Por dentro
El recambio generacional en Sigdo Koppers
-
Cuéntale a tus contactos
-
Recomiéndalo en tu red profesional
-
Cuéntale a todos
-
Cuéntale a tus amigos
-
envíalo por email
Les decían los 12 apóstoles. Porque en sus etapas iniciales como grupo Sigdo Koppers (SK) fueron 12 socios los que se animaron a comprar a la Corfo, en los ‘70, una compañía que era en esa época una firma de ingeniería y construcción.
La empresa había surgido originalmente como Sigma, de la mano de Sergio Ossa, Domingo Santa María y Andrés Donoso, que luego se habían unido a la norteamericana Koppers, a fines de los años ‘50. Pero luego en el convulsionado Chile de 1972 había pasado a manos de la Corfo, y dos años después, aquellos “12 apóstoles” -Juan Eduardo Errázuriz Ossa, Norman Hansen, Mario Santander, Naoshi Matsumoto, Eduardo Frei, Ramón Aboitiz, Gonzalo Rojas, Jorge Elgueta, Héctor Campos, Julio Diestre, Gustavo y Horacio Pavez- unieron fuerzas y la compraron.
La empresa había surgido originalmente como Sigma, de la mano de Sergio Ossa, Domingo Santa María y Andrés Donoso, que luego se habían unido a la norteamericana Koppers, a fines de los años ‘50. Pero luego en el convulsionado Chile de 1972 había pasado a manos de la Corfo, y dos años después, aquellos “12 apóstoles” -Juan Eduardo Errázuriz Ossa, Norman Hansen, Mario Santander, Naoshi Matsumoto, Eduardo Frei, Ramón Aboitiz, Gonzalo Rojas, Jorge Elgueta, Héctor Campos, Julio Diestre, Gustavo y Horacio Pavez- unieron fuerzas y la compraron.
Con el tiempo, algunos se salieron de la propiedad, mientras el grupo creció y se diversificó, y hoy SK es un conglomerado industrial, que con ventas por unos US$ 4 mil millones y utilidades por US$ 116 millones en 2023, y una capitalización bursátil de unos US$ 1.300 millones, tiene presencia global en todos los continentes, en 17 países con plantas de producción y servicio. El grupo lo integran firmas como Enaex, Fepasa o Magotteaux, entre muchas.
De la conformación actual del grupo, solo tres socios se mantenían hasta esta semana directamente en el directorio, situación que varió como parte de un natural recambio por el ciclo de vida, explican diversas fuentes.
Te puede interesar: Los primeros 12 meses de Vivo sin Saieh: Mejora en resultados, fin de alianzas en hoteles y terrenos para la venta.
Naoshi Matsumoto Takahashi (88 años) y Horacio Pavez García (86 años) dieron paso a la siguiente generación en la mesa, asumiendo sus respectivos hijos, Naoshi Matsumoto Courdurier (51 años) y Gonzalo Pavez Aro (55 años). Ambos ya habían ingresado al directorio del Grupo Security (ver recuadro) y -coincidentemente-, también ambos provienen de la misma casa de estudios (Universidad Gabriela Mistral), si bien son de promociones distintas.
Con este recambio, ahora solo Juan Eduardo Errázuriz Ossa (80 años), el de menor edad de ese trío, continuó en el directorio y en su rol de presidente.
Estados Unidos, Australia y un criadero de poni galés: el diversificado mundo de “Nao”
Ingeniero comercial de la U. Gabriela Mistral, y con un doble MBA, en la UAI en Estados Unidos y en Deusto Business School, en España, Naoshi Matsumoto Courdurier tiene a su haber una relación de larga data con las empresas del grupo, tanto a nivel ejecutivo como directivo.
En 1997 ingresó al área automotriz, se desempeñó en diversas marcas, hasta 2007 cuando se retira de funciones ejecutivas siendo vicepresidente de Desarrollo Corporativo de SK Bergé. Y luego dio paso a una carrera como empresario y director de empresas. Fue director de Somela y también fue director de Enaex. Y hoy es director de SKC, SK Rental, y SK Godelius, esta última una firma dedicada a investigación y desarrollo robótico para la minería y construcción. Y en Grupo Security, fue director de la filial Inversiones Security y hoy es miembro de la mesa de Travel Security y de la matriz, Grupo Security, a la que había llegado el año pasado.
