Cultura
Iorana nuevo Museo Rapa Nui
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Con el objetivo de encontrar una propuesta que preservase la tradición y cultura de Rapa Nui, hace un par de meses se abrió una convocatoria para presentar un proyecto para el nuevo Museo de la isla. Un desafío que implicaba mezclar elementos propios de la arquitectura moderna que representaran la riqueza cultural de la isla.
Luego de una exhaustiva deliberación por parte del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural (Serpat) -que depende del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio-, en conjunto con la Dirección de Arquitectura del Ministerio de Obras Públicas (MOP) se anunció el ganador: el proyecto presentado por Z Estudio SPA, desarrollado por los arquitectos Diego González Zeman, Nicolás Vivar Machicao, Eduardo Tapia Vargas y Carmen Benítez Merino.
Luego de recibir la invitación, abierta a todas las oficinas de arquitectura, no dudaron en participar por la importancia y trascendencia del encargo, que permitiría proyectar un nuevo espacio para poner en valor los atributos de la cultura e historia rapanui. El proyecto, que compitió con otras 67 propuestas, tiene una perspectiva contemporánea que integra las tradiciones de la isla y se emplaza en el entorno del ex Fundo Vaitea.
Dadas las características del proyecto, el proceso de investigación fue fundamental. Diego González enfatiza que el punto de partida debía ser la comprensión de la arquitectura tradicional de la isla, pues, entre otras cosas, es fiel reflejo de las necesidades de sus habitantes, da respuesta a condiciones climáticas particulares, habla de los modos de habitar espacios, celebrar sus rituales, y contempla los recursos disponibles y técnicas constructivas desarrolladas a lo largo del tiempo.
Pusieron en práctica dicha herencia, fruto de la sabiduría popular, y elementos característicos de su arquitectura como son los espacios intersticiales. Según lo explica el estudio: “Taupea, lugar donde se realiza gran parte de su actividad social. El hare paenga, casa tradicional que construían a través de un basamento pétreo donde se apoya una estructura de cañas que soporta una gran cubierta. Tanto este concepto como taupea, nos aportaron grandes claves para desarrollar una propuesta acorde con el entorno y las costumbres de sus habitantes”, señalan. También los “ahu” que en la antigüedad eran usados como plataformas ceremoniales:
“En el proyecto hicimos una transferencia de este espacio como plaza de acceso al museo, la nave como un módulo repetible que permitió que el proyecto se adaptara de manera flexible a la condición topográfica permitiendo implantarse de una forma delicada en el paisaje”, cuenta Diego González.
Los espacios generados entre los volúmenes mantienen una relación constante con el exterior, mientras que en el interior de las naves se producen espacios monumentales adaptables a distintos guiones museográficos y que recrean el modo de habitar histórico de este lugar.
La construcción ha sido pensada a través de un único sistema prefabricado, de manera que los materiales puedan traerse desde el continente y posteriormente ser montados en la isla.
“Se proyectó un masterplan que se hace cargo de la zonificación para el programa complementario al museo mediante un sendero de madera que recorre el lugar adaptándose a las zonas de mayor densidad arbórea, conectando el nuevo museo con los espacios proyectados exteriores y con el futuro museo de sitio”, agrega el equipo ganador.
La arqueóloga Sonia Haoa, quien lideró el jurado, valoró la propuesta por su diseño que conecta la arquitectura con el océano y la naturaleza, utilizando materiales como madera laminada y hormigón armado. “Su disposición orgánica en el terreno rememora las embarcaciones de los navegantes ancestrales, evocando la historia fundacional de Rapa Nui”, apuntó.
Lo que viene ahora es iniciar la consultoría de diseño con el desarrollo del proyecto de arquitectura de detalle y especialidades de ingeniería.
“Asimismo, es muy importante la toma de contacto con la realidad física y social en la que se inserta el proyecto. Es una etapa que iniciaremos con mucha ilusión, donde esperamos colaborar estrechamente con la comunidad Rapa Nui y los distintos actores involucrados en este proceso, pues, más allá de la cuestión formal, se pretende atender minuciosamente a aquellas cuestiones particulares que ayuden a integrar el nuevo edificio con la realidad del entorno. Consideramos indispensable la validación por parte de la comunidad de un proyecto que sea representativo de su propia cultura e historia. Creemos que será un museo de relevancia no sólo local, sino internacional, además de ser un gran espacio de encuentro para el pueblo Rapa Nui, el cual ha sido anhelado por mucho tiempo”, concluye Diego González