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Maximiliano Urenda y el salto del grupo Agunsa en EEUU: “En 2023 comenzó la tracción”

Maximiliano Urenda y el salto del grupo Agunsa en EEUU: “En 2023 comenzó la tracción”

Llegó a Miami a principios de 2020, con la misión de buscar oportunidades para hacer crecer los negocios logísticos y portuarios del clan empresarial al que pertenece. Vino la pandemia, y todo se atrasó. Pero ahora el cuarto hijo de José Manuel Urenda comenzó a cosechar, y acaba de acordar dos nuevas inversiones que asientan la presencia del grupo en las dos costas de Florida: la firma de logística Omni, y la agencia AR Savage & Son.

Por: Azucena González | Publicado: Sábado 17 de febrero de 2024 a las 21:00
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“Yo, como cuarta generación, compré mi primera acción de Gen a los 13 años, con mi mesada. De ahí siempre me he interesado en los negocios”.

La descripción la hace Maximiliano Urenda Ossa (31 años), el cuarto hijo del empresario José Manuel Urenda Salamanca, y el único de ellos que trabaja en los negocios familiares (ver recuadro).

A su vez, Gen -Grupo Empresas Navieras- es la matriz de los negocios portuarios, navieros y logísticos que por generaciones este conglomerado ha desarrollado a través de dos compañías insignes: Agunsa y la histórica CCNI, hoy redenominada CMC, tras vender su negocio de portacontenedores en 2015 a Hamburg Sud.

Max -como le dice todo el mundo- llegó a radicarse a Miami a principios de 2020, como gerente comercial y de desarrollo de negocios. Arribó con su señora, Valentina Montané, y dos hijas que tenían en ese momento: María (de 5 años) y Lourdes (de 6 meses). Pero “al mes ya había una pandemia mundial asolando todo. El mundo se derrumbaba. Mucho de mis planes se tuvieron que atrasar. El principio fue difícil, muy difícil”, relata.

Luego, y hace justo un año, en febrero de 2023, este ingeniero comercial tomó el cargo de Country Manager y CEO de Agunsa USA, y desde esa posición hoy está cosechando y con las manos llenas de proyectos. Dos compañías en las que acaban de cerrar acuerdos para invertir -la primera, una histórica agencia marítima de Tampa, y la segunda, de logística y ferroviaria-, además de cambios organizacionales que lo harán estar sobre las operaciones de México y Centroamérica, forman parte de este cóctel.

“Para mí 2020, 2021 y 2022 fueron de contactos, scouting, viajes. En 2023 comenzó la tracción”, resume Max, en una apuesta en la que el foco es estar en las dos costas de Florida, y junto a su presencia en Port Everglades (condado de Broward, en Ford Lauderdale), potenciar la Bahía de Tampa. “Ahí hay una tremenda puerta para la carga de Latinoamérica que no se ha abierto aún”, dice, de cara a Texas y el Golfo de México.

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El bisabuelo, el primero en apostar por Estados Unidos

En una historia resumida, fue la histórica CCNI la que primero debutó en Estados Unidos, hace 90 años, en 1934, al abrir un servicio a NY, “época en que mi bisabuelo Carlos Urenda era parte de los controladores (…) Esa fue una apuesta no sólo arriesgada, sino que visionaria para esa época. Pero no trajo los frutos esperados y el servicio dejo de operar en 1937”, reseña Max.

Décadas después, ya como Agunsa, volvieron e invirtieron allá. Hoy tienen presencia en dos puertos (ver recuadro) y ahora están concretando un cambio de escala en sus negocios.

Tras 11 meses de negociación secreta, el 1 de febrero llegaron a un acuerdo e invirtieron en la firma AR Savage & Son, una agencia marítima reconocida en Estados Unidos, la que, coincidentemente, también va en la cuarta generación de la familia Savage, histórica de Tampa.

“Con ellos pretendemos crecer en conjunto en Norteamérica y El Caribe”, anticipa Max.