En 1997 ingresó al área automotriz, se desempeñó en diversas marcas, hasta 2007 cuando se retira de funciones ejecutivas siendo vicepresidente de Desarrollo Corporativo de SK Bergé. Y luego dio paso a una carrera como empresario y director de empresas. Fue director de Somela y también fue director de Enaex. Y hoy es director de SKC, SK Rental, y SK Godelius, esta última una firma dedicada a investigación y desarrollo robótico para la minería y construcción. Y en Grupo Security, fue director de la filial Inversiones Security y hoy es miembro de la mesa de Travel Security y de la matriz, Grupo Security, a la que había llegado el año pasado.
Ahora bien, al margen de estos directorios, “Nao” -como le dicen sus cercanos-, ha desplegado una muy prolífica actividad como emprendedorna través de su propio family office, Katana Holding, al margen de los grupos industrial y bancario de los que forma parte por raigambre familiar.
En Estados Unidos, hace 10 años que abrió Bazar Kay, una compañía con sedes en Miami y Colombia, que se dedica al desarrollo de regalos corporativos, con clientes como Latam, Spotify y la colombiana Juan Valdez, a la que incluso proveen los artículos que esta vende (no solo los regalos). En Estados Unidos también creó una inmobiliaria, Sunland Group, que se dedica al desarrollo de proyectos habitacionales en toda la cadena, desde comprar terrenos, diseño, construcción y venta. Y en Miami también desarrolló un restaurant, de nombre Kaori.
En Australia, con socios, desplegó NCG -New Clean Generation-, una compañía inserta en el rubro limpieza industrial sustentable, que con planta ubicada en la ciudad de Newcastle se dedica a producir líquidos desinfectantes y desengrasantes, de origen vegetal, que mitigan olores, teniendo como clientes a firmas pesqueras, avícolas, entre muchas.
Allí Matsumoto tiene el 50% (con dos excompañeros) y el otro 50% está en manos de otros dos socios, Shane Ormsby y Michael Smith. Esta iniciativa ya la expandieron a Chile -en participaciones cercanas al 90% - 10%-, e instalaron una planta productiva en Renca. Y como una suerte de extensión de este negocio, Matsumoto en solitario desarrolló Myzoo, una línea retail pet de shampoo y líquidos para matar olores ambientes de las mascotas, que está debutando y cerrando contratos con SuperZoo, Salcobrand, y algunas clínicas veterinarias.
Allí Matsumoto tiene el 50% (con dos excompañeros) y el otro 50% está en manos de otros dos socios, Shane Ormsby y Michael Smith. Esta iniciativa ya la expandieron a Chile -en participaciones cercanas al 90% - 10%-, e instalaron una planta productiva en Renca. Y como una suerte de extensión de este negocio, Matsumoto en solitario desarrolló Myzoo, una línea retail pet de shampoo y líquidos para matar olores ambientes de las mascotas, que está debutando y cerrando contratos con SuperZoo, Salcobrand, y algunas clínicas veterinarias.
Sentados: Verónica Morales, Juan Eduardo Errázuriz, Victoria Vásquez. Atrás (de izquierda a derecha): Gonzalo Pavez, Silvio Rostagno, Marcos Büchi, Luis Felipe Cerón, Naoshi Matsumoto Courdurier y Patricio Leighton.
A nivel de actividades sin fines de lucro, Matsumoto Courdurier -quien también es Mentor USEC- gestó la Fundación Ganbaru, para fomentar la práctica deportiva en niños y que fue una suerte de evolución de los gimnasios para niños B Active, que había creado hace una década, pero que -pandemia mediante-, fueron incorporados al trabajo de la fundación, que ya cuenta con escuelas de atletismo en Paine, Carrascal, Pudahuel y Colina, con un total de 200 niños que reciben entrenamiento.
Fanático de los caballos, Naoshi Matsumoto Courdurier hace un año dio vida a un criadero de la raza poni galés (welsh pony), en los que se aplica la “doma natural”, que se basa en la comunicación con el caballo, sin fuerza, ni golpes, y sin montarlos.
Fanático de los caballos, Naoshi Matsumoto Courdurier hace un año dio vida a un criadero de la raza poni galés (welsh pony), en los que se aplica la “doma natural”, que se basa en la comunicación con el caballo, sin fuerza, ni golpes, y sin montarlos.
En Chile, en este caso con su familia, son dueños -y él preside- la tienda de computación y tecnología PC Factory, que cuenta con 34 tiendas a nivel nacional, y a fines del año pasado se internacionalizó a Perú, donde ya maneja 4 tiendas en Lima.
