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Por dentro

Salvador Millaleo: “Si Llaitul se plantea como un mártir, es un dilema político para el gobierno”

Salvador Millaleo: “Si Llaitul se plantea como un mártir, es un dilema político para el gobierno”

El excoordinador político y estratégico en Asuntos Indígenas, alerta que la detención y formalización del líder de la CAM, Héctor Llaitul, le da más visibilidad a su causa y que, en caso de ganar el Rechazo, podría validarse la opción por la violencia vs la que propone la nueva Constitución. Sobre la salida de la ministra Jeanette Vega del gabinete, dice que los llamados a dirigentes “no son malos o escandalosos por sí mismos, lo que sorprende es la forma poco delicada en que se hizo”.

Por: Antonieta de la Fuente | Publicado: Sábado 27 de agosto de 2022 a las 21:00
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Salvador Millaleo entró el 11 de marzo al gobierno como coordinador político y estratégico en Asuntos Indígenas. En ese cargo, al que decidió renunciar el 29 de abril, dice que nunca tuvo acercamiento con el líder de la Coordinadora Arauco Malleco, Héctor Llaitul, quien fue detenido al interior de un restaurante en Cañete, en la Región del Bío Bío, el miércoles de esta semana y quedó en prisión preventiva. 

De hecho, plantea que desde antes de asumir en el gobierno, la CAM ya se había referido a él de manera lateral en un comunicado en el que hacían alusión a un académico mapuche que lideraba la causa de la plurinacionalidad desde Santiago, “traicionando al pueblo mapuche”. 

Millaleo dice que mientras él estuvo en el gobierno, “hasta donde yo sé, no hubo aproximaciones con Llaitul”. Por eso, le sorprendió el llamado de una asesora de la ministra de Desarrollo Social, Jeanette Vega, al dirigente de la CAM, que se hizo público esta semana y que terminó con la salida de la secretaria de Estado. “Es un golpe al gobierno y además un golpe que se da a una semana de un plebiscito histórico”, dice.

Sin embargo, para el abogado y doctor en Sociología, que los gobiernos tengan contactos con grupos como la CAM no es algo nuevo:

“Alfredo Moreno tuvo muchos contactos con estos grupos. Y ayer me acordé que hubo un debate cuando (Francisco) Huenchumilla era intendente de la Araucanía y tenía llamados telefónicos a distintos dirigentes. Él explicó que iba a llamar a todos los que fuera necesario, porque era su tarea. Estos llamados no son malos o escandalosos por sí mismos. Puede ser parte de la labor del gobierno para generar condiciones de paz o diálogo. Lo que sorprende es la forma poco planificada, poco delicada cómo se comunican con Llaitul. Incluso la transcripción deja entrever cierta irritación de parte de él”. 

-¿Es común que se den estas conversaciones sin que los demás miembros del gobierno estén enterados? 
-Es bastante extraño, pero este gobierno ha manifestado ciertas señales de descoordinación. El Ministerio del Interior lleva el tema de los diálogos y el de Desarrollo Social la coordinación, interministerial, por eso es extraña esta comunicación.
 

La publicidad de Llaitul

-¿Cómo deja parado este episodio a Llaitul? 
-Claramente para su sector lo deja como un preso político que está siendo objeto de la violencia del Estado y le da una causa donde ellos están luchando por su libertad. Y deja más debilitado al gobierno. 

-¿Le sorprendió la detención de Héctor Llaitul?
-Sí, sobre todo porque lo que ha venido diciendo no es nada nuevo. La pregunta es por qué no se hizo antes. Las querellas son del 2020, se podría haber hecho incluso durante el gobierno anterior. Es un poco sorpresivo que sea tan encima del Plebiscito además.

-¿Cree que fue una decisión premeditada?
-No tengo elementos para decirlo, pero obviamente que esto va a tener consecuencias. Ya está teniendo reacciones de grupos radicalizados, ya ha habido atentados en el sur, se está generando un clima medio enrarecido, se suspendieron viajes de buses y camiones. Me informan que la cosa está bien movida en la zona más roja. Hay bastante intranquilidad ahora. 

-¿Qué le ha parecido la actuación del gobierno en este tema?
-Dubitativo. Ahora, uno entiende que hay un problema político de por medio. Más allá del tema jurídico de la calificación de los hechos, está el tema político de que Llaitul ha estado procurando llamar la atención sobre sus posturas y que la persecución penal se dirija en contra de él le da más publicidad y más visibilidad, ya que está en competencia con otros sectores del mundo mapuche por reafirmar su liderazgo y validar su posición de autodeterminación vía ruptura con el Estado. Y si Llaitul ahora se plantea como un mártir, como un preso político, es un dilema para el gobierno. El tema es cómo evitar que con eso se valide políticamente y que haya una disputa política por el liderazgo del pueblo mapuche.

-¿Y esa disputa política la tiene también con esos otros grupos que se han ido formando, la WAM, la Resistencia Mapuche Lafkenche, por ejemplo?
-No en ese  nivel. La competencia con la WAM y con otros grupos es más territorial y operativa, pero la competencia simbólica, la tiene con los mapuche que participaron en el proceso constituyente, esa es la disputa que Llaitul lidia por los medios, por la visibilidad. 