Además, cerraron otro acuerdo para invertir en una compañía de operación logística y ferroviaria, de nombre Omni Transloading & Logistics, lo que les abre el campo de logística por tren y camión y con operaciones en distintos estados del país.

Max se reserva los detalles de participación en cada una de estas firmas, pero sí detalla que “los socios están adentro” y era lo que buscaban. Y explica el trasfondo de toda esta expansión:

“El grupo tiene operaciones aeroportuarias y de carga aérea, puertos, navieras de todo tipo, que van desde la conectividad austral en el sur de Chile y Argentina, hasta para prestarles servicios a la industria del salmón o la del petróleo y la minería. Tiene remolcadores, logística".

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Y agrega: "En Estados Unidos no es distinto. Lo que queremos lograr es agenciar el buque y su carga, asesorarlos en los principales puertos del país, entregarles a los buques servicios portuarios y de almacenamiento en zonas de respaldo -nuestros terminales marítimos hoy AMT y FIT- y dejar la carga donde el cliente quiera, ya sea en Canadá -tren o camión-, una isla del Caribe o Nueva York. Las dos compañías buscan eso, satisfacer al cliente en toda la cadena logística”.

Max expone que han invertido algo así como US$ 100 millones en los últimos 12 meses y que esperan invertir la misma cifra los próximos 12 meses también “sólo para Estados Unidos”, dice.

“Queremos invertir en más terminales, de eso no cabe duda y nuestro foco es fortalecer nuestra presencia en el sureste, pero también vemos con buenos ojos la costa oeste. Sin duda seguiremos creciendo en terminales en Estados Unidos”, sentencia.

Este crecimiento está gatillando también otro cambio no menor: a partir de este miércoles, Agunsa USA tomará otro nombre, AGS Agunsa, para que las siglas de Agunsa Global Solutions sean más reconocibles y fáciles para los angloparlantes.

Y, además, este hub en Estados Unidos pasa a liderar la región, es decir, Centroamérica y México quedan bajo su mando, decisión muy relacionada con aprovechar las oportunidades del nearshoring, transformadas esas zonas en grandes proveedoras de bienes para EEUU.

A partir de este miércoles, Agunsa USA tomará otro nombre, AGS Agunsa, para que las siglas de Agunsa Global Solutions sean más reconocibles y fáciles para los angloparlantes.

“Para eso se harán inversiones al igual como lo hemos hecho en Estados Unidos”, anticipa, detallando -por ejemplo- inversiones en zonas de respaldo portuarias y centros de distribución en Guatemala y lo mismo en México.

“Vienen nuevas inversiones en terminales y centros logísticos en Estados Unidos”, agrega Max. Gen, en total, tiene un plan de inversiones por US$ 600 millones en tres años.

- ¿Qué ha sido lo más desafiante?
- Estados Unidos es un mundo por sí solo. Los chilenos siempre hemos creído que somos, y de verdad lo somos en muchos aspectos “la raja”, (pero) a ellos no les importa. Aquí todo es XXXL. La mayoría de las veces no valen los sentimientos del otro a la hora de decir las cosas. Acá lo que vale es confianza, un buen servicio y ser competitivo, además ir asociándote con socios proveedores correctos. La confianza es básica, no salir con conejos del sombrero, ni pillerías de último minuto.

- ¿Cuál es su meta?
- Mi meta más concreta, es que Gen, AGS (Agunsa) y las demás filiales que vayamos formando aquí, sean reconocidas como uno de los grandes operadores portuarios y logísticos del país. No será fácil, eso lo tengo claro (…) Decir que me proyecto en un cargo seria “yetarme”, me proyecto hasta donde el directorio considere que yo hago un buen trabajo. La gran gracia eso sí es que todos quienes descendemos de la rama Urenda Salamanca podemos decir con propiedad que cada domingo en el campo en Olmué fue de escuchar a mi abuelo Beltrán Urenda Zegers y el resto de la plana mayor hablar de fletes a Asia, y otros extremos del mundo, disputas con competidores, puertos y por supuesto Valparaíso. Eso sin duda hace que a uno le apasione y disfrute lo que hace.