Inmobiliario, frutícola y generación eléctrica: los negocios familiares de los Pavez
También ingeniero comercial de la U. Gabriela Mistral, Gonzalo Pavez Aro (55 años) es el menor de los tres hermanos hijos de Gonzalo Pavez García, tras Horacio y Carolina, y ha dedicado su vida profesional al mundo financiero. A nivel ejecutivo, en el Grupo Security se desempeñó en el Banco Security como analista de riesgo, en 1999, y en los años siguientes se fogueó en otras compañías que no eran parte del grupo, como Bank Boston / Banco of America y Corpbanca.
En compañías del grupo, fue director de SKC Maquinarias S.A. -la compañía que representante marcas como Volvo y Toyota-, y de SKC Maquinarias S.A.C. Perú, mientras en Grupo Security es director del Factoring Security desde 2014, de Vida Security desde 2017, y de la matriz Grupo Security.
Como parte de los negocios con su padre, participa además en los rubros inmobiliario, agrícola y eléctrico. Gonzalo Pavez preside la firma Devisa, una sociedad de gestión inmobiliaria que tiene diversos proyectos en desarrollo, como en La Dehesa. Asimismo, es director ejecutivo de la sociedad agrícola Mariagri, que radicada en Curicó se dedica al cultivo de frutales y uva. Y es director de la generadora eléctrica Energía Latina, Enlasa.
Los nexos con Grupo Security
Si bien son grupos completamente distintos, algunos nombres de socios del grupo Sigdo Koppers se repiten en el Grupo Security, como es el caso de ambas ramas de Horacio Pavez y de Naoshi Matsumoto. Y la razón está en la historia del Security.
El origen de este banco arrancó en 1986 cuando el banco californiano Security Pacific se estableció en Chile, en un contexto en que recién ocurrida la crisis de 1982, era un banco acreedor de varias empresas, y se acogió a las normas del Capítulo 19 del Banco Central (BC), que permitía transformar y convertir acreencias a pesos, y así invertir en activos chilenos. Se establecieron entonces como Oficina de Representación, a la que llegaron como ejecutivos Francisco Silva y Renato Peñafiel.
El objetivo de esa oficina fue identificar oportunidades de inversión y encontraron al Banco Urquijo de España, que estaba instalado en Chile y que quería vender, compraventa que se materializó en octubre de 1987 y el banco cambió de nombre a Banco Security Pacific.
Pero luego, en 1991, las oficinas centrales de California quisieron vender el control, el 60%, por lo que los ejecutivos chilenos a cargo del banco plantearon la opción de que ellos organizaran a un grupo chileno que se interesara por aquel porcentaje. Y fue esa operación la que llegó a puerto con varios inversionistas, algunos de los cuales venían del grupo SK de ese entonces. El nexo fue Francisco Silva, quien había trabajado durante cuatro años en SK y había generado cercanía con estos empresarios. Después vendrá una segunda venta, del 40% del banco, adoptando en 1991 el nombre Security.
Si bien son grupos completamente distintos, algunos nombres de socios del grupo Sigdo Koppers se repiten en el Grupo Security, como es el caso de ambas ramas de Horacio Pavez y de Naoshi Matsumoto. Y la razón está en la historia del Security.
El origen de este banco arrancó en 1986 cuando el banco californiano Security Pacific se estableció en Chile, en un contexto en que recién ocurrida la crisis de 1982, era un banco acreedor de varias empresas, y se acogió a las normas del Capítulo 19 del Banco Central (BC), que permitía transformar y convertir acreencias a pesos, y así invertir en activos chilenos. Se establecieron entonces como Oficina de Representación, a la que llegaron como ejecutivos Francisco Silva y Renato Peñafiel.
El objetivo de esa oficina fue identificar oportunidades de inversión y encontraron al Banco Urquijo de España, que estaba instalado en Chile y que quería vender, compraventa que se materializó en octubre de 1987 y el banco cambió de nombre a Banco Security Pacific.
Pero luego, en 1991, las oficinas centrales de California quisieron vender el control, el 60%, por lo que los ejecutivos chilenos a cargo del banco plantearon la opción de que ellos organizaran a un grupo chileno que se interesara por aquel porcentaje. Y fue esa operación la que llegó a puerto con varios inversionistas, algunos de los cuales venían del grupo SK de ese entonces. El nexo fue Francisco Silva, quien había trabajado durante cuatro años en SK y había generado cercanía con estos empresarios. Después vendrá una segunda venta, del 40% del banco, adoptando en 1991 el nombre Security.
