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Guilisasti, Matte y Calderón se suman a tendencia de donaciones familiares
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Guilisasti. Matte. Calderón. Ruiz-Tagle. Son solo algunos de los nombres de empresarios que en estos últimos meses han concretado movimientos de patrimonio a sus hijos y familiares. ¿Qué hay detrás de esta tendencia?
Como una “avalancha”, describe un conocido abogado tributario, el interés de las familias de alto patrimonio por ingresar solicitudes voluntarias para traspasar diversos tipos de activos a sus hijos.
Así, desde mediados del año pasado, se han informado una serie de donaciones por parte de empresarios. Por ejemplo, en junio, Carlo Solari -presidente de Falabella- inició un proceso judicial para entregar dos propiedades a sus cuatro hijas. Este año, tres hermanos Paulmann (Manfred, Heike y Peter) pidieron autorización para donar parte de su patrimonio a su respectiva descendencia. Luis Enrique Yarur (presidente de Bci) transfirió 1.038.951 acciones del banco y $ 7.470 millones a sus nueve hijos. Y en marzo, Roberto Angelini y sus hijos solicitaron la autorización para entregar $ 4.186 millones a la fundación familiar.
El boom de las donaciones ocurre en medio de la recién presentada reforma tributaria, que propone aplicar un impuesto a la riqueza, al cual quedarían sujetos individuos con domicilio en Chile, por un patrimonio superior a los US$ 5 millones. Serían unas 6.300 personas que se encontrarían gravadas con este tributo, y según la propuesta diseñada por el ministro de Hacienda, Mario Marcel, deberán presentar una declaración anual de la composición de su patrimonio.
Eso sí, muchos empresarios afirman en privado que sus donaciones voluntarias no tienen nada que ver con la contingencia y que cualquier vínculo con la reforma tributaria es una mera coincidencia. Lo que no se puede negar, sin embargo, es la inevitable tendencia al alza de este mecanismo.
DF MAS tuvo acceso a decenas de solicitudes de traspasos por parte de empresarios, altos ejecutivos y políticos. Si bien muchos solicitan entregar dinero en efectivo, otros prefieren donar paquetes accionarios o incluso propiedades. Estos son y así es cómo lo hicieron.
La mayor parte de los empresarios deciden traspasar dinero en efectivo a sus diferentes hijos. Por ejemplo, Rafael Guilisasti, director de Concha y Toro, ingresó en marzo una solicitud para donar a sus dos hijas UF 10.000, unos $ 330 millones. Sin embargo, un conocido ejecutivo matiza que este movimiento no es un reordenamiento patrimonial, sino que se trata de algo meramente inmobiliario.
El empresario y coleccionista Claudio Engel, a mediados del año pasado, solicitó traspasar $ 176 millones a cada uno de sus cuatro hijos, totalizando un traspaso de $ 705 millones.
Por su parte, el 30 de junio Diego Vicuña, director y accionista de Coca-Cola Embonor, inició un trámite para donar $ 2.844.065.721 a su hijo. Para esto, informó que cuenta con un patrimonio superior a los $ 12.000 millones.
Lo mismo hizo Andrés Lehuedé, gerente general de AntarChile, sociedad ligada a la familia Angelini que controla Arauco, Copec y Corpesca: en mayo pasado ingresó una solicitud de donación por $ 1.200 millones a sus tres hijos. Para esto, el ejecutivo informó que este trámite no causaría un menoscabo a su situación patrimonial, porque el monto líquido a su haber superaba los $ 6.100 millones.
Otro de los ejecutivos que realizó este trámite fue Óscar Hasbún, gerente general de la Compañía Sudamericana de Vapores. El 23 de noviembre de 2021 presentó una insinuación de donación, en partes iguales, por $ 900 millones a sus tres hijos y manifestó tener un patrimonio de, por lo menos, $ 5.100 millones.
En mayo de 2021 Lázaro Calderón, gerente general y uno de los dueños de Ripley, inició un proceso voluntario para donar anualmente (y durante cinco años) $ 242 millones a cada uno de sus cinco hijos. Un proceso similar realizó su esposa (Nurit Pollak), quien solicitó traspasar US$ 120 mil a los mismos beneficiarios durante el mismo periodo.
Otro de los elementos más utilizados por empresarios es la donación de acciones, un mecanismo cada vez más común. Un abogado tributario dice que el valor de la entrega es calculado en base al valor libro de la compañía y que permite “preparar” a las generaciones menores para el momento de la sucesión.
Eso decidió hacer Gabriel Ruiz-Tagle, ex accionista mayoritario de Blanco y Negro y ex ministro de Deportes durante el primer mandato de Sebastián Piñera, con sus seis hijos. En septiembre de 2021 el empresario inició los trámites para traspasar a cada uno el 4,6% de Frutícola y Exportadora Atacama Limitada, una empresa dedicada a la exportación de uvas, cítricos y paltas. Cada porcentaje, de acuerdo a los documentos presentados ante la justicia, está valorado en $ 1.186.141.502 millones. Además, conforme a la regulación actual, Ruiz Tagle transparentó un patrimonio que excede los $ 90.000 millones.