- ¿Auguran más llegada de inversión chilena?
- Las navieras como CCNI y CSAV fueron las primeras. Posteriormente vino LAN, el grupo Von Appen, inmobiliarios como Raimundo Onetto, BCI, Cencosud, múltiples fondos de inversión -como 12ten, de Luis Felipe San Martín-, Alto, y otros. En Estados Unidos todo te sorprende. Las cifras la mayoría de las veces son con bastantes más ceros que lo que a uno le gustaría, pero también me he sorprendido con encontrar buenas oportunidades.

El clan Urenda Ossa: muy diversificados en profesiones

Maximiliano Urenda con su padre, José Manuel Urenda Salamanca.

De los hijos de José Manuel Urenda, Max es el único de los hermanos que trabaja en estos negocios. “En mi familia particular, los Urenda Ossa somos 5, cuatro hombres –‘apoquindanos’ todos-, y la más chica, mujer”, describe.

José Manuel, el mayor, es abogado con LLM en Washington University en Propiedad Intelectual, y tiene su propio estudio boutique de marcas y patentes. “Obviamente siempre nos registra una que otra marca no sólo al grupo, sino además a los emprendimientos familiares”, revela.

Lucas, el segundo, es publicista y fotógrafo, y tiene una agencia y varios negocios relacionados al e-commerce y la logística de última milla. “Tiene dos libros de fotografía documental publicados que son realmente excelentes”, dice Max.

Benjamín, el tercero, es ingeniero agrónomo y está a cargo de los negocios agrícolas de la familia. “Le ha tocado duro, sequía, olas de calor, el Niño, la Niña, en fin, un negocio que saca canas, además de tener su propia startup relacionada a su sector”. Y tras Max, María Elena, diseñadora, con un emprendimiento de zapatos, CAIS. “Estoy muy orgulloso, porque he visto no sólo el talento que tiene, sino el profesionalismo y el empuje que le ha puesto. Llegará lejos con su marca”, dice su hermano.

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Asimismo, en la familia más extendida, también hay mucha diversidad. Dos primos, Diego Barría Urenda y Beltrán Urenda Arias, trabajan en el Estudio de Abogados Urenda y Cía., “que fundó nuestro bisabuelo Carlos Urenda Trigo hace más de 100 años”, apunta.


De la oficina de CCNI en el world trade center torre 1, a la llegada de Max Urenda para relanzar el negocio
Tras aquel primer intento en los años 30, sólo en 1973 CCNI volvió a tener servicios a Estados Unidos, primero a la costa oeste, y en 1975 a la costa este. Y en 1980 abrió oficina en NY, en el World Trade Center, en la Torre 1.

Agunsa -que había sido fundada en 1960 en Valparaíso- aterrizó el 2000 en Estados Unidos, abriendo oficina en Miami, donde comenzó como agente de CCNI y otras compañías navieras. Eso hasta que en 2004 la firma marcó un hito, con una primera inversión portuaria.

En sociedad con SAAM -en esa época parte del grupo Claro y hoy parte de Hapag Lloyd- concesionaron uno de los terminales de Port Everglades y fundaron Florida International Terminal (FIT), el más grande en la zona en la actualidad. Ubicado en el condado de Broward, en este lease, Agunsa tiene el 30% y sus socios, el 70%.

Agunsa siguió con sus negocios logísticos y de agenciamiento en Estados Unidos muy de la mano de CCNI, su empresa hermana, pero con la venta del negocio de container a Hamburg Sud, el negocio se redujo drásticamente y Agunsa quedó disminuida en Estados Unidos.

Max -que trabajaba en Santiago con Andrés Marambio, el gerente de Control de Gestión de Gen- fue notificado de que su padre, junto con el directorio de Agunsa y su CEO Fernando Rodríguez, habían planeado que se fuera a Estados Unidos. Esto fue en 2019, tan sólo unas semanas antes del estallido social.