Las inversiones de impacto de Horacio Pavez Aro
De la rama de Horacio Pavez García, el mayor de los hermanos, Horacio Pavez Aro (61 años) fue director de Sigdo Koppers hasta abril de 2020, pues luego se enfocó en el desarrollo de iniciativas y proyectos de manera independiente, algunos de los cuales venía desarrollando desde hace años. El año pasado se agregó otro eslabón a este recambio, pues este empresario vendió a su familia su participación en SK. No así en Grupo Security, donde a través de sociedades, sigue participando como socio, al igual que sus dos hermanos, cada uno con el 3,8% aproximadamente.
Así, a nivel de negocios propios, Horacio Pavez Aro comanda un grupo de compañías que vende una cifra cercana a los US$ 200 millones y emplean a unas 2 mil personas, básicamente en inversión de impacto, en el mundo de la educación y financiero.
A través de su family office Napali -que tiene con su señora y sus cuatro hijos, los Pavez Busch-, gestiona un conjunto de iniciativas, algunas de más larga data que otras. De los primeros negocios están Mosaico, que fue fundada en 1990, y que con una planta de grifería en China -en Ningbo-, posee también una operación logística, trabajando líneas complementarias, como sanitarios, muebles de baño y recubrimientos, que se distribuye y vende en Chile, Colombia y Perú. Otra compañía es NetProvider, en el rubro de ciberseguridad y monitoreo. Pavez Aro también está en el rubro del factoring, con Financia Capital, y también desarrolló Enovus, uno de los más grandes grupos en educación a distancia en Chile, del que depende el instituto profesional Iplacex en educación técnico profesional; Enovus+, una otec de capacitación de trabajadores; y también trabaja con universidades en educación a distancia.
Al margen de los negocios, Horacio Pavez Aro ha impulsado con fuerza iniciativas con retorno social en Chile y, de hecho, es el presidente del capítulo chileno del Global Steering Group for Impact Investment (GSG Chile), una agrupación que nace para potenciar el escalamiento de las inversiones de impacto en el país, para solucionar desafíos sociales y medioambientales, con retorno financiero.
De la rama de Horacio Pavez García, el mayor de los hermanos, Horacio Pavez Aro (61 años) fue director de Sigdo Koppers hasta abril de 2020, pues luego se enfocó en el desarrollo de iniciativas y proyectos de manera independiente, algunos de los cuales venía desarrollando desde hace años. El año pasado se agregó otro eslabón a este recambio, pues este empresario vendió a su familia su participación en SK. No así en Grupo Security, donde a través de sociedades, sigue participando como socio, al igual que sus dos hermanos, cada uno con el 3,8% aproximadamente.
Así, a nivel de negocios propios, Horacio Pavez Aro comanda un grupo de compañías que vende una cifra cercana a los US$ 200 millones y emplean a unas 2 mil personas, básicamente en inversión de impacto, en el mundo de la educación y financiero.
A través de su family office Napali -que tiene con su señora y sus cuatro hijos, los Pavez Busch-, gestiona un conjunto de iniciativas, algunas de más larga data que otras. De los primeros negocios están Mosaico, que fue fundada en 1990, y que con una planta de grifería en China -en Ningbo-, posee también una operación logística, trabajando líneas complementarias, como sanitarios, muebles de baño y recubrimientos, que se distribuye y vende en Chile, Colombia y Perú. Otra compañía es NetProvider, en el rubro de ciberseguridad y monitoreo. Pavez Aro también está en el rubro del factoring, con Financia Capital, y también desarrolló Enovus, uno de los más grandes grupos en educación a distancia en Chile, del que depende el instituto profesional Iplacex en educación técnico profesional; Enovus+, una otec de capacitación de trabajadores; y también trabaja con universidades en educación a distancia.
Al margen de los negocios, Horacio Pavez Aro ha impulsado con fuerza iniciativas con retorno social en Chile y, de hecho, es el presidente del capítulo chileno del Global Steering Group for Impact Investment (GSG Chile), una agrupación que nace para potenciar el escalamiento de las inversiones de impacto en el país, para solucionar desafíos sociales y medioambientales, con retorno financiero.