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Lecciones de Vida

Renato Garín: “De los Atria, ninguno me ha pedido perdón”

Renato Garín: “De los Atria, ninguno me ha pedido perdón”

"Mi historia con Atria se remonta a la toma del 2009 en la Escuela de Derecho de la U. de Chile. Un grupo de profesores, liderado por él, organizan una toma junto a los estudiantes, donde el principal grupo dirigente eran los ayudantes de Atria. Ahí se genera un quiebre muy fuerte entre nosotros".

Por: Juan Pablo Silva | Publicado: Sábado 9 de abril de 2022 a las 04:00
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Me enteré del video por mi familia, estaba recuperando sueño el sábado en la tarde, porque los convencionales tenemos unos ritmos de trabajo bien insólitos, cuando empieza a sonar mi teléfono muchas veces. Contesté y era mi madre, muy angustiada, diciendo que había un video circulando.

No me sorprendió del todo, porque vengo percibiendo una mala onda de ellos hace mucho rato. Lo que me molestó mucho fue sentir el dolor de mis familiares, porque uno tiene el cuero duro, me han pasado muchas cosas en poco tiempo, pero que tu familia sufra es difícil, porque esto es muy masivo. Por eso estoy pensando en tomar acciones legales.

De los Atria, ninguno me ha pedido perdón, Fernando me mandó por WhatsApp el tuit que puso, solo eso, para la galería. Antonia, hasta ahora, nada. Mi teoría del caso es que la estudiante cumpleañera fue utilizada.

Es muy distinto que una ciudadana, una estudiante rompa la piñata de un político o de un profesor en su casa, a que dos colegas presten su casa para un cumpleaños de una persona que no es su hija, donde hay una piñata de su colega y la que graba es su hija, senadora universitaria, que profiere insultos mientras lo hacen. Es claramente un acto de odio.

Estoy pensando en tomar acciones legales.

A raíz de esto, recibí apoyo de más de 90 convencionales. Solo el grupo del Frente Amplio y la mesa han guardado silencio. Me llamó la atención el apoyo de Natividad Llanquileo (escaño reservado), vicepresidenta de la Convención, y de Raúl Celis (RN), también vicepresidente, fueron las únicas dos personas de la mesa que me escribieron. Elisa Quinteros y Gaspar Domínguez nada, y eso me dolió mucho, porque no es primera vez que me dan la espalda o que se comportan de una manera poco deferente hacia mí.

Hay antecedentes de prácticas que quizás otros políticos las dejarían pasar, pero yo no puedo, porque lo que estoy presenciando es un ascenso de prácticas autoritarias, y si uno no las denuncia, se hace cómplice.

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Mi historia con Atria se remonta a la toma del 2009 en la Escuela de Derecho de la U. de Chile. Un grupo de profesores, liderado por él, organizan una toma junto a los estudiantes, donde el principal grupo dirigente eran los ayudantes de Atria. Ahí se genera un quiebre muy fuerte entre nosotros.

Teníamos una excelente relación hasta ese momento, pero tuve problemas con él cuando observé que, a mi entender, manipulaba a sus estudiantes y ayudantes para mejorar sus condiciones personales dentro de la facultad. Y se lo dije.

Creo que para entenderlo hay que analizar su vocación sacerdotal, es un católico de izquierda, teólogo de la liberación, que en el fondo quisiera consagrar su vida a Dios y al conocimiento teológico, eso es lo que leo en sus libros.

Es una ilusión teológica lo que hay en él, y en su entorno se suele formar una especie de iglesia, de parroquia, y sus ayudantes se transforman en acólitos. Hay un afecto hacia Fernando que se confunde con una especie de proselitismo a su favor.

A esto no lo llamaría rivalidad, yo soy mucho menor que él, no es una competencia entre profesores de la misma generación, y eso hace toda la diferencia. Tiene casi 20 años más que yo.

El 2019, en un reportaje en la revista El Sábado, dije, muy entre comillas, que yo era indispensable si mi generación llegaba al poder. Efectivamente lo resulté ser, en el sentido de que estoy en la Comisión de Sistema Político enfrentando a Fernando Atria, al punto de que este termina en actos de odio en su casa. Así de indispensable, porque había que frenarlo.

