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Mira Murati. la mujer detrás del revolucionario ChatGPT, decide salir de OpenAI
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Con su estelar arribo a OpenAI, en DF MAS quisimos contar detalles de la trayectoria de la ingeniera Mira Murati, de sus convicciones y su estilo para liderar.
Primero fue la máquina la estrella. Luego la atención se fijó en Elon Musk, uno de los varios inversionistas que le dieron vida. Finalmente, las luces apuntaron a Sam Altman, CEO de OpenAI. Como suele suceder, fueron los hombres quienes ocuparon los titulares tras el estreno del novedoso Chat GPT 3 en noviembre pasado.
No fue hasta hace unas semanas que Mira Murati se convirtió en el nuevo rostro del chat y sus compañeros, como DALL-E 2. Murati es una ingeniera mecánica de 35 años y es la gerenta de tecnología (CTO) de OpenAI. En el cargo, lidera el grupo de 375 ingenieros, académicos e investigadores que trabajan en la que es una de las empresas más innovadoras de la actualidad.
Basada en San Francisco, OpenAI se ha diferenciado de sus competidores en facilitar el acceso masivo a interfaces de inteligencia artificial. La primera fue DALL-E 2, generador de imágenes a partir de una descripción, lanzado en septiembre pasado. Le siguió Chat GPT en noviembre, que ahora -además- es la base del nuevo súper buscador lanzado por Microsoft.
La idea de masificar el uso de esta tecnología se le atribuye directamente a Murati, quien ascendió a CTO en mayo de 2022, tras haber pasado cuatro años a cargo de investigación y alianzas. Antes de llegar a OpenAI, según la descripción de la propia Murati, esta ingeniera graduada en Dartmouth College pasó por Leap Motion, donde experimentó por primera vez con interfaces interactivas.
Pasado en Tesla
Su interés por el uso masivo de inteligencia artificial habría surgido durante su trabajo en Tesla. En una conferencia en 2020, Murati afirmó haber liderado el equipo de ingenieros que desarrolló el modelo X y su interfaz de conducción automática.
Muy al estilo de joven genio de Silicon Valley, Murati también tiene un uniforme. En casi todas sus presentaciones y entrevistas aparece vestida completamente de negro, la mayoría de veces jeans y polera y zapatillas. En su día a día usa lentes de marco carey y su largo cabello suelto. Un look que acompaña con un hablar suave y pausado.
Recientemente, ha tenido más instancias de un look más glamoroso, tras ocupar la portada de revistas como Time y The Fast Company. Murati es el nuevo rostro de Silicon Valley.
A pesar de su reciente notoriedad es poco lo que se sabe con certeza de Murati, más allá de lo publicado por ella misma en su perfil de LinkedIn. Hasta ahora, por su nombre, varias publicaciones habían especulado que nació en San Francisco en una familia de origen indio.
Pero la revista The Fast Company, que publicó la entrevista más reciente, afirma que Murati nació en Albania y emigró a EEUU cuando tenía 16 años. Tan profesional es el estilo de Murati, que su perfil público de Twitter es 100% enfocado en noticias de OpenAI, ignorando incluso cualquier mención a las pocas entrevistas que ha dado.
Sus intervenciones públicas se concentran en responder qué viene en materia de inteligencia artificial, oportunidades y peligros que ofrece. Por ejemplo, en una entrevista tras el lanzamiento de DALL-E 2, Murati explicó que la próxima frontera es unir texto con video. Es decir, una interfaz de inteligencia artificial que no sólo obedezca a las descripciones de texto del usuario o a las preguntas que se le hagan, sino que además pueda “ver” el mundo por sí misma.
Teoría de la relavitidad (al estilo Radiohead)
Hoy su agenda la concentra el próximo lanzamiento de GPT 4, la versión mejorada del sistema. Murati confiensa que le gustaría ver menos “hype” alrededor de las interfaces y que los usuarios se concentraran en desarrollar nuevas aplicaciones a partir de ellas. Uno de los ejemplos que suele citar con frecuencia cuando se le pregunta sobre los aportes de GPT es la educación.
Según Murati, ChatGPT no debería interpretarse como un peligro para los profesores por las posibilidades de plagio que ofrece, sino usarse como una herramienta para adecuar planes de estudio y métodos de enseñanza a las necesidades de cada persona. (Por ejemplo, por qué escuchar una explicación aburrida de la teoría de la relatividad, si un estudiante puede pedir a ChatGPT una explicación en formato canción de Radiohead).
Según Murati, ChatGPT no debería interpretarse como un peligro para los profesores por las posibilidades de plagio que ofrece, sino usarse como una herramienta para adecuar planes de estudio y métodos de enseñanza a las necesidades de cada persona. (Por ejemplo, por qué escuchar una explicación aburrida de la teoría de la relatividad, si un estudiante puede pedir a ChatGPT una explicación en formato canción de Radiohead).
¿Y qué piensa Murati de los efectos dañinos de su creación? La joven ingeniera asegura que estamos todavía en una etapa experimental, aunque reconoce que hay impactos negativos. Un cuestionamiento es al valor del arte y no son pocos los diseñadores que han advertido de un daño a su profesión desde el lanzamiento de DALL-E.
“No es diferente al proceso de la globalización”, afirmó Murati en el evento Futuro Inteligente de Greylock en septiembre pasado. “La globalización también ha tenido efectos inesperados y no deseados, pero a gran escala ha promovido la diversidad y prosperidad”, agrega.
“No es diferente al proceso de la globalización”, afirmó Murati en el evento Futuro Inteligente de Greylock en septiembre pasado. “La globalización también ha tenido efectos inesperados y no deseados, pero a gran escala ha promovido la diversidad y prosperidad”, agrega.
Sin embargo, al igual que la globalización, la inteligencia artificial también necesita de regulaciones. “Es necesario pensar en una especie de gobierno de los sistemas de inteligencia artificial, es necesario pensar en esto como lo hacemos con la electricidad, es necesario un gobierno global”, plantea.