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¿Macron o Le Pen? Francia define hoy su futuro
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En algunas horas más sabremos quién estará a cargo del gobierno francés durante los próximos cinco años, pero, aunque las encuestas apuntan a una nueva victoria de Emmanuel Macron sobre Marine Le Pen, las urnas podrían arrojar un resultado mucho más estrecho que los cerca de 30 puntos que separaron a los mismos candidatos en la segunda vuelta de 2017 (además, el triunfo de Donald Trump y del Brexit en 2016 instalaron el factor sorpresa como una alternativa posible).
Una vez más, como un déjà vu, una de las grandes interrogantes es cómo se repartirá el 22% que obtuvo el tercer candidato más votado en la primera vuelta, el izquierdista Jean-Luc Mélenchon.
Los gritos de “Ni Macron ni Le Pen” por parte de estudiantes universitarios que se manifestaron la semana pasada fuera de La Sorbonne en París, permiten imaginar que no será tan sencillo como traspasar automáticamente los votos de la centroizquierda al actual mandatario, en rechazo a la alternativa de ultraderecha que representa Le Pen.
Un porcentaje de los votantes de Mélenchon y de otros candidatos de primera vuelta defienden posturas más nacionalistas que se alejan del liderazgo “europeísta” de Macron.
La invasión de Rusia a Ucrania también generó nuevas variables en el tablero electoral. Por un lado, el actual presidente dedicó más energía a la política exterior que a la campaña presidencial, potenciando su rol de estadista internacional, pero sus flancos internos, como las protestas de los chalecos amarillos y la crisis financiera, siguen siendo su talón de Aquiles.
Por su parte, Le Pen debió tomar distancia respecto de su histórica cercanía a Vladimir Putin, ciertamente el personaje más controversial del momento. Y si bien ha moderado algunas de sus posturas más extremas respectos de los inmigrantes y de una eventual salida de la Unión Europea, sigue representando una alternativa más incendiaria.
Existe una tendencia en las elecciones francesas que indica que los electores galos votan con el corazón en primera ronda y con la cabeza en la segunda. Veremos qué dictamina la razón.