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Me parece que con Gabriel Boric estamos frente a una persona de una sagacidad, astucia e inteligencia política sobresaliente. Lo he pensado siempre, se ha confirmado a nivel nacional.

Lo conocí el primer día de clases del 2004, los dos éramos mechones recién llegados: él de Punta Arenas y yo de Melipilla. No conocíamos a nadie. Gabriel usaba un abrigo muy largo, con el pelo largo, entonces yo lo llamaba poeta errante. A él le gustaba mucho la poesía, siempre andaba con un libro bajo el brazo, cosa que me causaba mucha gracia. Estas personas que cargan libros todo el tiempo, ¿qué es lo que quieren demostrar? Me burlaba de él siempre por eso.

Yo a la vez era inconfundible, porque usé un afro hasta segundo o tercer año, cuando se me empezó a caer el pelo. Nosotros teníamos una relación muy particular. Gabriel, muy temprano se dio cuenta de que yo era liberal y teníamos un diálogo conceptual muy rico. Los dos éramos muy díscolos de la facultad y la élite santiaguina, muy incómodos de la Concertación.

Si bien no éramos amigos, nos respetábamos intelectualmente. Después nos fuimos acercando políticamente porque ellos tenían un colectivo de estudiantes llamado Estudiantes Autónomos, que había salido de la toma del 2002. Él entró y yo no, pero me hice muy amigo de ellos.

Al poco tiempo, Gabriel fue nombrado presidente del Centro de Estudiantes. Tuvo mi apoyo, ganamos por cinco votos. Yo servía desde el lado académico de la campaña, porque tenía muy buenas notas, era uno de los mejores de la facultad.

Al poco andar de que Gabriel ganara, montaron una toma, y ahí se generó la llamada triple A: Autónomos, Arrebol (movimiento de Winter y Shönhaut) y Atrianos. Esa triple A, conducida por Boric y otros, se fue contra el profesorado y el decano. Yo estaba a favor de la toma.

Sin embargo, muy tempranamente la cosa se quebró en la facultad y empezamos a pelear entre nosotros. Entonces me di cuenta de que había un interés desatado de Atria por utilizar a los estudiantes para desembarcar en la facultad junto con (Davor) Harasic y con (Lucas) Sierra.

Después de un tiempo nos distanciamos con Gabriel porque lo encaré en la toma, en privado, y le dije que lo que él quería era ser presidente de la Fech. Tenía un plan diseñado en su cabeza, una intuición de que quería ser Presidente de Chile. No es que fuera paso por paso, pero sí creo que ha aprovechado la coyuntura a su favor. Y de manera mucho más torpe, porque no tiene su talento político, Fernando ha hecho algo parecido.

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(En mayo de 2020 Renato Garín denunció en Twitter que no era cierto que Giorgio Jackson y RD donaran la mitad de su sueldo, sino que este “va a un ahorro bancario que ya suma cientos de millones. Con ese ahorro se financiarán sus campañas a la constituyente, reelección y Senado).

Cuando denuncié las autodonaciones fue en el contexto de la bajada del sueldo de los parlamentarios, donde ellos, especialmente Giorgio y Revolución Democrática, se dieron un festín dos sesiones seguidas con discursos diciendo que eran moralmente superiores. Como yo tengo poca tolerancia al pontífice, el segundo día dije “estos muchachos necesitan un correctivo” y publiqué el asunto. Como era tan grave, la opinión pública explotó.

Pero considero que he sido muy leal con ellos, porque nuestra experiencia política fue muy profunda. Podría contar muchas intimidades, pero no lo voy a hacer, y Giorgio lo sabe.

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La principal responsable de la pérdida de apoyo en la Convención es la Lista del Pueblo, para mí la mitad del rechazo se explica por ellos. Hay una asociación de la opinión pública entre Convención y Lista del Pueblo. Pero junto con eso hay responsabilidad intelectual, que es distinta a la material, es incluso más grave, de Fernando Atria, Christián Viera (independiente DC), Amaya Alvez (RD) y Jaime Bassa (independiente CS).

El problema de fondo es que hay una dinámica muy tóxica entre las comisiones y el plenario.

