la empresa, Cristóbal Fuentes, nombró al fenómeno del Niño, el evento climático que causó problemas especialmente en Farellones, recinto cuyas ventas llegaron sólo a la mitad de lo esperado en 2023. El ejecutivo también se refirió al negocio inmobiliario, el cual “requiere de una aceleración en las ventas, pues su carga financiera es muy elevada”.
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Estas explicaciones fueron criticadas por Patricio Ulloa, quien afirmó -según el acta- que “siempre se habla del factor clima y eso es algo que ya saben que es un problema y que también afecta a otras industrias como, por ejemplo, la agricultura”. Además, el representante de Anita Leatherbee afirmó que “está demostrado mundialmente que el negocio no está en el esquí”, y que, bajo esa misma línea, Andacor no tenía las condiciones para invertir en Villarrica y Osorno “si es que el negocio principal no estaba firme”.
Por su parte, Christian Haeussler, hijo de Anita Leatherbee, afirmó que era una “barbaridad” tener a más de 130 personas de planta fija, y criticó que “no hay un plan de contingencia para enfrentar la crisis”.
En medio de estas intervenciones, el presidente del directorio, Michael Leatherbee, tomó la palabra y afirmó que la junta se había citado para tratar otros temas y no para discutir sobre decisiones administrativas. Ante esto, Ulloa pidió dejar en constancia que justamente esa era la intención de la administración; “la de siempre callar”, afirmó.
Sobre la situación financiera, el gerente general comentó que Andacor tenía una caja de $ 0 y que no alcanzaban a cubrir la planilla de sueldos de enero. Justamente para esto Michael Leatherbee propuso aprobar créditos con Asesorías e Inversiones Barolo Limitada. Ambos con una tasa anual de 5%, un plazo de 25 meses, siete meses de gracia y sin aval. Eso sí, se debería dejar en garantía un terreno, llamado “lote II”, de unas 700 hectáreas y que cruza El Colorado y Farellones.
Antes de la votación, el acta de la junta estipula que Christian Haeussler tomó la palabra para afirmar “que el plazo (del crédito) es muy acotado, que para qué alargar la agonía. Que el tema comenzó antes de 2019”.
Además, se preguntó para qué “siguen agrandando el hoyo si viendo los números no hay ninguna posibilidad para pagar ese crédito”. El presidente contraargumentó y expuso que se trataba de un “estanque de oxígeno, un salvavidas que permite dar una batalla más”.
A pesar de no estar en tabla, también se discutió la posibilidad de que Valle Nevado -compañía ligada al fondo norteamericano Mountain Capital Partners, luego del término de su reorganización judicial el año pasado- arrendara a largo plazo ciertas dependencias de Andacor para pagar las deudas.
Patricio Ulloa fue el primero en levantar el punto. Lo siguió Christian Haeussler, quien solicitó una actualización en las conversaciones respecto a la incorporación de un nuevo accionista en la empresa. “Es vox populi que estás en conversaciones con Valle Nevado, por lo que sería interesante que contaras en qué están esas negociaciones”, le lanzó a Michael Leatherbee.
El acta estipula que el timonel de Andacor respondió que efectivamente existen conversaciones con la competencia, pero sobre otra materia: la posibilidad de generar un modelo de revenue sharing tickers, es decir, un sistema de entradas integradas que permita repartir ganancias entre ambas compañías. Esta posibilidad se negoció en invierno pasado con los nuevos dueños de Valle Nevado.
Incluso, Christian Haeussler preguntó si han existido conversaciones sobre una posible fusión con la competencia y afirmó que es lógico que los centros de esquí se integren (Farellones, El Colorado y Valle Nevado), que haya sólo una administración y que se logren sinergias en beneficio de los esquiadores. “Por último, indicó que no ve ningún horizonte, nada que los salve de aquí a corto plazo”, reza el acta.
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Sobre este último punto, personas de Andacor niegan tajantemente que existen conversaciones con Valle Nevado destinadas a evaluar una posible fusión de los negocios.
Conocedores de la situación actual de la empresa afirman que la reorganización judicial -que es llevada por el Estudio Nelson Contador Abogados & Consultores- no impactará “en absoluto” el negocio. Incluso, los ánimos dentro de la firma son positivos. Si bien, explica un trabajador, los procesos para evitar la quiebra siempre generan incertidumbre, el funcionamiento de la plana administrativa funciona bien. “Los problemas acá son de los accionistas”, añade la misma persona.
Otro vinculado al proceso pide aclarar un punto sobre la crisis: el único RUT que se fue a reorganización judicial es el de Andacor S.A. El grupo tiene sociedades específicas dedicadas a negocios particulares, como alimentos y bebidas, tratamiento de agua, escuela de entrenamiento, y aquellas entidades encargadas de administrar los negocios en Villarrica y Osorno. Ninguna de ellas está en el proceso para evitar la quiebra.
La que sí podría traer problemas es la inmobiliaria Gran Parador, que desarrolló un proyecto que hoy es un dolor de cabeza para la administración de la compañía. Un poco de contexto: en 2019 Andacor irrumpió en el negocio inmobiliario con la construcción de dos torres residenciales. Comenzó construyéndose en estallido social y después le pegó la pandemia. Actualmente, con la crisis del sector de la construcción, tienen cerca del 50% sin vender. “Sólo con intereses se está comiendo cerca de $ 850 millones al año”, explica un conocedor. La firma tiene dos deudas: una de ellas con Banco Consorcio. “A pesar de que los números están mal, las instituciones financieras están siendo flexibles”, comenta una persona al tanto.
Si bien se proyecta una reorganizaicón fácil para Andacor -considerando la poca cantidad de acreedores involucrados y los montos de deuda- un entendido entrega un punto a considerar: será un trámite ligero siempre y cuando haya un acuerdo entre los socios de que esto sea simple. Habrá que esperar.