Muchas horas se han gastado entre futboleros discutiendo quién era el mejor arquero de la historia de Chile entre el Sapo Livingstone, el Cóndor Rojas y Claudio Bravo. Como las buenas conversaciones sin destino entre amigos se podía dar vueltas eternamente con argumentos incontrastables dada la imposibilidad de comparar épocas y oportunidades distintas.

Lo que probablemente nunca estuvo considerado en esos acalorados diálogos fue que fuese una mujer quien ocupara el podio. Esta semana, la guardameta chilena del Olympique de Lyon, Christiane Endler alcanzó el premio The Best otorgado por la señora FIFA a la mejor portera del mundo. La capitana de la selección logra con ello el reconocimiento que se le había escapado por poco en años anteriores y que ninguno de sus compañeros de profesión locales ha alcanzado jamás.

Es un símbolo importante del avance sostenido y sin pausa de las mujeres en áreas donde por muchos años hubo predominio total del mundo masculino. Una muestra de aquello es el gabinete presentado el día viernes pasado por el presidente Boric con mayoría clara de mujeres y en carteras tan relevantes como Cancillería, Justicia e Interior.

Es este último cargo donde el futuro presidente hace probablemente su principal apuesta al nombrar a Izkia Siches, la carismática doctora, en un cargo que ha sido históricamente una moledora de carne para políticos mucho más experimentados que ella.

Está por verse si la habilidad que ha mostrado Izkia en sus escarceos en política será suficiente para enfrentar temas tan acuciantes y difíciles como el control de la violencia, la criminalidad y el terrorismo que asola la zona sur de nuestro país. La primera ministra del interior del país tiene sobre sus espaldas un desafío gigantesco.

Sin duda, el empuje del movimiento feminista ha sido clave en ir rompiendo lo que los gringos llaman el techo de cristal (“glass ceiling”), ese conjunto de normas no escritas que hacen de barreras y dificultan el acceso de mujeres a puestos de responsabilidad política y alta dirección.

Junto al movimiento político y comunicacional han sido relevante también las legislaciones que se han impulsado. Vengo de la matriz de pensamiento que mira con lejanía el establecimiento de cuotas y paridades como una intromisión en la capacidad de elegir efectivamente a las y los mejores en los distintos cargos, pero debo reconocer que esos subsidios algo ingratos han ayudado a destrabar una situación donde el statu quo hacía y hace que se perdiera gran talento femenino a nivel político y empresarial.

No se puede hablar del gabinete, sin hacer una mención a la gran noticia para el país que es el nombramiento de Mario Marcel en el Ministerio de Hacienda. El respetado economista deja la comodidad y el prestigio de la presidencia del Banco Central para asumir un ministerio que estará en permanente tensión con los partidos que llevaron a Boric a la presidencia.

Un acto de generosidad y coraje destacable. Muchas veces la política se viste con ropajes de servicio público cuando lo único que hay es búsqueda de poder y lucimiento personal, este paso que da Marcel reivindica a quienes realmente buscan hacer una contribución al país. Para sorpresa de muchos, me incluyo, terminamos en hacienda con el mejor arquero que podíamos soñar.