A su llegada, a inicios de 2020, la compañía tenía una única oficina en Doral, y en materia de inversión portuaria, estaba FIT y hacía algo de actividad como agente de carga, en su mayoría para apoyar la operación en Latinoamérica.

“Comencé en el área de desarrollo de negocios, y fui haciendo lo que se me pidió, buscar oportunidades y hacer crecer el negocio. El grupo había perdido buenos años del booming (auge) en la primera economía del mundo y ya no había más tiempo que perder”, relata Max.

Comenzó así su exploración, fue contactando gente, y empezó a armar una estrategia. Lo primero, que Agunsa y Gen debían tener una oficina comercial que estuviera disponible no sólo para Estados Unidos, sino para el grupo.

“Que nos permitiera mostrarnos como la potencia que somos. Debíamos mostrarnos como el grupo que estaba en 20 países y en tres continentes. Así, compramos nuestra oficina en Brickell”, relata.

En la exploración de negocios, fue rodeándose de gente clave. Por ejemplo, Nicolás Bas, director ejecutivo de BTG Pactual en Estados Unidos, le presentó a Arturo Errázuriz, un ex CMA-CGM en Miami, hoy CEO de CMC. También conoció a autoridades portuarias y -algo fundamental- banqueros de M&A, pues rápidamente constató que “no había tiempo para el crecimiento orgánico. Apostamos por el inorgánico”, describe.

Y junto a ejecutivos de Agunsa en Chile -Andrés Schultz y Camilo Fernández- vieron una oportunidad y la concretaron: la compra del 75% de Carver Maritime Manatee, hoy Agunsa Manatee Terminal (AMT), un terminal ubicado en la bahía de Tampa, que la firma opera con sus socios de Carver Companies. Allí están invirtiendo en la primera de tres fases de expansión del terminal, unos US$ 10 millones, precisa, lo que incluye más patios de acopio y dos bodegas para cargas bulk (fraccionadas).

Pero el mandato era claro. “Debíamos ser grandes en Estados Unidos”, describe Max, orientados a una estrategia: reforzar agenciamiento y logística, y ser más proactivos en sus inversiones portuarias. Y por cierto, reposicionar la marca en Estados Unidos, porque Agunsa no la conocía mucha gente, “se acordaban más de CCNI”, dice.


Gen y sus inversiones
Gen es la sociedad controladora de Grupo Agunsa, Grupo CPT, Naviera CMC (ex CCNI), Portuaria Cabo Froward y otras varias compañías, presentes en más de 20 países con líneas de negocios que van desde agenciamiento marítimo y aéreo, hasta la operación portuaria y aeroportuaria, la logística, remolcadores, ferries, entre varios.

Su plan por US$ 600 milones busca consolidar su posición en países como Chile, Perú y Ecuador, además de crecer en países como Estados Unidos, España, Colombia, Mexico y Centroamérica, con proyectos enfocados en puertos, centros logísticos para grandes clientes mineros, nuevas rutas navieras y otros. El grupo ha tenido cambios organizacionales.

Por ejemplo, como CEO de Gen aterrizó Felipe Arriagada proveniente de Costa Verde Aeronáutica. Otros ejecutivos son Fernando Rodríguez, CEO de Agunsa; Arturo Errázuriz como CEO en CMC; Camilo Fernández, como CEO de Portuaria Cabo Froward; y en la coligada CPT Remolcadores aterriza en marzo Miguel de Orbegoso.

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Con la temporada recién terminada, Colo-Colo -el equipo campeón- recibirá cerca de US$ 11 millones en premios, mientras que la U, a tres años de cambiar su propiedad, mantiene un estricto plan de eficiencia para mejorar sus números internos. Eso sí, ahora Azul Azul deberá enfrentar la suspensión de aportes que hizo la CMF a Sartor -firma que gestiona el vehículo de inversión que controla el club- por “deficiencias relevantes detectadas en su gestión”. Cruzados, en tanto, levantará fondos por tercera vez para concretar su esperado “Proyecto Estadio”. Este es el zoom a la billetera de los tres grandes del fútbol nacional en una semana llena de acontecimientos extrafutbolísticos.

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