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Lecciones de Vida

Felipe Alessandri y la polémica por su nombramiento en el GAM: "Aquí cada uno entiende lo que quiere"

Felipe Alessandri y la polémica por su nombramiento en el GAM: "Aquí cada uno entiende lo que quiere"

El exalcalde de Santiago fue nombrado presidente del directorio del GAM, cargo que, enfatiza frente a las críticas recibidas, es ad honorem. De vuelta en su oficina de abogados y pronto a comenzar un MBA, Alessandri habla de su derrota electoral, de la polarización de la política y de su nueva vida.

Por: Sofía García-Huidobro | Publicado: Sábado 14 de agosto de 2021 a las 04:00
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La crítica es una demostración de lo polarizado que está el país. También delata ignorancia y no entender nada. La prensa señaló que se trata de un cargo no rentado, pero aquí cada uno entiende lo que quiere. Dicen que es un premio de consuelo cuando en realidad son muchas horas que estoy dispuesto a trabajar para la cultura de manera gratuita.

La presidenta de la Corporación Cultural Estación Mapocho, Drina Rendic, hizo un almuerzo en su casa para agradecerme mi gestión en materia cultural. Entre otros invitados, estaba la ministra de Cultura, y cuando la voy a dejar al auto me pregunta si me interesaría ser presidente del directorio del GAM. Obviamente ad honorem.

Yo participé de ese directorio durante los últimos cuatro años ocupando la silla de la Corporación Cultural de Santiago. Generalmente los alcaldes de Santiago, de cualquier sector, lo delegan a algún representante, pero como a mí me interesa la cultura, y mucho, me metí personalmente.

Durante mi gestión me involucré con el GAM, el Museo Violeta Parra, el Artequin, el Museo Precolombino, la Casa Colorada. Cuando los terroristas quemaron el Violeta Parra, yo inmediatamente los albergué, a ellos y al Cine Arte Alameda, que no son precisamente de derecha, en el Centro de Extensión del Instituto Nacional. Que me vengan a atacar por aceptar un cargo ad honorem, es bastante increíble.

Pero se trata de un grupo pequeño hiper politizado de Twitter. Hoy fui a buscar mi pasaporte al Registro Civil del centro y la gente me saludaba con buena onda. No me han tocado situaciones agresivas en la calle, en general es mucho más el cariño.


Hablé con Felipe Mella, director ejecutivo del GAM, con quien tengo una buena relación, y me dijo que mucha gente lo llamó pensando que lo habían reemplazado. El presidente del directorio da los lineamientos en conjunto con los otros miembros.

Yo no me voy a meter en la línea artística del centro cultural. Lo que me pidieron es un mandato específico: gestionar la construcción de la gran sala. Esto es hasta el 11 de marzo. Es bastante trabajo. No sé cuántos de los que tuitean ahí invertirían tantas horas en algo no rentado. Por otro lado, hay que preocuparse cuando no hablan de uno, decía un tío abuelo mío que fue presidente de Chile.

Ya tuve reunión de dos horas con Alejandra Kantor (expresidenta del directorio del GAM), otra con Felipe Mella, con el MOP, me toca luego Bienes Nacionales. La ministra me encomendó: “Usted fue un alcalde gestor, encárguese de que prontamente se puedan reiniciar las obras de la gran sala”. Es todo el edificio que da hacia la calle Namur y cuya construcción se detuvo cuando quebró la empresa española a cargo.

"Que me vengan a atacar por aceptar un cargo ad honorem, es bastante increíble".

Hay que licitar, desafectar la propiedad, hacer trámites en Contraloría, reunirse con el arquitecto Cristián Fernández, afinar presupuesto, levantar recursos. Harta pega y gratis. Me ofrecieron un par de cargos remunerados en el gobierno una vez que salí de la municipalidad, y se los agradezco, pero vuelvo al mundo privado y a aportar en lo público. Qué mejor que apoyar a un centro cultural en cuanto a gestión.

Ahora voy a estudiar un MBA en el IESE de la Universidad de Los Andes. Creo que es importante refrescar los conocimientos y a mí me encanta estudiar. Parte en septiembre y dura 18 meses. Es bien intenso, un MBA senior para mayores de 40 que ya han trabajado unos 15 años.

El horario me acomodó porque con mi familia prácticamente durante cuatro años y medio, no estuve. Le saco el sombrero a mi señora. Yo trabajaba de lunes a domingo. Pasaba a dejar a mi hija al colegio y a las 07:40 am estaba en la municipalidad. Tenía reuniones toda la mañana.

A mi ex directora de programación, Fernanda Maqueira, le decía el Chacal de la trompeta: “que pase el siguiente”. Luego todas las tardes a terreno. Mi esquema era 30% en la oficina y 70% en la calle. Los sábados siempre iba a las ferias o a alguna actividad vecinal. Ahí incorporaba a los niños para que me acompañaran, eso previo al estallido social, porque después se puso más tenso el ambiente. Mis niños son chicos y no alcanzan a procesar algún grito o agresión.


Tengo una virtud, y muchos defectos, pero mi virtud es que doy vuelta la página casi de forma inmediata. La derrota no la vi venir. Ese domingo de elección fue duro. Yo pensé que ganaba porque en la calle así lo sentía. Todas las encuestas me favorecían. Yo quería una reelección para terminar el ciclo, cuatro años es muy poco, especialmente si recibiste la municipalidad en un deplorable estado financiero, y luego estallido social y pandemia.

Me siguen llamando los vecinos, le mandaron regalos a mis hijos por el día del niño. Me dicen alcalde, Felipe o Felipito. El párroco de la Iglesia San Saturnino, en el barrio Yungay, que restauramos con apoyo del gobierno regional luego de los daños que sufrió en el terremoto, me invitó a la ceremonia de inauguración porque los feligreses pedían que yo como gestor fuese la visita oficial. Ya le confirmé que no iré porque uno también tiene corazón y emociones.