-¿Entonces su detención lo empodera, a su juicio?
-Sin duda, le da las herramientas para plantear que su postura es el único camino, que el Estado es un aparato de represión y que la alternativa constituyente no es una opción viable o razonable. Con eso él va a desdibujando los otros liderazgos mapuche que van en otro sentido, los de Adolfo Millabur, Elisa Loncón o Rosa Catrileo. 

-¿Y cómo podría reaccionar ante eso el resto del mundo mapuche? ¿Se tenderían a inclinar más hacia la posición de los constituyentes mapuche o de Llaitul?
-Tenemos el antecedente, que la misma CEP ratifica de mediciones anteriores, que la mayoría del pueblo mapuche rechaza la violencia, entonces no hay una identificación con Llaitul. Pero ¿qué pasa si gana el Rechazo?, por ejemplo. ¿Qué pasa si el Estado no va a tener la capacidad de cambiar su marco normativo? Y ahí Llaitul aparece como una figura que señalaría un “se los dije, el Estado no quiere hacer nada…”. Si bien es minoritario su sector, es muy visible y gana más visibilidad todavía si fracasa la vía institucional de la nueva Constitución. 

 

Plebiscito y el baño de realidad

-¿La formalización de Héctor LLaitul a una semana del plebiscito, le juega más a favor al Apruebo o al Rechazo?
-Depende mucho de lo que pase en estos días, cuáles van a ser las consecuencias, si van a haber más atentados, qué tipo de atentados, qué gravedad tengan, en fin. Eso va a ser determinante en el clima, sobre todo en el sur, pero en todo el país acerca de cómo marcha el gobierno y sobre todo la adhesión a la Constitución. Si hay más atentados, si se genera un clima de incertidumbre, de miedo, creo que favorece al Rechazo. En cambio, si eso no pasa y hay un plan para mantener un cierto control, más bien puede favorecer al Apruebo en el sentido de mostrar una señal de autoridad y de que esto no es un caos. Eso lo vamos a ver en estos días.

-¿Cómo interpreta el alejamiento del gobierno y del presidente Gabriel Boric, que habría intentado tender ciertos puentes con grupos como la CAM y no querellarse y que en algún minuto decide cambiar de opinión? 
-No sé si es un cambio completo. Claro, el gobierno no ha ido adelante con un plan consistente en el proceso de diálogo, pero tampoco lo ha cerrado. Lo que yo sabía es que lo dejaron pendiente hasta el plebiscito. Más bien el que había cerrado las posibilidades de diálogo era Llaitul. Lo que le pasa al gobierno es más bien un baño de realidad: Llaitul y la CAM constantemente le han cerrado la puerta a todo tipo de diálogo. 

-¿Qué debiera hacer el gobierno si gana el Rechazo? 
-Si gana el Rechazo va a ser un escenario muy difícil. El gobierno puede quedar muy debilitado, porque sería un fracaso político de marca mayor. Y depende de cómo traten de navegar con esa debilidad. Porque la debilidad evidentemente no ayuda cuando quieres dialogar, la gente no quiere dialogar con actores políticos débiles. Tendrían que inventar alguna fórmula para fortalecerse y ver cómo retomar la agenda constituyente con un Congreso que no es muy favorable. Y por cierto que los grupos radicalizados van a ver el fracaso de la vía institucional y van a proclamar de nuevo que la de ellos es la vía correcta. 

-¿Cómo sería el escenario del Apruebo?
-Creo que pese a todo lo que se ha hecho antes y a todas las inconsistencias que el gobierno puede haber mostrado, habría una nueva oportunidad porque saldría fortalecido. Y podría empezar a dialogar ofreciendo todo el marco de derechos de la nueva Constitución, cómo concretarlo, todas las leyes que hay que dictar, las políticas públicas que hay que cambiar. Sería un escenario favorable, sin que sea demasiado fácil. Hay muchos grupos radicalizados que nunca van a querer entrar en el diálogo, el tema de la violencia probablemente va a seguir por un tiempo. 

“Los delitos que se le imputan a Llaitul no caerían dentro de una jurisdicción indígena”

-Una de las preguntas que han surgido por estos días es si Llaitul hubiera sido detenido en el marco de la nueva Constitución, ¿habría sido juzgado bajo la justicia indígena?
-Más allá de que la Nueva Constitución no explicita los límites y los deja al legislador, lo que dice el derecho internacional, que es un marco al que se integraría la nueva Constitución, es que los sistemas normativos tienen que ver con los asuntos propios de los pueblos indígenas. Llaitul está siendo imputado por la Ley de Seguridad Interior del Estado y la verdad es que no existe dentro de los asuntos indígenas nada que tenga que ver con la seguridad del Estado.

Por definición, los delitos que se le imputan a Llaitul no caerían dentro de una jurisdicción indígena. Y además estaría fuera, y eso depende de especificaciones, porque hay otros delitos que son robos de madera, que son contra no indígenas, y quedarían fuera por eso. Aparte que son delitos de gravedad, que se hacen con violencia, entonces no entrarían.


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