Cultura
En la ruta crudivegana de Marías Felices
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“Vengo del dark side”, afirma María José Silva Mori (@mariasfelices), riendo. Es que antes de ser experta en alimentación consciente y cocina crudivegana, trabajó en el mundo de la publicidad y el marketing.
“Estudié publicidad y me cansé rápido, porque no me hacía sentido”, explica. El nivel de trabajo era tan grande que apenas dormía, comía cualquier cosa en los caterings de las producciones, tenía jaquecas todas las semanas y muy poca energía.
El verano del 2012, mientras estaba en Algarrobo de vacaciones, descubrió que tenía una pelotita en la ingle. Viajó de urgencia donde un médico que le recetó días de antibióticos. “Salí del doctor y me encontré con una librería. Ahí estaba el libro La medicina natural al alcance de todos, de Manuel Lezaeta. Me gasté la plata de los remedios en el libro”, explica. Esa fue la primera vez en que realmente se cuestionó su estilo de vida y se dio cuenta de la importancia que tiene la alimentación en el funcionamiento del cuerpo.
Después de leer el libro, empezó a meterse en el mundo de la alimentación. Esto coincidió con la visita de un chef chileno que vivía en Nueva York, quien visitaba el país para hacer un curso de raw food (comida cruda).
“Sin saber qué era, me inscribí no más”, explica. Y tras el curso, volvió a su casa y regaló su microondas, botó toda la comida ultraprocesada que había en su despensa y decidió partir de cero. “Implementé este estilo de alimentación en mi vida. Se me sanaron las jaquecas, tenía mucha energía, me cambió el pelo, la piel, las uñas. La gente que estaba a mi alrededor me empezó a preguntar y yo les decía: ‘la alimentación’”, cuenta.
¿Qué es la cocina crudivegana? Tal como lo dice su nombre, se refiere a los alimentos vivos, que provienen de la tierra, crudos o que al prepararse no superan los 45º C de temperatura; es un tipo de alimentación basado en plantas. “La filosofía detrás de este movimiento responde a la idea de que los nutrientes de los alimentos se preservan en su estado puro si no son sometidos a altas temperaturas, como lo hacemos en la cocina tradicional”, explica.
María José confiesa que es muy obsesiva con los temas que le gustan, así es que su aprendizaje no paró ahí. Hizo un curso en Buenos Aires donde profundizó la teoría y luego se fue a especializar a Estados Unidos como chef de raw food. Poco a poco le empezaron a pedir talleres y así partió su escuela presencial en Santiago y luego la escuela online.
Su público son en su mayoría mujeres, que divide en tres categorías: el primer grupo son madres con hijos que padecen alergias alimentarias o que se hacen veganos y necesitan herramientas para acompañarlos en el proceso. Otras llegan por una motivación más espiritual o temas relacionados con el amor propio. Y el tercer grupo son quienes llegan por enfermedades.
“Es alucinante. Estoy desde el 2012 en esto y nunca me ha tocado alguien que me diga que se siente peor que antes. Tengo puros buenos comentarios. La gente se siente en calma, disminuye la ansiedad, se sienten desinflamados. La sensación general es como de plenitud y felicidad”, cuenta.
Y aunque el tema de la alimentación crudivegana existe en Europa o Estados Unidos hace más de 25 años, María José cuenta que ella vio el boom en Chile en 2017 y 2018. Y la pandemia fue el trampolín final. “En muchas personas se despertó esta conciencia corporal, del autocuidado. Fue como: ‘jodieron, tienen que mirarse hacia adentro’. Llevábamos tanto tiempo en este frenesí que no nos habíamos observado y ahí la pandemía ayudó a ver cómo queríamos vivir”.
Hoy María José tiene algunos cursos y talleres online y además está formalizando una academia online, que busca llegar a un público que se quiere especializar aún más en el tema. Aquí, una receta que nos compartió para perderle el miedo a la cocina crudivegana.
BROWNIE RAW
Rinde 12 a 15 porciones
Duración 10 días en refrigeración dentro de un envase hermético
Ingredientes:
1 taza de nueces
1 taza de almendras, remojadas por 8 horas
1⁄2 taza de dátiles sin cuesco o pasas morenas
1⁄2 taza de pasas morenas
2 cucharadas de aceite de coco derretido
3 cucharadas de agua
1/2 cdta. de canela en polvo
1 pizca de sal de mar
1 taza de cacao puro en polvo
1 manzana roja rallada
Preparación:
En un procesador de alimentos, triturar las nueces y las almendras por separado. Deben quedar pequeños trocitos, que no se conviertan en harina.
Por otro lado, procesar los dátiles, las pasas, el aceite de coco, el agua, la canela y la sal, hasta obtener una pasta cremosa.
Combinar las nueces y almendras trituradas junto con la pasta. Añadir el cacao en polvo y la manzana rallada. Amasar hasta obtener una masa maleable y un poco pegajosa.
Esparcir la masa sobre una bandeja o molde y formar un cuadrado o rectángulo de dos o tres centímetros de espesor. Refrigerar por cuatro horas, hasta que se compacte y afirme. Luego, cortar en pequeños cuadrados y disfrutar con frutos rojos.