Personaje
Nicolás Noguera tras dejar family office de Piñera: "Hace años que independizarme era una alternativa"
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Nunca, en sus 20 años de carrera, había tenido tres semanas seguidas de vacaciones. Siempre se tomaba dos en el verano y guardaba una para descansar durante el año. Por eso, una de las primeras cosas que hizo Nicolás Noguera después del 30 de junio pasado, cuando dejó de ser el gerente general de Odisea (ex Bancard), el family office del ex presidente Sebastián Piñera, fue partir con su familia a un largo viaje fuera de Chile, que se extendió por 21 días.
Fue el inicio de un cambio de ciclo, de ritmo y de vida para el ingeniero comercial de la UC y MBA de Harvard de 44 años que saltó casi directo desde la universidad a trabajar con una de las mayores fortunas del país.
Tras egresar alcanzó a estar dos meses en estudios en Copec, pero se dio cuenta inmediatamente de que no era el trabajo que buscaba. Así es que cuando lo llamaron desde Bancard para hacerse cargo de la cartera de inversiones, no lo dudó. Eso fue en mayo de 2002. Y se quedó durante 20 años, ocho de los cuales su jefe se transformó en Presidente de la República.
Asumió como gerente general en 2007 y desde ahí le tocó hacerse cargo de varias polémicas por el manejo de las platas del mandatario; el caso Exalmar, la venta de minera Dominga y los Panama Papers, entre otros. Pero además, tuvo que liderar el contrato de fideicomiso que traspasó el manejo del patrimonio del empresario a diferentes gestoras de activos.
“Hace años que independizarme era una alternativa”, reconoce. Pero el camino a tener su empresa propia se dio de manera espontánea.
A mediados de 2018, Noguera inició un negocio con su sobrino Tomás Ovalle, quien venía saliendo de Enex -filial de combustibles del Grupo Luksic-, donde había estado a cargo del desarrollo de la red de estaciones de servicio en la zona Sur de Chile.
La idea era crear un fondo de inversión privado para comprar bombas de bencina en diferentes lugares del país, para luego arrendarlas. Era un negocio pequeño que no le quitaba mucho tiempo y que no competía con las inversiones que encabezaba en Odisea. Pero las cosas se dieron bien. Demasiado bien, dice.
“Los socios generamos una muy buena relación entre nosotros, y con nuestros inversionistas, con confianza y transparencia, y también influyó que tuvimos buenos resultados. Esas tres cosas fueron muy importantes para decir: podemos hacer más cosas juntos”, cuenta.
A comienzos de 2020, cuando ya estaban levantando el fondo II de Rentas, empezaron a llegarles proyectos de distintos actores del mercado. “Se empezaron a acercar personas a preguntarnos ‘qué hacen, quiero hacer esto, nos pueden ayudar’”.
GSI Capital fue ganando fama de buenos gestores, tanto por sus retornos, como por la relación con sus clientes e inversionistas. Hoy, la oficina de la cual son socios Tomás Ovalle, Pedro Infante, Fernando Ovalle, además de Noguera y Moneda AGF, tiene a los principales family offices del país como clientes.
-¿Cómo lo conversó con Sebastián Piñera?
-A mediados de 2020 le comuniqué a mi directorio que tenía planeado dejar la gerencia general de Odisea a mediados de 2022.
-¿Quería esperar el término del gobierno?
-Me pareció que después de 18 años lo correcto de mi parte era permitirles una transición lo más fácil posible y creía que para eso era mejor esperar que terminara el gobierno de Sebastián Piñera.
La fecha de salida se fijó el 30 de junio. Ese fue su último día como gerente general de Odisea, que acaba de cambiarse desde las clásicas oficinas de Apoquindo 3000 a un edificio en Vitacura. Hasta allá llega Noguera al menos una vez al mes, ahora como director del family office.
El modelo Patria
Ya han pasado poco más de tres meses desde su salida del día a día de Odisea. Nicolás Noguera reconoce que aún no logra el equilibrio que busca entre su vida personal y profesional. Cuenta que le gusta practicar bicicleta y que trata de entrenar al menos tres veces a la semana, pero que le resulta difícil bajar el ritmo de trabajo.
“Obviamente uno hace esto para tener una mejor vida, un manejo del tiempo, para estar más con la familia, ser más libre. A la larga, ser más feliz. Dicho eso, me ha tocado harta pega, entonces no he hecho todo lo que tenía planeado, pero voy para allá”, dice.
Desde que partió en el día a día de GSI Capital, los negocios y planes han ido creciendo de manera acelerada.
Partieron con el primer fondo de estaciones de servicio (se llama Rentas logísticas I) con un capital comprometido de 300 mil UF a fines de 2018; con el segundo de 620 mil UF en octubre de 2020, y luego un fondo de Rentas Logísticas (para centros de distribución asociados al e-commerce) por 1.500.000 UF, en diciembre de 2020. El último que armaron fue uno con foco en Energías Renovables, en diciembre de 2021, con un capital comprometido de US$ 60 millones (ver recuadro).
