Cada diciembre la empresa estadounidense Pantone, autoridad y guía mundial del color, anuncia cuál será el color del año. De la misma forma, otros medios, marcas y personas expertas revelan cuáles serán las prendas que más veremos en las calles o que serán infaltables en los clósets, lo mismo en las casas o espacios que se habitan. Pero, ¿de dónde nacen estos pronósticos de tendencias o cómo se llega a ellos?

Gabi López, diseñadora de interiores argentina, experta en sociología del diseño y especialista en color, nos contó sobre este proceso. Fundadora de un estudio de diseño de interiores en Argentina, creó dentro de él, en 2013, un área de investigación, un Laboratorio de Tendencias. Desde entonces, cada año, presenta su Informe Anual de Tendencias, un seminario al que asisten cientos de personas y que realiza entre julio y agosto en Buenos Aires, pero que luego comparte por todo Latinoamérica.

“Nosotros observamos y analizamos, a partir de los acontecimientos que nos rodean. Captamos señales que surgen de mirar los hábitos de las personas. Si muchas claves al relacionarlas cobran sentido, estamos frente al surgimiento de un nuevo concepto, de algo que es emergente”, cuenta.

Para poder detectar una tendencia es clave estar atentos y monitorear permanentemente los cambios y problemáticas sociales.

Para ella la clave está en potenciar al máximo la intuición, “se trata de estar alerta y hacer evaluaciones permanentes para la comprensión de los estilos de vida, de tener una apertura mental hacia lo nuevo y saber que también en toda tendencia anida una contra tendencia”.

Presencia ininterrumpida de Casa FOA Argentina (la muestra de interiorismo y diseño más importante del país) desde 2009, donde presenta cada año sus proyectos de interiorismo y ha recibido múltiples premios, la experta se mantiene siempre cerca de donde ocurren y se presentan las nuevas vanguardias, como la Semana del Diseño en Milán.

“Para detectar tendencias es necesario un profundo conocimiento del desarrollo secuencial de las temporadas y seguimiento de los lanzamiento de las colecciones anuales; estimular un estado general de curiosidad e interés por todo lo que ocurre desde tecnología, moda, belleza, alimentación, medios y arte, hasta arquitectura”.

Además, asegura, para poder detectar una tendencia es clave estar atentos y monitorear permanentemente los cambios y problemáticas sociales, “confiar y no tener temor a los cambios de estilo de vida”.

“La pandemia, por ejemplo, trajo una ruptura profunda, en distintas capas, de las formas de habitar, sociabilizar, trabajar. Una ola expansiva que aún sigue emitiendo señales. Además, hay macro tendencias, que son las tendencias a largo plazo, las que se quedan por muchos años y se refuerzan y profundizan como, por ejemplo, la sustentabilidad. Y hay micro tendencias, de modas más efímeras, que duran dos o tres años, las que denominamos de temporada y que pueden ser cíclicas”, explica.

Conocer estas tendencias es lo que permite a los diseñadores, marcas y personas poder “vislumbrar los contextos y los escenarios posibles de los próximos años y diseñar en prospectiva, anticipándonos a las nuevas demandas de los consumidores”, afirma.

Entre los temas que moverán al consumidor este 2023-2024, asegura Gabi López, figura la salud mental: “Los consumidores están pensando en cómo reinsertarse anímicamente en este nuevo contexto, un mundo muy distinto que quedó después de la pandemia”.

También la sustentabilidad, cada vez más importante en las decisiones de compra. Las personas están exigiendo acción y transparencia de las marcas en este aspecto, “reducción de plástico, recortar el desperdicio de alimentos y el reciclaje, entre otros”. Por último, el biocentrismo y la ecología, el entendimiento del consumidor de que el “ser humano no es ajeno a la naturaleza”.

La inversión en la casa como un proyecto, la idea de que el trabajo ya no debe hacerse solo en una oficina y que la vida doméstica y la tecnología están cada vez más intercoectadas, el cocinar en la casa, utilizar productos más saludables, darle una nueva vida a la ropa, a los muebles (temas donde grandes marcas ya están entrando), la búsqueda de espacios más verdes y menos condensados, el uso de la bicicleta, el metaverso y la identidad digital, serán algunas de las corrientes con las que las personas se identificarán, cuenta la experta.

En los próximos años se deberá poner foco en las audiencias, estudiar a las nuevas generaciones y su comportamiento, lo que permitirá anticipar los intereses, las tendencias y dónde tendrán puesto el ojo las personas que pronto se convertirá en la nueva fuerza laboral, los nuevos consumidores. “Es preguntarnos cómo imaginamos o diseñamos el futuro de acuerdo a las claves del presente”.