Personaje
Shailene Woodley, actriz: “No soy la típica ambientalista”
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"Hola amigo"... "Perdón, está pasando por un proceso emocional complejo… algo le sucede", se excusa Shailene Woodley (29) mientras acaricia a su perro en medio de la conversación. Junto a ella revolotea Messi, un pastor alemán que fue bautizado así en honor al futbolista argentino, de quien tanto ella como su novio Aaron Rodgers, el destacado jugador de fútbol americano, son fans. Está sentada en un sillón café y la acompaña el chileno Thomas Kimber (31), fundador de Karün.
Ninguno de los elementos que componen la escena –ni la espontaneidad con la que habla– harían sospechar que se trata de una de las actrices más exitosas de Hollywood, protagonista de la galardonada serie de HBO, Big Little Lies. Pero ahí está, en una salita de su casa en California vistiendo un sweater blanco, jeans y un gorro de lana amarillo. La conversación, a diferencia de como usualmente son las entrevistas pactadas con “estrellas”, se concreta de forma individual (no en mesa redonda con más periodistas).
Tampoco hay agentes ni intermediarios. Aunque en un principio Kimber asegura que tendríamos 15 minutos, terminamos hablando cerca de media hora. Y conversamos de todo: cómo nace su historia ambientalista, por qué se autodefine como “no feminista” y sus ganas de vivir en Chile por un par de meses. El foco del diálogo, en todo caso, es sobre su acuerdo con la firma chilena que recientemente la fichó como embajadora de su marca.
Kimber, el treinteañero que fundó Karün en 2012, apostó a que Woodley sería la persona idónea para representar sus anteojos en el mundo. “En realidad fue Dani, la encargada de marketing, quien dio la idea. La seguía de su época en The O.C, y apenas lo planteó me hizo todo sentido. Era ella o ella”, confiesa. “Hay muchos otros más ambientalistas. Pero ninguno como Shailene. Debía ser alguien joven, con credibilidad y que tuviera pasión por la naturaleza, pero no por eso experto en el Everest. No había plan B ni C. Por eso fue tan difícil llegar a ella”, relata.
Después de un año de intentos, logró enganchar a su manager Anthony Hillsberg y conversar con él en persona en junio de 2019 –en la pizzería Gjelina, en Venice Beach, California. Luego el agente se lo planteó a ella. El primer encuentro entre Thomas y Shai, como le dice a la actriz, ocurrió a fines del año pasado por videoconferencia. “Empezó el Zoom y dije: ‘Listo’. ‘Obvio que lo quiero hacer´”, confiesa Woodley por la pantalla. Kimber sonríe.
-¿Por qué tan decidida?
-Mi asesor de negocios había conversado con Thomas cerca de un año y escuché mucho durante ese tiempo de Karün, pero sobre todo de Thomas. Y lo que más me decía era: ‘Existe este tipo, con el que te llevarás tan bien. Es muy sabio en su acercamiento a los negocios, está haciendo algo único, es absolutamente magnético, te va a cautivar’. Me sentí tan wow y sorprendida de que existiera alguien con el deseo de cambiar la forma en que se ven los negocios, el consumo y todo el ciclo de comprar, sacar, extraer. Siempre creí que lo que me contaba era posible, pero nunca puse mis recursos ni había desarrollado la idea por mí misma. Entonces conocer a alguien que dedica su vida, cuerpo y alma, me dejó muy impresionada. Y armamos este bonito equipo juntos. Me habían mandado sus anteojos, pienso que son maravillosos y su diseño es muy cool, pero más que eso, es la épica que hay en Karün lo que…. no quiero decir “compró”, porque no es eso, pero fue eso lo que me convenció a armar algo juntos y transmitirlo al mundo. Fueron segundos los que necesité para sumarme.
-¿Es la primera vez que participas en una empresa de esta manera?
-Sí. Soy muy selectiva. Cuando usas tu nombre, tu cara, das el mensaje de “sí, esto lo estoy aprobando”. Por ello debe haber integridad, porque estás entregando tu identidad para que la idea de otro crezca y se desarrolle.
De California a Puelo
Son las 5 de la tarde de un miércoles de finales de marzo (las 1pm de California). Desde su casa, Shailene relata lo rápido que acontecieron los últimos capítulos de su vida. “En octubre llegamos a acuerdo y en noviembre aterricé en Chile”, dice la actriz. Viajó desde Estados Unidos –en total fueron 4 aviones y dos barcazas– a Puelo, en la X Región. Es ahí, en la comuna de Cochamó, donde está el corazón de la marca chilena que fabrica los anteojos con materiales que recogen de los suelos de esa zona, los reciclan y los trabajan con recolectores y comunidades locales. Ahí la actriz alojó junto a Kimber, representantes de Karün y los socios de GranVision –sus socios holandeses con quienes firmaron un acuerdo en 2020 para llevar la marca de anteojos a Europa y EEUU– en una cabaña conocida como “Lodge Karün”, donde suelen llevar a partners y accionistas de la compañía que fundó Kimber. “Ahí ven cómo trabajamos y en qué consiste nuestro compromiso con las comunidades, que es la fuerza y razón de ser de Karün”, cuenta Kimber.