El acercamiento con la gestora de fondos Moneda empezó al poco tiempo de partir. Noguera dice que hubo varias razones. La primera, práctica, fue que el tercer fondo, por su tamaño, debía ser público y para eso necesitaban o convertirse en AGF o asociarse a una. Y Moneda cumplía varios de los atributos que buscaban.
“Probablemente es la administradora de activos más exitosa de Chile y una de las más exitosas de Latinoamérica”, dice.
Pero también un tercer punto tenía que ver con la relación de amistad que existe entre Noguera y los socios de Moneda. “Siempre me he sentido muy cómodo con ellos. Les tengo alta estima profesional y personal. Y si iba a dejar mi trabajo de 20 años para hacer algo, quería que eso tuviese sentido como negocio estratégico, con mis clientes y con mis socios”, dice.
Moneda entró como socio a GSI a mediados de 2021. Hoy, Alfonso Duval y Fernando Tisné -socios de Moneda- son directores de GSI, pero Noguera también tiene una relación muy cercana con Exequiel Camus y Alfredo Reyes -también socios de la gestora-, que son los que ven las plataformas comerciales, la institucional y la banca privada.
-¿Con la entrada de Patria a Moneda en septiembre de 2021 esto cambia?
-Mi socio, Moneda, es una filial de Patria, entonces tengo los mismos directores, las mismas reuniones y converso con la misma gente en el día a día. Pero que el dueño de Moneda hoy sea Patria trae cambios de mediano plazo y estratégicos.
Patria es hoy día el administrador de activos alternativos más grande y exitoso de Latinoamérica y tiene la plataforma comercial también más desarrollada de la región. Y esos dos aspectos generan oportunidades valiosísimas. Siempre el modelo que yo tuve en mente respecto de Latinoamérica era Patria. Los conocía y siempre fue un referente
Desde al menos 2009 que Noguera miraba con interés la administración de activos alternativos, un mundo al que conoció desde Odisea, a través de los diversos fondos en que invertía. “Me ha tocado conocer cómo administran, cómo se relacionan con sus clientes y cómo operan sus equipos los mejores administradores de activos alternativos del mundo. En este negocio, uno puede aportar mucho valor haciendo algunas cosas sencillas”, dice.
La exposición
Sentado en una de las salas de reuniones de su nueva oficina, ubicada en un séptimo piso de un edificio de Alonso de Córdova, Noguera responde con parsimonia, reflexiona, a veces se ríe y de vez en cuando se queda callado buscando las palabras correctas para contestar.
Se nota que le acomoda la precisión y en varias ocasiones, luego de pensar unos segundos, enumera causas, razones y atributos para seguir contando su historia. Una característica que es imposible no asociar con el exPresidente Piñera.
-¿Qué valora de lo que aprendió al trabajar con Sebastián Piñera?
-Voy a contestar más bien qué aprendí de Bancard o de Odisea. Desde el día cero siempre en Bancard y Odisea ha habido una motivación a ser rigurosos intelectualmente, a aplicar bien los conocimientos, las herramientas, a pensar los problemas.
Lo otro que aprendí es que nunca hay que dar nada por sentado, todo se puede hacer mejor. Hay que estar en permanente tensión respecto de cómo mejorar. Cuando te sientes muy cómodo contigo mismo o con tu equipo, quizás es la primera señal de que las cosas pueden fallar. Siempre hay que estar tratando de aprender, mejorar, ver cómo hacer las cosas mejor.
También aprendí que no tengo por qué saberlo todo, aprender a decir no sé, esto tengo que estudiarlo, recurrir a los que saben más que yo y, en base a eso, proponer soluciones. Y lo cuarto es que aprendí a trabajar en equipo, a liderar equipos, a confiar en la gente. Creo que he desarrollado un talento para encontrar muy buena gente y crear equipos y ambientes donde todos crezcan.
-¿Y de Sebastián Piñera, como persona, qué aprendió?
-Trabajé con Sebastián Piñera en el día a día hasta el 2009, pero todo lo que te dije antes, tiene que ver con una cultura que nace de cómo él trabaja. Y también, aunque yo sea muy diferente a Sebastián Piñera, y probablemente haríamos las cosas de maneras muy distintas, siempre entendí que mi rol era actuar como actuaría él, aunque no estuviera.
-¿Qué le dijo el día que se fue?
-Mi salida fue con tiempo. Tanto Sebastián Piñera como su familia y el equipo de Bancard fueron muy cariñosos. Me hicieron una muy linda despedida en que efectivamente varios, incluidos Sebastián padre, Sebastián hijo, Cecilia Morel y miembros de mi equipo dijeron palabras de agradecimiento súper emocionantes. La verdad es que dijeron mucho, pero al final el mensaje fue: gracias por lo entregado en estos 20 años.
