Cultura
La construcción en una favela que se coronó en concurso de arquitectura
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Hace poco más de un mes se entregaron los premios Building of the Year 2023, organizados por la plataforma ArchDaily. Entre grandes oficinas, edificios y centros culturales, se destacó un proyecto del Colectivo Levante, un grupo de arquitectos, estudiantes e ingenieros de Brasil.
Se trata de una casa en la periferia de Belo Horizonte, construida con la arquitectura vernácula de estos barrios como base.
“Para nosotros, el diseño de la casa representa un modelo constructivo que utiliza elementos comunes en los barrios marginales, con una adecuada implementación y atención a la iluminación y ventilación, dando como resultado un espacio con una gran calidad ambiental”, explican desde Levante.
Aunque a primera vista la Casa no Pomar do Cafezal no se distingue de las miles de viviendas que la rodean en esta favela en el estado de Minas Gerais, y tiene menos de 70 metros cuadrados, se coronó como la ganadora de la categoría Casas en esta reconocida competencia que recibe más de 4 mil nominaciones en sus 15 categorías.
Para el colectivo Levante, la visibilidad que ha logrado este proyecto es clave para “dar nuevos ojos a los medios que informan sólo titulares negativos sobre los barrios bajos”, explican.
Kdu dos Anjos, artista y dueño de la casa, coincide. “Tener una casa entre las mejores del mundo es muy interesante, porque nadie apoya la periferia. Las noticias de las que suelen hablar de aquí son de tiroteos, de violencia, de drogas, de narcotráfico, de casas cayendo, y aquí estamos hablando de lo contrario, de una casa subiendo”, contó en una entrevista con El País cuando se enteró de la nominación.
El trabajo de Levante, antes incluso de llamarse así, partió en 2007 como MaCh Arquitectos, cuando diseñaron Beco São Vicente, un lugar con espacios públicos y áreas de trabajo para costureras en el Aglomerado da Serra, la mayor favela de Minas Gerais.
Diez años después, el proyecto para crear el Centro Cultural Lá da Favelinha en este mismo lugar y la amistad del artista Kdu dos Anjos y el arquitecto Fernando Maculan, de MaCh Arquitectos, fueron el puntapié para plantearse una nueva forma de actuar en la favela, “regida por la convivencia, el afecto y la participación, en acciones ‘de adentro hacia afuera’ o ‘de abajo hacia arriba’”, explican.
“El Colectivo nació como una respuesta necesaria para la ejecución del Centro Cultural Lá da Favelinha. Partimos de un pequeño núcleo formado por Fernando Maculan y Joana Magalhães (responsables de los proyectos del centro cultural y de la Casa no Pomar do Cafezal), y Paula Zasnicoff, una socia importante.
Hoy, el Colectivo Levante reúne a arquitectos, vecinos del Aglomerado da Serra, profesionales de la sostenibilidad, la movilidad, la topografía, la ingeniería, el diseño, el paisajismo y artistas en un laboratorio de ideas que tiene al Aglomerado da Serra como principal ámbito de actuación”, cuentan.
Una de las grandes diferencias que tiene este colectivo es que es una red de profesionales que dedican su tiempo voluntariamente al desarrollo de proyectos, siempre teniendo como foco principal el diálogo y la experiencia con los territorios donde actúan, construyendo relaciones profundas.
“Nuestra oferta, podríamos decir, se diferencia en parte del trabajo de asesoría técnica y otros dispositivos jurídicos y académicos dirigidos a proyectos de vivienda social y comunidades necesitadas en la medida en que opera en la abundancia de agentes y manifestaciones culturales de estas comunidades. En otras palabras, actuamos sobre las posibles presencias (potencias), sin despreciar las ausencias (carencias)”, explican.
El reconocimiento de la Casa no Pomar do Cafezal se ha planteado también como una gran oportunidad para repensar las favelas y el rol de la arquitectura en el mejoramiento de la calidad de vida y en el fortalecimiento de las comunidades.
“La arquitectura de nuestras ciudades, en general, opera bajo pretextos hegemónicos que históricamente tienden a generalizar y excluir culturas y pueblos que no componen los intereses de la élite blanca y heteropatriarcal; sin embargo, la arquitectura también puede ser el vehículo encargado de validar condiciones preexistentes, comunicar luchas y enfatizar la memoria y la persistencia de las comunidades.
Obras como el Centro Cultural Lá da Favelinha, o la Torre de Bebel (en desarrollo) nos conmueven mucho por convertirse en referentes en el tejido urbano, explicitando la cultura autodeclarada de las personas y reafirmando la existencia y subjetividad de la favela en que se insertan”, cuentan desde Brasil.
El colectivo ya está trabajando en otros proyectos en el Aglomerado da Serra, como la plaza Canão y la Torre de Bebel, “una galería de arte que se encargará de diluir las barreras artísticas entre la ciudad y la favela”, cuentan.
Además, están trabajando en un gran proyecto en Río de Janeiro, que busca educar y entretener a los niños de la comunidad a través del skate, además de otros proyectos en una favela en Belo Horizonte. “Ahora tenemos el desafío de formalizar el Colectivo como Asociación para poder crear nuevas alianzas y dedicarnos a tiempo completo a las acciones y proyectos previstos hasta finales de este año”, cuentan.