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Las claves para convertir tu idea en una startup
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Todos los emprendedores coinciden en que no es fácil, pero que se puede. Convertir una idea en un negocio rentable es completamente posible sin grandes inversiones iniciales. Basta que la idea sea buena, tengas disciplina y mucha capacidad de trabajo.
Al principio las posibilidades de obtener fondos serán casi nulas, así que si realmente quieres hacer que tu idea se concrete en una startup tendrás que usar tus propios recursos o los de tu familia y amigos o conocidos.
Guillermo Rebolledo, profesor de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile y Jaime Sáez, gerente senior de Consultoría de EY coinciden en que para partir, la idea tiene que estar clara y limitada: se le debe dar una forma, un plazo y un objetivo en el tiempo o en sus diferentes fases.
Básico para darle forma al proyecto es evaluar su “factibilidad”, es decir que tenga clientes, se pueda ejecutar en ciertos plazos y a un determinado costo, generando además un margen.
Por eso, investiga muy bien tu mercado y competencia. Pregúntate ¿cómo me diferenciaré ante los consumidores? ¿Qué me hace ser mejor opción para ellos?
Una recomendación transveral es iniciar actividades o constituirse como empresa, dado que esa formalización abre la puerta a fondos para emprender. Ello puede “distraerte”, pero hay que hacerlo.
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El prototipo
Como en todo proyecto hay que hacer un modelo de prueba en el que se puedan ejecutar a escala menor las actividades señaladas en tu idea. Y esto implica buscar un “cliente” que pueda probar el producto o servicio y mejorarlo. Se debe desarrollar a escala baja para medir si los resultados son los esperados.
Las pruebas hay que controlarlas, documentarlas y monitorearlas. Por eso, en las primeras etapas, valida que tu idea atraiga clientes y resuelve un problema. Prueba unas pocas funcionalidades cada vez y aprende de ello y apóyate en herramientas disponibles. “Hoy existen muchas plataformas que te permiten desarrollar prototipos rápidos y de muy alta calidad para probar funcionalidades, flujos o diseños. Algunas de ellas pueden ser Figma, Miró o InVision”, añade Sáez.
El lanzamiento
Como emprendedor, tendrás que enfrentar cientos de obstáculos. Proveedores y vendedores no siempre se mostrarán emocionados con una compañía nueva y a veces será difícil. Tienes que ser persistente, crear conexiones y relaciones necesariamente después de haber concluido que tu prototipo funciona en todas sus dimensiones (técnicas, operativas, satisfacción del cliente y sustentabilidad financiera).
En esta etapa de lanzamiento inicial es clave verificar y monitorear que los “supuestos” del proyecto se cumplen.
¿Qué parámetros hay que ir monitoreando?: Ventas, porque quiere decir que alguien está dispuesto a pagar por tu producto o servicio y, por lo tanto, hay valor. Vigila también el crecimiento, porque es lo que te indicará si hay consumidores para seguir creciendo y con ello la recurrencia (¿tus clientes vuelven?).
Y en en una etapa más avanzada mide tu rentabilidad, porque empieza a ser un parámetro relevante, dado que indica que hay mayores probabilidades de éxito, por lo tanto, hay negocio en el largo plazo.
Control
Si todo va bien entonces se puede avanzar en crecer. Lo más importante es mantener la calidad en la producción y distribución o entrega del producto y servicio, para que éste fluya de forma adecuada.
Financieramente evita gastos fijos muy altos y compromisos financieros de largo plazo. Hoy existen muchos programas que apoyan el emprendimiento y que son “equity free”; es decir, que no exigen propiedad, ni devolver el dinero. Estos están enfocados en las etapas tempranas donde el riesgo es alto y el foco se encuentra en validar las ideas, propuestas de valor y prototipos de solución. Gracias a estos fondos -mucho de ellos liderados por Corfo- los emprendedores pueden echar a andar sus empresas.
Hoy además existen muchas plataformas que ayudan en distintas funciones y etapas. Algunas son por suscripción y ofrecen funciones gratis adicionales. También hay herramientas de colaboración y planificación gratuitas como las soluciones de Google, Trello o Slack. Hay herramientas para medir performance de sitios con Hotjar y Google Analytics y plataformas para gestionar el ciclo de ventas y de clientes (CMR), que también soportan modalidades gratis hasta cierto volumen de clientes como Hubspot.