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Nicolás Mac Clure tras la venta de los helados San Francisco Loncomilla: “Vamos a echar de menos la empresa”
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“Vamos a echar de menos la empresa. Hay un cariño grande, son años en los que la marca ha estado siempre presente en los almuerzos familiares y en nuestra historia, por lo mismo nuestra intención es que siga brillando y que le vaya bien”, dice Nicolás Mac Clure, ex gerente de desarrollo de San Francisco de Loncomilla, quien lideró las negociaciones con Carozzi para la venta de la marca que se concretó la semana pasada por $ 37.423 millones (unos US$ 43 millones).
Para sus padres (Francisco Mac Clure y su mujer Marie-Anne Lyon, creadores de la marca), agrega, tampoco ha sido fácil desprenderse de la empresa. “Para mis papás esta venta tiene sentimientos encontrados: es el fin de una larga etapa, pero están contentos. Al final, que alguien reconozca lo que hicieron, más allá de las lucas, es un premio al esfuerzo”.
Aunque no está estipulado en el contrato de venta y todavía afinan la manera en que trabajarán juntos, los hermanos que aún participan seguirán por ahora ligados a la marca y apoyando a Carozzi en el proceso de incorporación de la marca de helados a su portafolio de productos.
“Nos gusta el consumo masivo”
Pero además, la familia, compuesta por ambos padres, más los seis hermanos -Catalina, Marie Anne, Magdalena, Francisco, Sofía y Nicolás-, planean potenciar negocios que ya tienen y a los que no se habían dedicado con profundidad.
Es el caso de los dos puntos de venta de la fábrica. Uno ubicado en la misma planta, en el Fundo San Francisco, en el kilómetro 14 camino a Constitución, en plena región del Maule, que no fue traspasada a Carozzi y donde planean crecer para transformarla en una experiencia más completa para las familias que los visitan desde hace varios años. El segundo local está ubicado en Talca y no descartan tener nuevas aperturas, siempre con la venia del nuevo dueño, Carozzi.
También volverán a recuperar los campos aledaños (170 hectáreas) que hasta ahora mantenían arrendados, para poder operarlos directamente. Aunque todavía no tienen claro qué plantarán, su interés es seguir en la agroindustria y crear nuevos productos. “Queremos tratar de inventar algo, somos todos bien inquietos y nos gustaría crear nuevas marcas. Nos gusta el consumo masivo”, dice Nicolás.