Santiago fue la comuna de Chile con mayor abstención. El voto en el promedio nacional fue de 43% y en Santiago 33%. Un 67% se quedó en la casa. Creo que mucha gente se confió que yo salía. Yo siempre dije “en la confianza está el peligro”. Además, se postergó la elección, a algunos vecinos los cambiaron de local y el adulto mayor es muy de costumbre.

Y se juntó una elección que es de gestión con la constituyente, que es política. Fui 20 veces al segundo piso de La Moneda a hacer el punto. A mí como alcalde júzguenme si cambié la luminaria, si arreglé la vereda, si se retiró la basura, si funciona la seguridad. Pero se politizó la elección completamente.

Durante el mes que postergaron la elección, me hicieron quedarme en la casa, porque ya no era alcalde en ejercicio ni candidato, algo muy raro. Si yo hubiera ido a la feria a comprar verduras, me habrían acusado de estar haciendo campaña. Y como soy abogado y disciplinado, me quedé en la casa mientras los otros candidatos siguieron haciendo campaña. Me pegó fuerte la derrota, pero ya di vuelta la página. Vengo de una familia política que a veces nos tocó ganar elecciones y a veces no.

Tengo una vocación de servicio auténtica. Me encantó ser alcalde. Es una de las pegas más desafiantes que he tenido porque recibí la municipalidad como si fuese una empresa en quiebra y encargué una auditoría externa que reflejó 28 mil millones de deuda. El día que asumí me notifican orden de arraigo por no pago de cotizaciones previsionales a los trabajadores, y al mes, orden de detención. Da lo mismo que haya sido la administración anterior, la cabeza es el alcalde.

Hice una auditoría de salida, a cargo de una empresa externa, y dejamos el déficit en 1.4% del presupuesto municipal. Bajó la deuda de 28 mil millones a 1.800 millones. No tuve problemas con la Contraloría. Nunca un paro o una huelga y eso que son 6 mil funcionarios, la Municipalidad de Santiago es el segundo empleador más grande de la región.

Tengo 46 años y en esta segunda etapa de la vida, entre más conocimientos mejor. Puedo aportar en algún directorio o institución cultural. O por último para mí mismo y posibles emprendimientos. En este momento histórico del país hay que tratar de aportar. Me gustan mucho los temas de ciudad y como me he hecho experto en conseguir financiamiento externo me gustaría ayudar a recuperar los cités del centro.

Sigo yendo a las ferias de Santiago a comprar fruta, verdura y flores -que paso el recado, están muy caras-, ahí recibo puro cariño. Y si a alguien no le caigo bien, ha sido lo suficientemente respetuoso, si uno no es monedita de oro. En democracia yo respeto que perdí la elección, que respeten mi gestión. Las obras están. Nadie puede desconocer que fui un alcalde gestor.

El traspaso a la alcaldesa Irací Hassler fue austero y republicano. Mientras veíamos en las noticias que algunos municipios aparecieron con candado o sin computadores. En la ceremonia no quise hablar para que las luces se las llevara la nueva alcaldesa. Me retiré por la puerta ancha con aplausos de los funcionarios. Anda el video por ahí. Fue bien emocionante.


A veces me pican las manos de no estar ahí, como cuando sucedieron los destrozos en Lastarria hace un par de semanas. Me pareció insólito que después de que se atentara no solo contra el mobiliario, sino que además agredieran a los transeúntes y a la gente que estaba comiendo en los restaurantes, con una violencia inusitada, no salir condenando eso con fuerza y decir en cambio que la culpa era de Carabineros. Será complejo evitar que esos desmanes sigan y va a depender mucho de la prioridad que le de la nueva alcaldía a lo que es orden público y seguridad.


Espero que este clima violento sea un paréntesis de nuestra historia republicana. Viene un nuevo Chile. Nosotros algo olíamos en la calle, no digo que tenía la bolita de cristal, pero por algo fui de los primeros alcaldes de derecha que me declaré a favor del Apruebo. No me arrepiento de haber votado Apruebo porque estoy seguro que después de la elección presidencial, que espero que gane Sebastián Sichel, podremos tener una Constitución más acorde a los tiempos de hoy.


Tomé vacaciones unos pocos días. Fuimos a Vichuquén y después a la playa. Pero cuando uno tiene cuatro hijos hay que parar la olla. No soy rico pero tengo esta oficina de abogados de la que soy socio hace bastante tiempo. Le agradezco a mis socios por la generosidad, estos años que estuve fuera hicieron crecer mucho la oficina en términos de clientes. Estoy feliz de vuelta y además me han ofrecido un par de directorios que estoy evaluando.


Ando con mucha más tranquilidad. El otro día llevé a mi hija al colegio y me topé con un director de la municipalidad que iba con una cara de estresado mientras yo cruzaba el paso de cebra con zapatillas. Más tarde me escribió por WhatsApp y le dije: “Después de dejar a mi hija en el colegio, salí a trotar, me afeité con calma, me duché largo, me vine a la oficina y son las 09:20 am". En la municipalidad llegaba 07:40 am todos los días.


También me he puesto computín. Soy acuario y dicen que los acuarios somos buenos para la tecnología. Me había quedado medio atrás, así que invertí en un nuevo computador y un Apple watch. Mi familia está muy contenta de recuperarme. Ahora hasta hago reels en Instagram con mis niños. Con mi señora estamos recuperando algo de pololeo que habíamos tenido postergado. Soy de mirar el vaso medio lleno. Y me siento orgulloso de lo que hicimos, aunque quede mucho por hacer. Uno toma la posta y avanza, es importante entender eso.

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