“Me llaman Pelao. Chileno y un poco ciudadano del mundo, contando poco a poco un cuento que lleva más de seis años. Cumpliendo sueños tratando de mantener la sonrisa día a día. Intentando escribir una historia que no debería ser contada por nadie, una realidad paralela que me alejó del mundo tangible, de mis sueños, de mis proyectos, de mi vida antes de comenzar a vivirla, de la gente, de mí mismo”.

Así se presentaba Rodrigo Rojas Vade en su blog “Cáncer, realidad sin filtro”, un sitio que actualmente se encuentra cerrado, pero al que DF MAS tuvo acceso.

Según los registros encontrados, el blog comenzó en junio de 2017, dos meses antes de entrar a trabajar como tripulante de cabina de JetSMART. El sitio tiene más de 20 posteos, en los cuales Rojas Vade describió su experiencia como supuesto paciente de leucemia. Y retrató escenas de su falso tratamiento desde 2013. Esta semana, además, su abogado Tomás Ramírez reveló que durante la última década se le diagnosticó sífilis, trombocitopenia inmunitaria (PTI) y la enfermedad de Behcet.

“La primera quimio no fue en lo absoluto lo que esperaba, me sentía bien, algo cansado pero nada del otro mundo, entré caminando y a las 6 horas salí caminando”, escribió el 30 de junio de 2017. “Con el correr de las quimios, tú y tu cuerpo desarrollan fobia al cóctel en cuestión, conectan la intravenosa, veo el color y me recorre un escalofrío por todo el cuerpo”, complementó.

También hay entradas donde describe su experiencia en su tratamiento en España, también falso: “Y así pasó un año de muchos viajes, una vez al mes, mis esperanzas, mi cáncer, mi cuerpo y yo emprendíamos despegues para cruzar el Atlántico y amanecer en Barcelona, siempre el mismo vuelo, siempre a la misma hora, siempre el mismo día”.

Muchos de sus escritos -mezclados con poesía y fotos- recibían comentarios, especialmente después del estallido social, cuando Rodrigo Rojas Vade se convirtió en un personaje conocido. De hecho, el 4 de marzo de 2020, a cinco meses del inicio de las protestas, el convencional escribió: “No hablaremos del estallido social y la situación político-social de mi país, eso vendrá más adelante, también hay que respetar la historia”. Ese posteo recibió 24 comentarios.

La mayoría de sus publicaciones giran en torno a su experiencia en quimioterapia, los efectos que tenía en su cuerpo y en sus metástasis: “Entre tanta quimio y viaje comencé a agotarme, comencé a cansarme, a entender que este ritmo no sería para siempre, a creer que dentro de tanto ajetreo debía generar un espacio para mí, para El Pelao; una tregua entre tanta piedra, un necesario respiro entre tantas agujas”.

Su último post fue el 25 de marzo de 2021. En él escribió: “Un año y 20 días sin poder escribir, y es que cada día que pasa mi mente se nubla y oscurece más y más, me cuesta mantener los recuerdos, el orden de los hechos”.

La última frase, tras la confesión de la mentira, por estos días cobra sentido: “Por ahora solo veo niebla, habrá que esperar a que caliente el sol”.