Por su parte, Nicholas Davis Lecaros, expresidente de EuroAmerica y actual director de Enjoy, solicitó -el 30 de junio de 2022- realizar una donación de acciones de dos sociedades (Liucura SpA y Patagonia Limitada) a sus cinco hijos.
Algo similar hizo Armin Kunstmann, fundador de la cervecería que lleva su apellido. En mayo de este año el empresario ingresó una solicitud de donación del 6,32% de Asesorías e Inversiones Kunstmann Limitada a cada uno de sus hijos. Cada paquete estuvo valorado en $ 266 millones cada uno.
A finales de 2021 Pablo Guilisasti Gana, presidente de Greenvic, donó -junto a su señora- una serie de acciones de sociedades de inversión a sus seis hijos.
Y el 22 de junio, Jaime de la Barra, socio de Compass Group, decidió ocupar la figura de la nuda propiedad (ver recuadro) para concretar el traspaso del 41% de la sociedad Asesorías e Inversiones JDLB y Asociados Limitada (valorizadas en $ 267 millones) a sus cinco hijos.
Otro tipo de donación tiene que ver con el traspaso de propiedades. Si bien se trata de una figura menos utilizada, con el tiempo diversos empresarios y políticos la han aplicado.
Ese fue el caso de Eliodoro Matte, que en diciembre recibió la luz verde de la justicia para donar una propiedad en Zapallar (avaluada en $ 644 millones) a su hija Pilar Matte Capdevilla. En el documento presentado a la justicia, el empresario transparentó un patrimonio de, por lo menos, $ 6 mil millones.
Michel Calderón, director y accionista de Ripley, también realizó un proceso similar: en junio pasado decidió solicitar una donación de 13 propiedades a sus cuatro hijos.
Pero esta tendencia no está solo en las familias ligadas al rubro de los negocios, sino también en la política. Ese ha sido el caso de Andrés Zaldívar y José Antonio Viera-Gallo.
En el primer caso, el exsenador inició el proceso de donación de cuatro bienes raíces -a través de la figura de la nuda propiedad- a sus cuatro hijas. El total de su patrimonio, estipuló en la documentación, es de $ 2 mil millones.
Por su parte, José Antonio Viera-Gallo -en conjunto con su mujer María Teresa Chadwick- hizo lo mismo con sus tres hijas: el 30 de junio comenzaron los trámites para traspasar (también con la figura de la nuda propiedad) cinco activos inmobiliarios.
Diversos abogados tributarios coinciden en el mismo evento que generó una batahola de donaciones voluntarias: la presentación de un proyecto de ley en 2021, por parte de la entonces diputada Camila Vallejo, que proponía establecer un impuesto a los “súper ricos”.
En ese entonces, la propuesta establecía una tributación del 2,5% sobre el patrimonio neto de las personas que tuvieran un patrimonio igual o superior a los US$ 22 millones. Desde ahí, las oficinas de abogados especializados comenzaron a recibir cada vez más preguntas sobre la insinuación voluntaria de donación.
“El ambiente regulatorio, sobre todo en el mundo impositivo, ha estado apuntando a generar estructuras que suponen hacer tributar el patrimonio más que la renta. Y eso supone un efecto que, por definición, es de doble tributación”, dice Mauricio Loy, abogado que ha llevado una serie de estos trámites.
Y agrega: “Ese tipo de imposición no es sensible a si ese patrimonio ganó o perdió plata. Por el solo hecho de tener algo, tienes que pagar. Entonces, esas dos cosas siempre han llevado a que este tipo de impuestos se perciban como profundamente injustos”.
El proceso, sin embargo, sí debe tributar. El impuesto a las donaciones es progresivo y va desde 0% a 25%, dependiendo del monto del traspaso.
Ante esto, Loy afirma que se trata de un trámite sencillo y con pocos pasos: “Se debe presentar una insinuación judicial a un tribunal civil. El juez debe cerciorarse de que esa persona -a través de la donación- no está tratando de pasar por el lado de la legítima obligación que hay en la herencia. Una vez que el juez aprueba, se pide el cálculo del impuesto al SII. Una vez listo eso, se emite el giro, se paga el impuesto y la donación está hecha”.
Y a pesar de que la reforma tributaria todavía no ingresa al Congreso, otro conocido abogado de la plaza afirma que este boom todavía es incipiente y que se seguirá expandiendo. “El proyecto puede sufrir modificaciones, pero la tendencia se estableció y ya es una realidad”, sentencia.
Se trata de una fórmula muy utilizada por empresarios para traspasar parte de sus activos. De acuerdo al Código Civil, una persona puede usar, gozar (arrendar) y disponer (vender) de un bien raíz. “Entonces existe la posibilidad de que alguien se quede con solo una de esas facultades, que es venderla y que la otra se mantenga con la posibilidad de usarla y gozarla”, aclara Mauricio Loy, abogado tributarista.
“Lo que normalmente se hace en este tipo de situaciones es que los hijos se quedan con la nuda propiedad de las cosas, para que ellos queden como dueños inscritos y con la posibilidad de venderla a futuro. Pero las generaciones anteriores mantienen la facultad de usar y gozar el activo”, explica el abogado.