-Shailene, ¿te gustó Puelo?
-¡Oh Dios! Me gustó tanto que le dije a mi novio “tenemos que venirnos a vivir ahí un par de meses. Me encantaría vivir ahí un tiempo”. Llegamos un día que estaba despejado, pudimos ver los volcanes….
-¿Primera vez en Chile?
-Sí. La primera en Sudamérica.
-¿Qué sabías de Chile antes de esto?
-Que había muy buen vino tinto.
-¿Nada más?
-Nada más (ríe).
-¿Y nada de cine chileno?
-Tampoco. Ahora pedí recomendaciones.
Shailene Woodley nació el 15 de noviembre de 1991 en el Condado de San Bernardino, California. Es hija de Lori, una consejera escolar, y de Lonnie Woodley, un director de escuela. Junto a su hermano menor, Tanner, estudió en Simi Valley High School. Fue ahí, cuenta durante la entrevista, donde partió su cruzada medioambiental.
"En mi familia no teníamos el suficiente dinero para viajar o irnos de vacaciones todos los años. Cuando eso ocurría, mis padres nos llevaban de camping. Era una forma de sacarnos de la casa a un costo que podían manejar. Por eso siempre estuve envuelta en la naturaleza, y siempre me inculcaron que ese era un lugar en el que estaríamos a salvo. Hay mucha gente que le tiene miedo al agua. Y en mi caso pasó todo lo contrario, mi madre jamás nos hizo temerle al agua, nos empoderó para aprender a respirar ahí, para saber tratar a los animales, cómo reaccionar si veíamos una culebra y no temerle. Eso ayudó mucho”, relata.
Hay un episodio de esos años que recuerda con nitidez. “Cuando estaba en educación media, iba caminando por el patio y vi las Santa Ana Winds, de LA, que son unas fuerzas de viento que se dan en cada cambio de estación… caminaba después de almuerzo y vi un montículo de basura volando en este viento… Al lado, observé cómo con las piñas de árboles ocurría lo mismo. Y pensé: en esta escena hay algo que se ve muy hermoso, y algo que se ve horrible. Ese fue el momento en que me activé y comencé a poner atención en la desconexión entre la naturaleza y la humanidad. Muchas veces tenemos una sensación, sin explicación, de querer hacer algo. Así como cuando un artista toma el pincel. Fue natural cómo se dio mi afinidad con la naturaleza".
Se define como “no fanática” pero activa. Por lo mismo, no es raro verla en manifestaciones ambientalistas. En 2017 fue tomada presa por participar en una manifestación. “Más que protesta era un movimiento entre culturas indígenas y no indígenas por corrupción de la industria petrolera y el gobierno de EEUU”.
-Antes incluso hacías tu shampoo…
-Eso que leíste debe ser muy antiguo. Hoy no soy vegana y sí uso shampoo. Cuando vuelva a tener tiempo volveré a hacerlo yo con mis propias manos, porque así no tendré que botar botellas de plástico a la basura cada mes. Cuando tenga hijos me gustaría volver a hacerlo.
-¿Te gustaría tener hijos?
-Sí, me encantaría.
-Leí que te casarás luego.
-Sí, el día llega de repente… pero sí… es muy emocionante.
“No soy feminista”
-También leí que no eres feminista.
-Fue hace unos ocho años y hubo algunos que se ofendieron. Lo que quise decir fue que para mí es muy difícil usar etiquetas que me definan. Así como feminista, ambientalista. Cada vez que te etiquetas para identificarte con un movimiento, automáticamente menosprecias a los que no son de tu bando. Y especialmente en Estados Unidos, donde las cosas están tan polarizadas en este momento entre republicanos y demócratas, progresistas y no progresistas. En el minuto que dices que eres progresista, en pocas palabras, señalas “no me importa la opinión del otro lado”. Y para mí, la verdadera sanación que crea paz ocurre cuando uno escucha la otra postura. Cuando dije que no me quería declarar feminista, lo hice porque no quería que una persona que no entendiera lo que era el feminismo sintiera que estoy en su contra. Porque no es así. Es como lo que hace Thomas con Karün. No está tratando de arreglar un sistema que está roto, sino que está tratando de innovar y crear uno nuevo para reemplazar el que ya no funciona. Creo que esa es la manera de lograr cambios más que peleando, protestando, reclamando y tratando de parar algo. Mejor es encauzar la energía en algo nuevo”.
