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Diputada ucraniana a líderes latinoamericanos: "¿Quieren apoyar a una verdadera democracia o al restablecimiento de un imperio del terror?”
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“Hay muchos pequeños momentos. Pero quizás fue el momento de un ataque con misiles a 25 kilómetros de Kiev. Ese fue el instante en que quedó claro que toda Ucrania era zona de guerra. Fue ese momento en que decidí evacuar a mi familia”, dijo Lesia Vasylenko, abogada y diputada ucraniana.
-¿Cree que el ataque escaló porque Rusia se sorprendió con la reacción de Ucrania? ¿Cómo se puede explicar al resto del mundo que un pequeño país resista con todas sus instituciones intactas?
“La elección es renunciar a todo y darte la vuelta y tratar de reconstruir tu vida en otro lugar, o seguir luchando por la única cosa que tenemos. Los 40 millones de ucranianos todo lo que tenemos es este país muy grande, muy rico en recursos en la agricultura y la industria, y no sé, básicamente en un número realmente enorme de sectores y esferas decidimos que vale la pena luchar por él. Y eso es lo que decimos”.
-¿Ve alguna posibilidad de una salida negociada a la guerra?
“Para que las negociaciones se lleven a cabo, necesitamos que las dos partes estén dispuestas a negociar y a escucharse mutuamente. Desgraciadamente, no funciona porque el gobierno ruso de hoy, el presidente ruso de hoy se ha propuesto borrar a Ucrania como país. En los medios rusos solo se habla de cómo Ucrania no tiene derecho a existir y cómo los ucranianos no tienen derecho a existir, cómo somos inferiores como nación a los rusos y cómo nuestro gobierno, eh, nuestro parlamento democráticamente elegido, es ilegítimo”.
-¿Tiene miedo de que, a consecuencia de la inflación, otros países de alguna forma obliguen a Ucrania a ceder para terminar pronto con la guerra?
“Todavía tengo fe en que la comunidad internacional ha aprendido de sus errores, porque eso es lo que esencialmente Ucrania fue obligada a aceptar con el Tratado de Minsk en 2015, cuando el 7% del territorio ucraniano quedó bajo ocupación rusa. Ahora Rusia tiene el 20% del territorio de Ucrania bajo ocupación. Así que el siguiente tipo de empuje para que Ucrania se siente en la mesa de negociación y solidifique o legitime el statu quo, significará la legitimación de que Rusia ocupe el 20% del territorio ucraniano, que son 125.000 kilómetros cuadrados.
Así que no es pequeño pedazo de tierra. Es una parte enorme de Ucrania, donde viven millones de personas. Y se trata de las vidas de esas personas, las vidas de esos ucranianos, que perderán su derecho a ser ucranianos y a vivir en la Ucrania democrática. Esencialmente, empujar a Ucrania a cualquier tipo de acuerdo significará que, no sé, dentro de ocho, diez o 20 años, todo volverá a empezar. Y habrá otra guerra. Puede ser la peor inversión en las relaciones internacionales, porque esencialmente significará asegurarse de que habrá otra guerra y más pérdidas para el resto del mundo en un futuro muy próximo”.
-¿Es realista pensar que Ucrania puede ganar militarmente esta guerra?
-“Sería una mejor inversión para la comunidad internacional fortificar Ucrania, sus instituciones y asegurarse de que Ucrania es capaz de hacer retroceder a las fuerzas rusas y asegurarse de que Rusia quede incapacitado para intentar cualquier otra agresión.
Sabemos cómo resistir ante Rusia. Lo hemos hecho a lo largo de nuestra historia. Pero necesitamos los instrumentos. Necesitamos las armas. Necesitamos que las armas modernas entren en Ucrania, y necesitamos que las sanciones descompongan a Rusia desde dentro. Necesitamos que sean, hmm... debilitados, económicamente. Y ese es el trabajo de las sanciones”.
-¿Qué responde al argumento ruso de que está protegiendo a población rusa en el Donbás?
-“Primero que la zona ocupada es más que el Donbás. Es el 20% de nuestro territorio, que equivale a más de la mitad de todo Reino Unido o dos tercios de Italia. Son áreas densamente pobladas. ¿Es población pro Rusia? No lo creo, porque esta es la población que una vez que Rusia invadió dijo ‘no, gracias, seguimos siendo ucranianos’ y se vieron obligados a abandonar sus hogares. Estas narrativas rusas no funcionan en Ucrania, pero pueden funcionar en algunos segmentos de la población en Europa. Pero creo que la clave aquí es que los medios de comunicación, ya sabes, aclaren el panorama”.
-¿Y ahora?
“Por supuesto. En realidad, quiero volver a la pregunta que me hiciste sobre cuándo sentí miedo. Uno de esos momentos fue el 1 de abril, cuando se descubrieron las atrocidades cometidas por fuerzas rusas en Butscha y sus alrededores. Los reportes sobre las violaciones a mujeres y los niños, las torturas… me dí cuenta de un miedo paralizante, pensé ‘puedo ser yo, me puede pasar a mí, pudo pasar en el centro de Kiev’. Las armas son una opción de defensa para nosotros y nuestras familias”.
-En América Latina hay mucha gente que todavía cree en el argumento ruso, en el discurso ruso. ¿Qué les diría?
“Me gustaría invitar a todos los líderes de los países latinoamericanos a venir a Kiev, a venir a Ucrania para ver las consecuencias de la guerra de Rusia contra Ucrania y lo que lleva detrás, y también ver lo que Ucrania tiene que ofrecer a América Latina y tomar la decisión por sí mismos. ¿Quieren apoyar a una verdadera democracia o quieren apoyar el restablecimiento de un imperio, y un imperio del terror?”.