Estos dos últimos meses no se explican del todo por las fake news, las peleas y las piñatas, eso minimiza el problema de fondo. El problema de fondo es que hay una dinámica muy tóxica entre las comisiones y el plenario: cada comisión se levanta como especie de juez del Estado y va cambiando los conceptos, cada una tiene un enemigo.

Todo esto va explicando el ascenso del rechazo: un piso importante de Lista del Pueblo, los escándalos y las piñatas, una segunda parte del mal desempeño de las comisiones y una tercera parte en el plenario, esa película a la gente le dice “esta cuestión no camina”.

Yo creo que en la Convención soy la cabeza visible de la socialdemocracia liberal, que es la centroizquierda.

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¿Qué haré después de la Convención? La verdad no me veo como candidato presidencial. No tengo eso de Gabriel Boric u otros, a quienes la mamá les dice desde los 8 años que va a ser Presidente, y dejan de ir a clases para ser Presidente de Chile. Para mí lo más importante en la vida, y todas las personas que me conocen lo saben, es la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile. Porque ahí estudió mi abuela (Hilda Eliana Zafira Reyes Catalán), una de las primeras abogadas litigantes de la historia de Chile.

Yo no entré a la Escuela de Derecho para ser un político en el patio. Entré para ser un nieto de mi abuela, y eso lo voy a seguir siendo, tengo que hacer un doctorado en algún momento. Soy el profesor más joven de tercera jerarquía de la facultad, tengo 35 años y ya soy profesor. Eso no me lo regalaron, es un cargo ad honorem, no cobro.

Esa es mi casa hace 80 años, somos como 12 los parientes que hemos estado ahí. Entonces es tan injusto esto que ha ocurrido, porque es un atentado contra mi desempeño en mi hábitat académico. Si las cosas van bien, espero ser un profesor de Historia del Derecho y Derecho Constitucional en la escuela, con eso estoy más que satisfecho.

Uno podría decir que esta es la historia de un joven de esfuerzo, mérito y estudio. Eso es falso. Soy enormemente privilegiado, soy parte del 1-2% más rico de este país. Soy heredero de mi padre que falleció el 2020 antes de la pandemia. Soy heredero de mi abuela Hilda no solo en dinero. He sido afortunado en la Escuela de Derecho, donde he sido catapultado por mis profesores a un lugar que quizás no merezco, como de joven estrella académica, que no creo que sea verdad, estoy recién empezando.

El hecho de ser de Melipilla es una ventaja, tengo el privilegio de no ser un cuico santiaguino, porque me permite ser libre del qué dirán, porque parte de lo que vimos el viernes en la noche es esto, es el círculo de jovencitos nihilistas, salidos de los colegios de élite santiaguina como el Saint George, Verbo Divino, Tabancura y un par más, que no tienen nada mejor que hacer el viernes que un acto de odio para entretenerse.

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En mi día a día me muevo entre Melipilla y Santiago, en general trato de conectarme telemáticamente y después partir, pero cuando el clima está enrarecido prefiero no ir, porque soy blanco fácil de funa y conflicto.

A veces vivo acá con mi mamá o a veces solo. Me gusta mucho el fútbol, de hecho ahora estaba viendo el Chelsea vs Real Madrid, iba mucho a ver a la U al estadio hasta antes de “estadio seguro”, no me gusta que te revisen todo. Iba mucho con mi papá. Con él seguimos a Bielsa por toda Sudamérica en las eliminatorias, en Inglaterra iba a ver a Alexis en el Arsenal, en Nueva York iba a ver a los Knicks.

Me gusta mucho Rafael Nadal, siento que más alla del tenis es una inspiración moral muy profunda, un tipo que nunca pierde las formas, y que es la representación del espíritu deportivo, y eso me representa mucho. Sin esfuerzo no busques grandeza, porque va a ser un dolor tremendo no tenerla.

Hago deporte, jugué mucho tenis en Melipilla cuando chico. Practicaba fútbol con mis amigos hasta que fui electo diputado y ahora me entretengo mucho con Fifa. De hecho, salí segundo en un campeonato en la universidad y segundo en Inglaterra, donde perdí contra un holandés.

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