"No soy la típica ambientalista. Si fuera la típica ambientalista no podría andar en avión, ni auto"
“Lo que más me gusta de Karün es que no suena como la típica firma medioambientalista. En general uno escucha hablar de movimientos que salvan los océanos, o las ballenas. Pero lo que hace Karün es poner a los seres humanos en el centro, porque es tan importante como las ballenas. Y lo que más me gustó es que para ellos el medio ambiente no está limitado a aire, suciedad, agua y tierra. Incluye a la especie humana desde una mirada holística. Para mí, ese es el ambientalismo real y no como comúnmente lo definimos. Es más natural, no es que todas las noches me junte con un grupo a hablar de cómo salvaremos el mundo.
"No soy la típica ambientalista. Si fuera la típica ambientalista no podría andar en avión, ni auto ni podría estar teniendo esta conversación con Thomas en este sillón en mi casa. Y si fuera vegana, mi cuerpo sufriría mucho. Todo tiene grises, y mientras más fluidez haya en nuestras conversaciones de racismo, feminismo y movimientos, mejor. Tenemos que tener un acercamiento más suave a estos temas”, insiste.
-Hay otros actores de Hollywood medioambientalistas. El más activo diría que es Leonardo DiCaprio. ¿Trabajan juntos en algo relacionado a esto?
-He colaborado con su fundación pero nada grande. Mientras cada uno encuentre su pedazo del puzle, es genial. No podemos soñar con cargar todo solos.
-¿Qué viene ahora en Karün?
-Fue todo muy rápido, pasó un mes entre que nos conocimos y la colección fue a producción, y para ser sincera, no sé de diseño de anteojos. Nunca me he dedicado a nada similar. Estoy aprendiendo rápido y la idea es que en las colecciones futuras me involucre más. Pero de todas maneras, confío mucho en Thomas y su equipo, ellos son los expertos.
"Uno de los modelos más icónicos de la nueva temporada no estaban considerados en la colección y ella lo incorporó. Fue un proceso súper colaborativo", añade Kimber.
El acuerdo entre GrandVision, Karün y Woodley dura tres años. La colección en la que ella es rostro ya se lanzó en Europa –en 10 países– y en mayo aterrizará en Chile. Por estos días Kimber viaja con ella en Estados Unidos para planear la estrategia en el hemisferio norte, donde las ciudades elegidas para llevar a Karün son California y toda la costa oeste, Washington, Colorado, Nueva York y Vancouver, Canadá. “Queremos que Karün se posicione como los anteojos sustentables en EEUU”, dice Kimber.
Y añade: "Más que rostro, Shai es parte del desarrollo. Nos da consejos muy importantes. Ahora estamos trabajando activamente en la nueva colección que sale el otro año. Ella busca referentes, ve qué la lleva en Hollywood, y le hacemos propuestas".
Más allá del contrato profesional, confiesan que ya son amigos: de hecho ella lo está asesorando para elegir dónde vivir –se mudará este mes a EEUU junto a su mujer–, y la próxima semana Kimber viajará junto a ella, sus familiares y amigos a “un destino sorpresa”.
-¿Shailene, volverás a Chile pronto?
-Sí, de todas maneras. Va a depender de las decisiones del gobierno en cuanto a la cuarentena… Será cuando no haya que usar mascarillas (bromea).
Shailene Woodley se despide. Continuamos la conversación con Kimber.
-¿Cuánto cuesta esta alianza?
-Mucho cariño, trabajo y bastante plata (ríe). Pero eso no lo puedo ni quiero decir. Acordamos por ambos lados que así sería.
¿Tercera temporada de Big Little Lies?
Entre las producciones de cine donde destaca están: Los descendientes (2011), en la que actuó junto a George Clooney y por la que fue nominada a los Globos de Oro; Bajo la misma estrella (2014); Divergente (2014) y Snowden (2016). Y, por estos días se puede ver “El Mauritano”, filme por el que Jodie Foster ganó un Globo de Oro en febrero. Pero sus seguidores la reconocen sobre todo por su rol en la serie de HBO Big Little Lies (2017) –dirigida por David E. Kelley y basada en la novela homónima de Liane Moriarty–, junto a Nicole Kidman y Reese Witherspoon.
Ahí, ella es Jane Chapman, una madre soltera que se muda a Monterrey, al norte de California, y entonces su vida se cruza con las apoderadas del colegio al que asiste su único hijo. Por ese trabajo las tres actrices se hicieron prácticamente inseparables. "Tuvimos mucha suerte de encontrarnos, querernos y genuinamente hacernos muy muy cercanas", confidencia.
-¿Tendremos una tercera temporada?
-No lo sé. Estamos tan en blanco como ustedes. Pero créeme que a todas nos encantaría.