-¿Qué fue lo más complicado que le tocó vivir en Bancard?
-Obviamente el trabajar en una empresa que pertenece a un político de alta exposición como es el Presidente de la República, trae ciertos costos. Y esos costos están principalmente asociados a dos partes: uno es el aprovechamiento político del hecho de que la familia Piñera tenga estas empresas y la exposición que eso conlleva. Habiendo dicho eso, los beneficios de trabajar en Bancard y Odisea, superan con mucho los costos.
-¿Y lo más satisfactorio?
-Para mí las satisfacciones más grandes no tienen que ver con qué generamos, sino con haber hecho bien el trabajo. Por ejemplo, haber hecho los primeros fideicomisos, un contrato que lo miraron con lupa por aquí y acá y que haya funcionado bien, fue una tremenda satisfacción. La venta de Lan, aunque puede haber sido criticada porque nos tomó un poco más de lo que planificamos inicialmente, también. En general las grandes satisfacciones tienen que ver no con los retornos, sino con haber hecho bien el trabajo.
-¿Echa de menos?
-Sí, trabajé 20 años con ellos, siento que Odisea es en parte mi empresa, porque aunque no sea accionista yo ayudé a crearla como es hoy. Y sobre todo la gente, es mi equipo, el equipo con el que yo trabajé y somos amigos todavía. Pero estoy feliz como estoy, no me arrepiento.
-¿Cómo les ha ido con sus fondos y en qué etapa están?
-“El fondo I de fines de 2018 lo terminamos de invertir a comienzos de 2020 y vendimos el 75% de los activos a mediados de 2020. Y ese hoy tiene una TIR (indicador de rentabilidades) sobre 40% en UF. El fondo II, que es de mediados de 2020, hoy día está completamente comprometido, y va a quedar invertido de aquí a los próximos seis meses.
Y el de Rentas Logísticas está ad portas de quedar completamente comprometido. Y ese fondo va a tener cuatro activos. Dos desarrollos, uno en Enea y uno en El Montijo que suman 70 mil metros cuadrados. Una compra de un activo de 20 mil metros cuadrados y estamos ad portas de cerrar otro de 30 mil metros cuadrados.
El último, Rentas Renovables I, ya tiene asegurado alrededor del 70% del fondo. Se trata de un negocio que consiste en comprar los terrenos donde ya están instaladas centrales fotovoltaicas y eólicas.
“Los terrenos tienen contratos de arriendo a largo plazo, en su mayoría en dólares y nosotros podemos adquirirlos a una tasa de retorno muy razonable para el bajísimo riesgo que tienen de no pago de los contratos de arrendamiento”, explica.
Se trata de un negocio que no está muy explorado en el mundo y con el que GSI busca innovar en activos alternativos. Con él aspira a crecer en el resto de Latinoamérica, para transformarse en uno de los líderes de la región.
“Estamos evaluando cómo crecer fuera de Chile y viendo otros tres países donde creemos que podemos replicar lo que hemos hecho. En ese crecimiento internacional el poder acceder a los recursos, conocimiento, acceso y también a la plataforma comercial de Patria, es clave”.
-¿Sigue siendo Chile un país atractivo para invertir?
-Las perspectivas de inversión en Chile tienen que ver con cómo los precios reflejan la realidad económica, social y política del país. Y en particular la realidad de los activos en los que vas a invertir.
Respecto de Chile en su conjunto creo que el escenario económico de corto plazo no es positivo, vamos a tener una recesión económica y no va a ser fácil salir de ella. En el mediano y largo plazo el escenario tampoco es positivo.
Hoy, con las incertidumbres que tenemos, el crecimiento potencial del país se ha visto severamente afectado. Adicionalmente, con las reformas que se están tramitando, tanto tributaria como lo que se ha filtrado respecto a la reforma de pensiones, afectan el crecimiento de largo plazo del país. Si son aprobadas como están pueden afectar de manera severa el funcionamiento del mercado de capitales del país y las perspectivas de crecimiento de largo plazo, con todas las consecuencias que ello trae sobre las personas, su trabajo, su salario, su crecimiento, sus pensiones, etc. Sí, puedes recaudar un poco más en un año, pero la recaudación de largo plazo no va a mejorar con este mix de políticas que están proponiendo.
Pero, habiendo dicho eso, hay que considerar que ese escenario parece estar bastante reflejado en los precios actuales, por lo que en general invertir en las distintas clases de activos disponibles en Chile se ve razonable desde el riesgo-retorno. Otra cosa es que el escenario se vea difícil y sea difícil financiar esas inversiones. Pero de que hay opciones atractivas, las hay.